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Me dio una mirada cautelosa, pero empezó a tirar de sus zapatillas. —<br />
¿Sólo estás siendo amable?<br />
—No, está bien. Y, quiero decir, jurídicamente la cama sigue siendo<br />
mitad tuya. —Bromeé, sacando el auricular del oído antes de que sus<br />
movimientos lo hicieran por mí—. Entonces, ¿qué hiciste hoy?<br />
—He estado trabajando en el nuevo álbum y resolviendo algunas cosas.<br />
—Con sus manos detrás de su cabeza, se extendió a través de mi cama—. ¿Te<br />
acuestas también? No podemos compartir la música si no lo haces.<br />
Me arrastré y me acosté a su lado, retorciéndome un poco, poniéndome<br />
cómoda. Era, después de todo, mi cama. Y sería el único hombre que alguna vez<br />
se tumbaría en ella. Me llegó el ligero olor de su jabón, limpio y cálido, y David.<br />
Demasiado bien, recordaba. Por una vez, el dolor no parecía venir unido al<br />
recuerdo. Me metí dentro de mi cabeza, revisando de nuevo. Cuando dije que<br />
estaba lejos de enojarme, al parecer no fue nada más que la verdad. Teníamos<br />
nuestros problemas, pero él engañándome no era uno de ellos. Lo sabía ahora y<br />
significó mucho.<br />
—Aquí. —Me devolvió el auricular y empezó a jugar con mi celular de<br />
nuevo.<br />
—¿Cómo está Jimmy? —Rodé sobre mi lado, necesitando verlo. Se<br />
encontraba de perfil, la fuerte línea de la nariz y mandíbula, la curva de sus<br />
labios. ¿Cuántas veces lo besé? No lo suficiente.<br />
—Lo está haciendo mucho mejor. Parece que realmente ha tomado el<br />
camino correcto. Creo que va a estar bien.<br />
—Eso es una gran noticia.<br />
—Al menos, asume sus problemas honestamente —dijo, su tono<br />
tornándose amargo—. Nuestra madre es un puto desastre por lo que he oído.<br />
Pero bueno, siempre lo fue. Solía llevarnos al parque porque quería conseguir<br />
drogas. Se aparecía hasta en obras de teatro escolares y noches de padres y<br />
maestros tan elevada como una cometa.<br />
Mantuve mi boca cerrada, dejándole sacarlo. Lo mejor que podía hacer<br />
por él era estar allí y escuchar. El dolor y la ira en su voz eran desgarradores.<br />
Mis padres tenían sus problemas de control, sin duda, pero nada como esto. La<br />
infancia de David fue terrible. Si pudiera abofetear a su madre justo en ese<br />
momento por poner el dolor en su voz, lo habría hecho. Dos veces más.<br />
—Papá ignoró su consumo durante años. Podía hacerlo. Era un trailero<br />
de largas distancias, se encontraba lejos la mayoría de las veces. Jimmy y yo<br />
fuimos los que tuvimos que aguantar su mierda. Muchas veces volvíamos a<br />
casa para encontrarla balbuceando todo tipo de cosas o desmayada en el sofá.<br />
No había nada de comida en casa porque gastaba el dinero en pastillas. Hasta<br />
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