Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
fuera físicamente posible. Él mordisqueó mis labios, tomando mi boca en otro<br />
beso duro. Su polla empujó contra mí, deslizándose fácilmente. La sensación de<br />
él llenándome hizo girar mi cabeza. Un ligero dolor a medida que me estiraba.<br />
Su otra mano se deslizó por debajo de mi trasero y me levantó, empujando<br />
hasta el fondo, haciéndome gemir. Envolví mis piernas alrededor de él y<br />
sosteniéndome con fuerza. Se golpeó a sí mismo en mí, sin ninguna delicadeza.<br />
Rudo, adaptándose tanto a nuestros estados de ánimo. Mis uñas arañaron su<br />
cuello, mis talones anclados en su trasero. Sus dientes presionaron con fuerza<br />
en un lado de mi cuello. El dolor era perfecto.<br />
—Más fuerte —Yo jadeé.<br />
—Maldita‖sea‖si…<br />
El ladrillo áspero raspaba mi espalda, tirando de la tela de mi vestido. El<br />
golpeteo duro de su polla me dejó sin aliento. Me aferré con fuerza, tratando de<br />
saborear la sensación de él, del edificio, de la tensión dentro de mí. Todo era<br />
demasiado y aún no suficiente. La idea de que esta podría ser nuestra última<br />
vez, una unión enojada y brutal así... yo quería llorar, pero no tenía lágrimas.<br />
Sus dedos se clavaron en mis nalgas, marcando mi carne. La presión dentro de<br />
mí crecía más y más. Él cambió su ángulo ligeramente, golpeando mi clítoris, y<br />
me corrí con fuerza, mis brazos alrededor de su cabeza, mi mejilla apretada<br />
contra la suya. Su barba rozó mi cara. Todo mi cuerpo se estremeció y tembló.<br />
173<br />
mí.<br />
—Evelyn —gruñó, afirmándose a sí mismo en mí, vaciándose dentro de<br />
Cada músculo de mi cuerpo se volvió líquido. Era todo lo que podía<br />
hacer para aferrarme a él.<br />
—Está bien, nena —Su boca apretada contra mi rostro húmedo—. Todo<br />
irá bien, te lo prometo. Lo arreglaré.<br />
—B-bájame.<br />
Sus hombros subieron y bajaron en una respiración áspera y con mucho<br />
cuidado lo hizo. Rápidamente bajé la falda de mi vestido colocándola<br />
correctamente. Como si eso fuera posible. Esta situación estaba fuera de control.<br />
Sin agitarse se subió los pantalones, se puso presentable. Miré hacia todas<br />
partes menos a él. Un callejón. Santo infierno.<br />
—¿Estás bien? —Sus dedos rozaron mi rostro, oculto detrás de mí<br />
cabello. Hasta que puse una mano en su pecho, obligándolo a retroceder un<br />
paso. Bueno, no lo obligué. Eligió a darme mi espacio.<br />
casa.<br />
—Yo... umm —Me lamí los labios y volví a intentarlo—. Tengo que ir a<br />
—Vamos, conseguiré un taxi.