guia para operadores que trabajan en orientacion y ... - conjoven

Lo que queremos evidenciar es que el emprendedor sustenta gran parte de su aprendizaje
en fuentes no convencionales. Más que en cualquier otra ocupación, se trata de un
aprendizaje experiencial y relacional. Aprender sobre todo por ensayo y error en contacto
con clientes, proveedores, competidores y en general con toda persona, empresa,
institución, situación o circunstancia relacionada con los negocios.
No es casual por lo tanto que gran parte de los empresarios sean empíricos, es decir
aprendieron lo que saben hacer en un trabajo anterior, un pasatiempo o una actividad
familiar. Asimismo, es frecuente que los empresarios no se caractericen por tener una
trayectoria académica intachable. Al contrario, por lo común son personas inquietas que
difícilmente ven satisfechas sus expectativas de realización personal en un curso
convencional donde cercenan la creatividad o la posibilidad de expresarse a través de
actividades generadoras de ingresos. Además, existen docentes y orientadores que poco
ayudan a generar un entorno de aprendizaje favorable para este tipo de personas, con
mayor razón si se dejan llevar por el autoritarismo, la enseñanza unidireccional tradicional,
el temor a romper con la rutina o los convencionalismos, etc.
5. ¿COMO EVALUAR EL POTENCIAL EMPRESARIAL CON FINES FORMATIVOS?
Para quienes realizan labores de orientación es fundamental poder identificar en los jóvenes
su potencial empresarial, no sólo al inicio de un año académico sino desde la más temprana
edad. Las finalidades de tal práctica son múltiples pero, tal como se ha venido insistiendo en
esta guía, podemos decir que el objetivo es que quienes orientan estén en capacidad de
informar, orientar, formar, asesorar y acompañar a los emprendedores en su aventura
empresarial. No se trata sólo de impartir tal o cual concepto de gestión o determinada
técnica de producción.
Un primer elemento de identificación del potencial es la segmentación del público-objetivo,
es decir cómo clasificamos a nuestros beneficiarios en base a sus posibilidades de hacer
negocio. No es una tarea sencilla y la responsabilidad es muy grande ya que de nuestro
diagnóstico certero dependerá buena parte de las decisiones que cada joven tome en el
tema empresarial. No se trata tampoco de discriminar, segregar o establecer grupos
contrapuestos (por un lado los emprendedores y por otro los no-emprendedores). La idea es
desarrollar estrategias diferenciadas que permitan estimular las actitudes y aptitudes
emprendedoras de todos los jóvenes, siendo conscientes que algunos están más cerca de
formar un negocio y/o tienen, en teoría, más posibilidades que otros. Los que están al otro
extremo requerirán de la debida atención ya que probablemente provienen de medios poco
proclives a crear empresas.
Para efectos de una segmentación concreta, lo habitual es referirse a variables como el
grado de instrucción, el nivel socio-económico, el sexo, el distrito de residencia. Todo eso es
importante, sin embargo poco nos dice sobre lo cercano o lejano que está el joven de crear
un negocio. De acuerdo a nuestra experiencia, consideramos que una de las variables más
importantes para hacer una macro-segmentación es la posición frente al evento
empresarial.
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