momentos de reinstitucionalización <strong>del</strong> orden social en los quela acción humana desplaza los límites de lo posible. Pero elperíodo revolucionario se cierra con el triunfo de una formahistórica determinada que reprime y oculta las formas alternativas,proscriptas así de la escena pública y condenadas a llevaruna vida subterránea.Después de la Restauración y de las insurrecciones popularesde los años treinta, <strong>del</strong> “cuarenta y ocho” y de la Comunade 1871, la Revolución Francesa fue domesticada a fines <strong>del</strong>siglo XIX con el triunfo de la burguesía liberal y los regímenesconstitucionales. Se consolidó entonces, en oposición al “ancienrégime”, un nuevo bloque imaginario 1 organizado en torno dealgunos principios generales, como ser: la separación <strong>del</strong> Estadoy la sociedad civil, la igualdad formal frente a la ley, la democraciarepresentativa o parlamentaria y la inviolabilidad <strong>del</strong>a propiedad privada. Dicha organización política funcionósobre las bases <strong>del</strong> capitalismo de la “revolución industrial”,ejerciendo una violenta represión contra las formas abiertas <strong>del</strong>a lucha de clases sostenidas por el naciente movimiento obrero,y produjo constantes medidas legislativas tendientes a la“integración imaginaria <strong>del</strong> proletariado” 2 al sistemainstitucional. Ese bloque imaginario no logró anular la brechaabierta en su seno por la irrupción de la plebe que, desde el“93”, reclamaba otra dimensión de lo social: la igualdad dehecho y no sólo de derecho, la democracia directa, la <strong>del</strong>egacióncon mandato controlable y revocable.Las grandes insurrecciones obreras <strong>del</strong> siglo XX fueron ahogadasen sangre, como en Rusia el movimiento de consejos(soviets) en 1905, en el 17 y en el 21, la revolución alemana enel 18-19, la revolución española en el 36-37. Las dictaduras ylos sistemas totalitarios asolaron numerosos países y convulsionaronel mundo. Guerras, masacres, genocidios.Con el fin de los totalitarismos, y particularmente en los últimostreinta años, se fue consolidando una variante en la red designificaciones constitutivas de la democracia representativa nacidade la revolución burguesa, una reformulación <strong>del</strong> imaginariosociopolítico que ha dado origen a lo que podemos llamar el bloquede la democracia neoliberal, variante que tiende a imponersecomo el “límite infranqueable” de los valores de la modernidad.10 / EDUARDO COLOMBO
Si hablamos de “bloque imaginario” es porque pensamosque la sociedad funciona sobre la base de un sistema de significacionessimbólico-imaginarias 3 , de conceptos y de valores, quese organiza como un “campo de fuerzas”, atrayendo y orientandolos diferentes contenidos de ese universo de representaciones,el cual se expresa en instituciones, ideologías, mitos,formas sociales que, al consolidarse, encierran y limitan el pensamientoy la acción.Así, en el clima que nos envuelve, un politólogo pudo escribirEl fin de la historia 4 y creer que la “revolución liberal mundial”ha llevado la sociedad humana a su completo desarrollo,que es imposible pensar un mundo diferente <strong>del</strong> nuestro, niimaginar que podamos mejorarlo. Si bien su posición puedeser considerada extrema, su conclusión: “la democracia liberaly la economía de mercado son las únicas posibilidades viablespara nuestras sociedades modernas” 5 , parece ser el credo <strong>del</strong>establishment político tanto de derecha como de izquierda.Las esperanzas revolucionarias comenzaron a declinar pocodespués <strong>del</strong> sobresalto <strong>del</strong> “68”, dejando el campo libre a unaaceptación, cuasi general y acrítica, <strong>del</strong> marco político y de lasreglas de la democracia burguesa. La experiencia <strong>del</strong> Estadototalitario y de las dictaduras militares colocó los “derechoshumanos”, entendidos como derechos individuales, en el centrode la dimensión política, contribuyendo, sin quererlo, a lajuridización y a la privatización de la relaciones sociales. Parasubsistir como régimen político la sociedad capitalista modernaprivatiza a los individuos, los reenvía constantemente a laesfera sin relevancia de sus cosas, su casa, su trabajo, su televisión,sus diversiones. Concomitantemente el tejido social sedistiende, la escena política, donde puede ejercerse la voluntad<strong>del</strong> <strong>pueblo</strong>, pierde consistencia y nitidez. La apatía, el sentimientode impotencia, la idea de que el pensamiento y la acciónindividual son inoperantes para modificar las condicionesde la vida, se adueña de la mayoría y aísla aún más a los unosde los otros.La democracia deja de ser vista como un sistema político, yes asimilada a un estado de la sociedad. El término mismo seliberaliza, y pierde su sentido, primero y pleno, de afirmar lasoberanía popular, la capacidad colectiva de decidir. Para unaLA VOLUNTAD DEL PUEBLO / 11
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