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Voluntad del pueblo - Nodo 50

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“constreñir, cuando lo requiera, la nación a la obediencia: esesta fuerza principesca la que se llamará, de aquí en más, elpoder 9 ”.La minoría o elite, que se constituye institucionalizando estaconfiscación de la capacidad de dictar la ley para todos, seotorga el derecho de ejercer la coacción necesaria o justa.Durkheim, gran defensor <strong>del</strong> Estado, reconoce de maneraexplícita esta confiscación <strong>del</strong> “principio instituyente” operadopor el poder político: “El Estado es, probablemente, el conjuntode los cuerpos sociales que tienen, sólo ellos, cualidadespara hablar y actuar en nombre de la sociedad”.E incluso el Estado sabe mejor que nosotros lo que nos conviene“porque puede también darse cuenta de la complejidadde las situaciones y de todos los elementos, porque puede inclusopercibir cosas que escapan a todos los partidos... 10 ”.Y Max Weber, como bien se sabe, define al Estado, esa“empresa política de carácter institucional”, por su capacidadde reinvindicar con éxito “el monopolio de la coacción físicalegítima 11 ”.A pesar de las modificaciones, verosímilmente profundas,que bajo nuestros ojos alcanzan al Estado nación <strong>del</strong> siglo XIX,el Estado moderno, como forma abstracta <strong>del</strong> poder político,continúa siendo ampliamente dependiente de la construcciónhobbesiana y de las teorías <strong>del</strong> contrato social. Por ejemplo, unautor contemporáneo como John Rawls justifica el deber deobedecer, incluso a una ley injusta, por el postulado de la equidadde la situación de origen representada por el contrato social.Se podría decir que toda la filosofía política clásica y modernano es otra cosa más que un esfuerzo para justificar ylegitimar un derecho de coerción propio al poder político, parareducir a los refractarios.Esto no impide que el derecho a resistir la opresión <strong>del</strong> poderhaya estado anclado desde siempre, de una manera u otra,en el corazón y en el cerebro <strong>del</strong> hombre. Rebelde y castigado,corrompido por la desobediencia, dirá San Agustín, no abandonaránunca su lucha por la libertad.Veinte años antes <strong>del</strong> nacimiento de Hobbes, GeorgeBuchanan (1<strong>50</strong>6-1582) afirma el derecho a resistir y, para fundarlo,no reconoce ningún contrato previo de sumisión, ni nin-LA VOLUNTAD DEL PUEBLO / 47

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