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el paso de la antigüedad a la edad media. - Proyecto Clío - RedIRIS

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N. Pierrotti, “El <strong>paso</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Antigü<strong>edad</strong> a <strong>la</strong> …”, Clio 34, 2008. http://clio.rediris.es. ISSN 1139-6237.podía hacer nada que sirviera a <strong>la</strong> liberación <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad sino haciendo sacrificiossegún <strong>la</strong> antigua costumbre; entonces <strong>el</strong> Senado subió al Capitolio, y allí ejecutó tanbien como en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>zas y los mercados <strong>la</strong>s ceremonias acostumbradas. Pero algunosd<strong>el</strong> pueblo, no habiendo osado asistir allí, <strong>de</strong>spidieron a los toscanos, y se buscaronlos medios <strong>de</strong> apaciguar <strong>la</strong> cólera d<strong>el</strong> bárbaro. Se envió entonces una segundaembajada, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgas conferencias se convino al fin que <strong>la</strong> ciudad pagaríacinco mil libras <strong>de</strong> oro, treinta mil <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ta, y que se le daría cuatro mil túnicas <strong>de</strong> seda,tres mil tejidos <strong>de</strong> <strong>la</strong>na teñidos en púrpura, y tres mil libras <strong>de</strong> pimienta. Pero comoentonces no había p<strong>la</strong>ta en <strong>el</strong> tesoro público, se hizo necesario que los senadorescontribuyeran en proporción a sus bienes. Pal<strong>la</strong>dio fue <strong>el</strong>egido para regu<strong>la</strong>r estacontribución. Pero, ya fuese que hubiesen escondido una parte <strong>de</strong> sus bienes, o qu<strong>el</strong>as exacciones ávidas y continuas <strong>de</strong> los emperadores los hubiesen reducido a<strong>la</strong> pobreza, no se pudo reunir <strong>la</strong> suma entera. Para colmo <strong>de</strong> males, <strong>el</strong> genio malévoloque presidía los asuntos <strong>de</strong> ese siglo llevó a quienes estaban encargados <strong>de</strong> recaudaresa suma a tomar los ornamentos <strong>de</strong> los templos y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s imágenes <strong>de</strong> los dioses paracompletar<strong>la</strong>. Ello no era otra cosa que arrojar en <strong>el</strong> <strong>de</strong>shonor y <strong>el</strong> <strong>de</strong>sprecio <strong>la</strong>simágenes cuyo culto había hecho floreciente a Roma durante tantos siglos. Portemor a que no faltara alguna cosa en <strong>la</strong> ruina d<strong>el</strong> Imperio, se fundieron tambiénalgunas imágenes <strong>de</strong> oro y <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ta, y entre otras, aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Virtus, esa que hizojuzgar a aqu<strong>el</strong>los que eran sabios en los misterios <strong>de</strong> <strong>la</strong> antigua r<strong>el</strong>igión que lo querestaba <strong>de</strong> virtud entre los romanos sería bien pronto totalmente extinguido. (...)Habiéndose reunido <strong>de</strong> tal manera <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ta que se había convenido, se mandó <strong>de</strong>cir alemperador que A<strong>la</strong>rico, no contento con <strong>el</strong>lo, pedía a<strong>de</strong>más como rehenes a los hijos<strong>de</strong> <strong>la</strong>s mejores familias, <strong>media</strong>nte lo cual prometía no sólo convenir <strong>la</strong> paz con losromanos, sino también unirse a <strong>el</strong>los para hacer <strong>la</strong> guerra a sus enemigos. Habiendo<strong>el</strong> emperador aceptado esas condiciones, se entregó <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ta a A<strong>la</strong>rico, quien permitióa los habitantes salir durante tres días para comprar víveres y para llevar granos d<strong>el</strong>puerto a <strong>la</strong> ciudad, <strong>de</strong> tal modo que obtuvieron un poco <strong>de</strong> holgura para respirar. Unosvendieron lo que les quedaba para comprar aqu<strong>el</strong>lo que les era necesario. Otros, enlugar <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r para comprar, obtenían por trueque lo que precisaban. Después, losbárbaros se retiraron <strong>de</strong> Roma y acamparon en Toscana. Salió <strong>de</strong> Roma durantetres días una tan prodigiosa cantidad <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vos que se fueron a unir a <strong>el</strong>los,que se cree que no eran menos <strong>de</strong> cuarenta mil. Algunos bárbaros, corriendo <strong>de</strong> un<strong>la</strong>do a otro, atacaron a romanos que venían <strong>de</strong> comprar víveres en <strong>el</strong> puerto. CuandoA<strong>la</strong>rico lo supo, tuvo <strong>el</strong> cuidado <strong>de</strong> hacer castigar a los autores <strong>de</strong> tal violencia, en <strong>la</strong>scuales él no quería tomar parte”.Este <strong>la</strong>rgo pasaje que hemos querido citar en toda su extensión,contiene una serie <strong>de</strong> aspectos dignos <strong>de</strong> ser analizados con <strong>de</strong>talle. Como <strong>el</strong>lector <strong>de</strong>be haber notado, explica que los paganos recordaban mejorestiempos –<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su visión <strong>de</strong> los hechos- en los que se veneraba a los dioses yen los que Roma era exitosa gracias a <strong>el</strong>los. El <strong>de</strong>sprestigio <strong>de</strong> sus imágeneshabía provocado –según creían- <strong>la</strong> ira divina y <strong>el</strong> retiro <strong>de</strong> su protección. Noobstante, <strong>la</strong> cantidad prodigiosa <strong>de</strong> gente que huyó <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad y se pasó al<strong>la</strong>do <strong>de</strong> los bárbaros, <strong>la</strong> explotación impositiva, <strong>la</strong>s enfermeda<strong>de</strong>s, y <strong>el</strong>hambre no fueron pasadas por alto en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato. E incluso <strong>el</strong> autor <strong>de</strong>ja ver quese obtuvo permiso d<strong>el</strong> obispo <strong>de</strong> Roma –que parece c<strong>la</strong>udicar en su fe- paraque los paganos c<strong>el</strong>ebrasen sus ceremonias pidiendo ayuda a los dioses, ¡conlo que quizás se salvaría <strong>la</strong> ciudad! Un ambiente <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación habíaganado a <strong>la</strong> soci<strong>edad</strong> romana.27

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