N. Pierrotti, “El <strong>paso</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Antigü<strong>edad</strong> a <strong>la</strong> …”, Clio 34, 2008. http://clio.rediris.es. ISSN 1139-6237.Y agrega:Así, pues, cuando <strong>el</strong> ejército <strong>de</strong> los visigodos llegó a esta ciudad, envióuna d<strong>el</strong>egación al emperador Honorio, que se encontraba encerrado allí, para<strong>de</strong>cirle que, o permitía a los godos habitar pacíficamente en Italia, yentonces vivir con los romanos en paz, <strong>de</strong> tal suerte que <strong>la</strong>s dos naciones noparecieran más que una, o se preparaba para <strong>la</strong> guerra, y que <strong>el</strong> más fuertevenciera al otro, estableciéndose <strong>la</strong> paz tras <strong>la</strong> victoria. Aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s dosproposiciones horrorizaron a Honorio que, tomando <strong>el</strong> consejo d<strong>el</strong> Senado,d<strong>el</strong>iberó sobre los medios para hacer salir a los godos <strong>de</strong> Italia. Se <strong>de</strong>terminó alfinal hacerles una donación, confirmada por un rescripto imperial, <strong>de</strong> <strong>la</strong> Galia eHispania, provincias alejadas que por aqu<strong>el</strong> entonces había casi perdido, yque aso<strong>la</strong>ba Genserico, rey <strong>de</strong> los vándalos, y autorizó a A<strong>la</strong>rico y su pueblopara adueñárs<strong>el</strong>as, si podían, como si siempre les hubieran pertenecido. Losgodos consintieron en este arreglo, y se pusieron en marcha hacia losterritorios que les habían sido concedidos.Pero cuando <strong>el</strong>los se hubieron retirado <strong>de</strong> Italia, don<strong>de</strong> no habíancometido daño alguno, <strong>el</strong> patricio Estilicón, suegro d<strong>el</strong> emperador Honorio (yaque este príncipe <strong>de</strong>sposó, una <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> otra, a sus dos hijas, María yTermantia, que Dios llevó <strong>de</strong> este mundo castas y vírgenes), Estilicón, digo,avanzó pérfidamente hasta Pollentia, ciudad situada en los Alpes; y como losgodos no <strong>de</strong>sconfiaban <strong>de</strong> nada, cayó sobre <strong>el</strong>los, estal<strong>la</strong>ndo una guerraque habría <strong>de</strong> llevar a <strong>la</strong> ruina <strong>de</strong> Italia y a su propia <strong>de</strong>shonra. Este ataqueimprevisto primero sembró <strong>el</strong> pánico entre los godos; pero bien pronto,retomando <strong>el</strong> coraje y animándose los unos a los otros, según su costumbre,pusieron en fuga a casi todo <strong>el</strong> ejército <strong>de</strong> Estilicón, lo persiguieron y loaniqui<strong>la</strong>ron: en <strong>el</strong> furor que los poseía, abandonaron su ruta y, volviendosobre sus <strong>paso</strong>s, entraron en Liguria. Después <strong>de</strong> haber hecho un rico botín,aso<strong>la</strong>ron también <strong>la</strong> provincia <strong>de</strong> Emilia; y, recorriendo <strong>la</strong> vía F<strong>la</strong>minia entre <strong>el</strong>Piceno y <strong>la</strong> Toscana, <strong>de</strong>vastaron todo lo que se encontraba a su <strong>paso</strong>, <strong>de</strong> un<strong>la</strong>do y <strong>de</strong> otro, hasta Roma. Entraron, en fin, a esta ciudad, y A<strong>la</strong>rico <strong>de</strong>jópil<strong>la</strong>r<strong>la</strong>; pero <strong>la</strong> <strong>de</strong>fendió <strong>de</strong> ponerle fuego, como es habitual entre los paganos,así como <strong>de</strong> hacer daño alguno a aqu<strong>el</strong>los que se encontrasen refugiados en<strong>la</strong>s iglesias <strong>de</strong> los santos.Los godos, <strong>de</strong>jando Roma, llegaron a Bruttium, pasando por <strong>la</strong>Campania y <strong>la</strong> Lucania, don<strong>de</strong> cometieron igualmente <strong>de</strong>strozos. Después <strong>de</strong>estar <strong>de</strong>tenidos un tiempo, resolvieron pasar a Sicilia, y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allá, al Africa(...) pero, algunos proyectos que realiza <strong>el</strong> hombre no se realizan sin <strong>la</strong>voluntad <strong>de</strong> Dios: en <strong>el</strong> tormentoso estrecho muchos <strong>de</strong> sus v<strong>el</strong>eros sehundieron, y otros, en gran número, se dispersaron; y mientras que,obligado a retroce<strong>de</strong>r, A<strong>la</strong>rico d<strong>el</strong>iberaba acerca <strong>de</strong> qué iba a hacer, <strong>la</strong> muert<strong>el</strong>o sorprendió <strong>de</strong> golpe, y se lo llevó <strong>de</strong> este mundo. Los godos, llorando a suamado jefe, <strong>de</strong>sviaron <strong>de</strong> su lecho al río Barentius, cerca <strong>de</strong> Cosentia; ya queeste río corre al pie <strong>de</strong> una montaña y baña a esta ciudad con sus aguasbienhechoras. Al medio <strong>de</strong> su lecho hicieron excavar, a una tropa <strong>de</strong> cautivos,un lugar para inhumarlo, y al fondo <strong>de</strong> esta fosa, enterraron a A<strong>la</strong>rico con unagran cantidad <strong>de</strong> objetos preciosos. Después, llevaron <strong>de</strong> nuevo <strong>la</strong>s aguas a su42
N. Pierrotti, “El <strong>paso</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Antigü<strong>edad</strong> a <strong>la</strong> …”, Clio 34, 2008. http://clio.rediris.es. ISSN 1139-6237.lecho primitivo; y para que <strong>el</strong> lugar don<strong>de</strong> estaba su cuerpo no pudiera serjamás conocido por nadie, mataron a todos los sepultureros”. 144Los godos fueron sorprendidos en su ingenuidad por los romanos, yreaccionaron ante un ataque injustificado. Como consecuencia, <strong>la</strong> vieja ciudadcaería ante los bárbaros y los restos d<strong>el</strong> Imperio occi<strong>de</strong>ntal comenzarían a<strong>la</strong>ngui<strong>de</strong>cer. Roma había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> mundo romano. Estamisma sensación <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong> dominio, se reflejaría en <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong>Gregorio I Magno (590-604) cuando en 593 se <strong>la</strong>mentaba por <strong>la</strong> nueva crisisque soportaba Roma, ahora sitiada por los lombardos:“Por todas partes vemos luto, por todas oímos gemidos. Las ciuda<strong>de</strong>sestán saqueadas; los castillos <strong>de</strong>molidos, <strong>la</strong> tierra reducida a <strong>de</strong>sierto. En loscampos no quedan colonos ni en <strong>la</strong>s ciuda<strong>de</strong>s se encuentran apenashabitantes (...) Los azotes <strong>de</strong> <strong>la</strong> justicia <strong>de</strong> Dios no tienen término, porquetantos castigos no bastan a corregir los pecados. Vemos a unos arrastrados a<strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud, a otros muti<strong>la</strong>dos, a otros muertos (...) De <strong>la</strong> que fue una vezdueña d<strong>el</strong> mundo, vemos ahora lo que queda, afligida como está en todos losfrentes por inmensos pesares, por <strong>la</strong> <strong>de</strong>serción <strong>de</strong> sus ciudadanos, losataques <strong>de</strong> sus enemigos y <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> sus ruinas (...) ¿Dón<strong>de</strong> estáahora <strong>el</strong> Senado? ¿Dón<strong>de</strong> <strong>la</strong>s gentes? Toda pompa y toda ceremonia se hanextinguido (...) El Senado se ha ido, <strong>el</strong> pueblo ha perecido (...) Roma estáahora vacía y en l<strong>la</strong>mas” 145 .Estas pa<strong>la</strong>bras, pese a su seri<strong>edad</strong>, <strong>de</strong>jan entrever que Roma había <strong>de</strong>algún modo sobrevivido a <strong>la</strong>s continuas dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años 410 y 476.No se había acabado como tal un siglo <strong>de</strong>spués, cuando continuabapa<strong>de</strong>ciendo <strong>el</strong> dilema <strong>de</strong> ciudadanos que huían <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad, los camposabandonados por los colonos, un po<strong>de</strong>río <strong>de</strong> antaño que solo era un recuerdo yun Senado ya extinto. La que fuera dueña d<strong>el</strong> mundo, ahora estaba vacía.Pa<strong>la</strong>bras muy gráficas.Al <strong>de</strong>saparecer gradualmente <strong>el</strong> temor hacia los bárbaros, <strong>la</strong> cristiandad<strong>de</strong>rivó hacia una visión provi<strong>de</strong>ncialista <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia, pensando que aqu<strong>el</strong>losinvasores no so<strong>la</strong>mente habían sido <strong>de</strong>stinados por Dios para castigar a Roma,sino que al mismo tiempo se les había traído para recibir <strong>la</strong> fe y garantizar unnuevo or<strong>de</strong>namiento d<strong>el</strong> mundo. Las situaciones vividas en Italia bajo <strong>el</strong>dominio lombardo, <strong>de</strong>jaron al papado romano con <strong>el</strong> control político d<strong>el</strong>gobierno y <strong>de</strong> <strong>la</strong> administración romana, y por este camino los territorioscircundantes se organizaron bajo <strong>la</strong> soberanía <strong>de</strong> Roma (siglo VI). Así <strong>la</strong> granUrbe se configuraría nuevamente como eje político <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte, aunque <strong>el</strong>peso económico y comercial escapara <strong>de</strong> sus manos a favor <strong>de</strong> otras ciuda<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Italia, como Milán.144 Jordanes. “Gética”, L, 260-262, p. 125.145 Gregorio Magno. “Patrología Latina”, 76, 1.010-1.011. Tomado <strong>de</strong>: Jenkyns, R. “El legado<strong>de</strong> Roma”, p. 74.43
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