<strong>CRISIS</strong> <strong>DEL</strong> <strong>CRISTIANISMO</strong>/examen›Crisis de lareligión cristianaAlexander P. Zatyrka Pacheco, S. J.Director del Departamento de Ciencias Religiosas de laUniversidad Iberoamericana Ciudad de MéxicoLa crisis de una religión sobreviene cuandoésta ya no puede vehicular la experienciafundante que está en su núcleo y a la que nopuede dejar de hacer referencia.Es común escuchar expresiones que aluden a una crisisde las instituciones, de la sociedad, del Estado, de laIglesia. Con esto se trata de describir una situación deprecariedad, de disfunción, de necesidad de reformularlo que se consideraba como incuestionable. Creo queesta situación de inestabilidad en el fondo es una crisis cultural. Ydecir cultural significa decir religiosa, ya que no existe ningunacultura que no tenga una religión que la sustente (aunque sea unareligión secularizada o no confesional, inclusive “atea”). Algunosautores, como Clifford Geertz y sus seguidores en la antropologíasemiótica, consideran que la religión constituye el núcleo decualquier cultura, su auténtica esencia y la piedra angular de todoel edificio hermenéutico que hace inteligible la realidad.Desde esta perspectiva, la cultura se encuentra constituidapor tres elementos en permanente relación: su cosmovisión, susentido ético valoral y como destilado de ambos: su religión.La cosmovisión puede considerarse como un “modelo de”, esdecir, un referente que permite entender cómo son las cosas y lamanera como se encuentran relacionadas entre sí en estructurascongruentes e inteligibles. Teniendo un “modelo de” hace faltadesarrollar un “modelo para”. A la vez que entiendo cómo esla realidad, necesito un modelo que me permita decidir cómodebo de actuar dentro de esa realidad. El “modelo para” dentrode la antropología semiótica se llama ethos. El ethos de la culturada las pautas aceptables de conducta, la jerarquía de valores(axiología), lo que se recomienda y lo que se prohíbe, las notasde etiqueta y buenas costumbres, así como lo considerado tabúo mala educación. En suma, todo lo que permite evaluar el comportamientocomo aceptable o no aceptable. Estos criterios dejuicio están desde luego vinculados a la cosmovisión. Si tuviéra-mos que ponerlo en una frase podríamos decir: porque las cosasson así (cosmovisión), hay que actuar así (ethos).Este sistema de interpretación de la cultura propone que elvínculo entre una cosmovisión y un ethos es la religión. Más aún,la religión es el núcleo de toda cultura. Con el término religiónno se describe únicamente sistemas confesionales, como el cristianismo,el budismo o el islamismo. Toda la parafernalia propia de lassociedades secularizadas, como las marchas de protesta, los partidosde futbol, los conciertos de artistas de moda, serían consideradosactos religiosos porque sirven de puente entre una cosmovisión yun ethos, reafirmándolos recíprocamente. Efectivamente, un sistemareligioso es un conjunto de símbolos con referencia al trascendente(Dios) o a trascendentales (la justicia, el derecho, la ética,etc.) que vinculan la conducta de un grupo social (ethos) con laconcepción que este grupo tiene de la realidad (cosmovisión).La religión cumple la función, como su nombre lo indica,de re-ligar, re-unir, vincular de manera definitiva. Básicamente,pone en contacto al ser humano con el mundo que lo rodea“tal como es”. Se podría decir que la religión permite re-encontrarsecon lo real. En el fondo de la religión cristiana (y detodas las religiones) hay una experiencia fundante que se viviócomo encuentro con aquello que se impuso como realidad últimay definitiva. El análisis lingüístico nos lleva a confirmar estaintuición. Los filólogos nos dicen que la raíz indoeuropea “sak”(raíz de sagrado, santo, etc.) significa “conferir existencia”, “hacerque algo llegue a ser real”. En toda religión existe un núcleoque implica una experiencia de toparse con Aquello (Aquel)que “confiere existencia”, que “hace que las cosas sean reales”.Estas experiencias fundantes se viven como una “revelación”,la irrupción de Algo (Alguien) que inicialmente no era obvio10 IBERO
y que de pronto se volvió perceptible e inteligible, quedandocomo referente definitivo.Las religiones se construyen alrededor de estas experienciasfundantes, vividas como incuestionables por lo contundentementereales que son. Experiencias que implican a un sujetoque las vivió y que fue transformado radicalmente por este encuentrocon lo Definitivo. En el origen de toda religión hay unapersona, un místico, y su experiencia de encuentro con Aquello(Aquel) que finalmente le permite “entender” y captar el “orden”que subyace en todo lo que lo rodea. También constataque cuando orienta sus decisiones y acciones refiriéndolas a ese“orden”, su vida es cada vez más armónica y plena.La crisis de una religión sobreviene cuando ésta ya no puedevehicular la experiencia fundante que está en su núcleo y a laque no puede dejar de hacer referencia. Podríamos decir que lasreligiones son básicamente “mistagogías”, caminos que ayudan asus seguidores a encontrarse con la Realidad Última, tal y comose vivió en la experiencia original de sus fundadores.Dentro de la tradición cristiana esta experiencia fundanteconsiste en encontrarse y ponerse en relación con una persona:Jesús de Nazareth, el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús se constituye encamino para todos sus discípulos al llevarles a experimentar lo queél a su vez vivió: apertura al encuentro con un Dios que se manifiestacomo Padre amoroso, con una misericordia sin límites y quequiere comunicar su capacidad de plenitud a aquellos a quienesama. Plenitud que paradójicamente implica entrega y renuncia.Jesús realiza en el cristiano lo que los psicólogos contemporáneosllaman “modelaje”, una especie de transmisión de saberes/experiencias/actitudes(en resumen, sabiduría) que va másallá del discurso común e implica a toda la persona y sus actitudesvitales. Esta sabiduría es “contagiada” a los que se acercan aél. Podemos decir que la mistagogía de Cristo (y que la comu-Ibero 11