«GLOBALIZACIÓN Y CULTURA»*ISIDORO MORENOCatedrático de Antropología SocialDirector del Grupo de Investigación GEISAUniversidad de Sevilla1. CONFUSIONES Y ERRORES EN TORNO A LA GLOBALIZACIÓNA pesar de que «globalización» es hoy una de las palabras más utilizadas nosólo en las ciencias sociales, sino a nivel cotidiano de calle, o precisamentepor ello, pocos términos son más confusos para la mayoría de los ciudadanoso, si se quiere, más polisémicos. Esa confusión no es el resultado de unapráctica inocente, sino que tiene como base un solapamiento entre realidadesy mitos que ha convertido el concepto en ideológico, aunque se presentecomo supuestamente descriptivo. Entiendo que existen dos tipos de erroresen cuanto al carácter de la globalización. El primero consiste en entenderlacomo una «nueva era» que rompe con todo lo anterior, bien por ser resultadode la llamada «revolución de las nuevas tecnologías de la información»,bien por suponer una estrecha «interdependencia» entre todos losterritorios y países del mundo. Se suele partir de que dichas tecnologíashabrían abierto posibilidades radicalmente nuevas, potencialmente alalcance de todos, que estarían convirtiendo nuestro mundo, o estarían en víasde hacerlo, en la «aldea global» que presagiara McLuhan: en una únicasociedad planetaria que se dirigiría hacia un único modelo económico, el del«Mercado libre», un único sistema político, la «democracia liberal», y unúnico sistema cultural, el de la «civilización moderna». Para quienes se adscribena este planteamiento, cuanto se opone al avance, definido como inevitabley positivo, del proceso de globalización es retardatario, conservador y* Una versión de este ensayo fue presentada y debatida en el Seminario Internacional«Mitos y realidades de la globalización», celebrado en Bogotá en mayo de 2002.
66 Isidoro Morenoopuesto a la marcha de la Historia. Y, para paliar los evidentes efectos negativos,colaterales, que la globalización provoca, la solución no sería otra queprofundizar la propia globalización en todas las dimensiones, porque seríanlas tensiones obstaculizadoras de esta o su insuficiente avance lo que produciríalos conflictos. Denomínese por sus adversarios neoliberalismo, pensamientoúnico o con cualquier otro nombre, es esta la posición hoyhegemónica en las instituciones económicas, políticas y la mayor parte delas académicas más influyentes del mundo.Una segunda versión, aparentemente más objetiva, del primer tipo deerrores parte de la definición de la globalización como la «era de la interdependencia».Como ha escrito en un reciente artículo William Clinton (2002),la bondad o negatividad de esta «dependerá de que los que vivimos en lasnaciones ricas extendamos las ventajas y reduzcamos las cargas del mundomoderno y de que las naciones pobres pongan en práctica los cambios necesariospara hacer posible el progreso». Estos cambios imprescindibles, queconducirían a esos países al desarrollo, giran en torno a «la apertura de losmercados» y al «avance en la democracia, los derechos civiles y el buengobierno». El ex-presidente de EE.UU. enumera «las fuerzas con más posibilidadesde moldear el comienzo del siglo XXI», que son, según él —y enello coincidirían la mayoría de los políticos autoconsiderados socialdemócratasy la mayor parte de los académicos—, «la economía global...(...), laexplosión de tecnologías de la información... (...) y la extensión de la democraciay de la diversidad». En un aparente ejercicio de objetividad, seseñalan también algunas contrapartidas negativas de la globalización comola «crisis medioambiental» y la «crisis sanitaria mundial». «Todas estasfuerzas —escribe—, positivas y negativas, son un sorprendente reflejo delgrado de interdependencia más extraordinario de la historia de la humanidad»,y la solución de los problemas estriba, tras conseguir «ganar laguerra contra el terrorismo», en extender la globalización a todos losámbitos: «no podemos tener un comercio global —que se destaca como elobjetivo principal— sin una política económica global, una política sanitariaglobal, una política educativa global, una política de medio ambienteglobal y una política de seguridad global». Resumiendo: globalización equivaldríasólo a acentuación de la interdependencia, y esta es potencialmentebuena para todos. Se trataría de extender la globalización a todos losámbitos, eliminando los obstáculos que se oponen a ello, para que se solucionasenlos problemas provocados hasta ahora. No se señala que la «interdependencia»,como la complementariedad, nunca se da en abstracto: esigualitaria o es desigualitaria, y la globalización es esto último, tiene unanaturaleza fuertemente asimétrica. Por ello no pueden extenderse las posibilidadesque se proclaman, ni puede ampliarse la democracia, ni ser respetadala diversidad, ya que la globalización consiste, precisamente, en vaciar