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“La posibilidad de admirar el mundo implica estar no solamente en él, sino con él. Estarcon, es estar abierto al mundo, captarlo y comprenderlo; es actuar de acuerdo a sus finalidadespara transformarlo. No es simplemente contestar a estímulos, sino que es algo más: esresponder a desafíos. Las respuestas del hombre a los desafíos del mundo, con las cuales vacambiándolo, impregnándolo de su “espíritu”, más que puro hacer, son quehaceres queinvolucran indicotomizablemente acción y reflexión” (Freire y otros, 1992: 34).Por la apertura del hombre al mundo se define la inconclusión de este, base de supermanente búsqueda. Advertimos en la cita anterior que no es una condición del hombre la merareacción ante los ‘estímulos’ de la vida social, este no es espectador de una realidad que esconstruida para él por otros hombres. La principal consecuencia de la concepción propuesta porFreire es que él es un ser de la praxis, el hombre es praxis.Es decir que la vocación del hombre, como orientación de este hacia el mundo, es la de sermás, es una vocación “que él debe existenciar, es la de un sujeto que opera y transforma al mundo”(op. cit: 34).El autor plantea que las condiciones concretas de las sociedades latinoamericanas niegan,minimizan, hacen del hombre un objeto, su vocación de ser más se ve sacrificada. Pero en este operarobjetivante sobre su vocación está en germen la afirmación de su vocación, base de la posibilidad delcambio.Dice Freire que la vocación del hombre es negada en la injusticia, en la explotación, en laopresión, en la violencia de los opresores. Pero como su antagónico subyace la posibilidad de lavocación afirmada, en el ansia de libertad, de justicia, de la lucha de los oprimidos por la recuperaciónde su humanidad despojada. (Freire, 1990)El autor advierte que la acción sobre el mundo, proceso revelador de la presencia delhombre, puede conducir tanto a la humanización de este como a su deshumanización, al crecimientodel hombre como a su reducción. Estas alternativas revelan al hombre su propia naturalezaproblemática y le plantean la cuestión de tener que escoger un camino u otro.Que el hombre sea praxis, establece ante todo una condición sin la cual la transformación delmundo no será posible. La capacidad de acción se enraíza, como vimos, en la in conclusión delhombre, que genera la energía de su permanente búsqueda en el mundo, pero esta búsqueda no sehace en soledad, la hace con otros, establece la dialogicidad como condición de este estar con otrosen el mundo.- 16 -