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“cuentan con otras formas culturales dinámicas paralelas, cada una de las cuales debe ser estudiadacomo tal y con relación a otras formas de dominación.”(Giroux, 1994: 60)Otro de los aportes de estos trabajos ha sido el de establecer una ruptura con la perspectivaque concibe la cultura como una forma de vida oponiéndole una noción que la considera una formade producción siempre atravesadas por formas de poder asimétricas, “las cuales permiten a losdistintos grupos luchar desde sus posiciones dominantes y subordinadas con objeto de definir y a lavez lograr sus aspiraciones” (Ídem. 60). Por último consideran a la cultura como “campo de lucha ydiferencia social” dinamizado por la conflictividad que la producción, legitimación y circulación designificados y experiencias le imprime la lucha.Antes de avanzar es necesario hacer una aclaración. Decir que lo cultural no se entiendesubordinado al análisis de clases sociales desde estos estudios no significa que promuevan abandonarel análisis de lucha de clases. Pasando en limpio, argumentan que se debe reconocer que lasdiferentes formaciones sociales se sitúan desde relaciones asimétricas de poder en la construcción dehegemonía, en las que están comprometidas la producción de visiones del mundo y de aspiracionessobre el desarrollo cultural, en donde se entablan desde posiciones dominantes o subordinadasdefinidas por elementos de raza, etnia y género, pero también de clase social, relaciones de lucha yconflictividad que definen la producción, legitimación y circulación de sentido que politizan el campocultural.En síntesis, así como los estudios culturales y las pedagogías críticas renuncian a entender locultural solamente desde la categoría de clase social, porque en este ámbito de la realidad existenotras formas de dominación, así también, y en el mismo movimiento, se oponen a las concepcionesque se adoptan sobre el tema desde el culturalismo y el relativismo cultural 4 .Siendo así se puede entender que el énfasis por enfocar en la vida cotidiana de las culturas,analizando sus formas particulares, concretas, históricas y sociales no significa aislarlas como4 La antropología social clásica había establecido una serie de oposiciones que correspondían a elementos de lasculturas y servían para definir a un grupo o formación social como civilización o cultura primitiva; entre estasoposiciones se encontraban, por enumerar algunas, arte/artesanía, ciencia/mito,escritura/oralita, etc.; en otros casos, como en el relativismo cultural, se aislaba a las culturas como entidadesinconmensurables, con patrones propios y particulares totalmente independientes de un sustrato humanouniversal; asimismo en otra línea teórica se comparaban en estudios transculturales los patrones de desarrollode las diferentes culturas sirviendo para imponer a las menos desarrolladas los de las más desarrolladas, en estepunto se destaca el funcionalismo antropológico.En cualquiera de estos casos puede decirse que se eliminaba la diferencia como valor y como construcciónsocial e histórica, pues se hacía prevalecer el patrón de la cultura occidental, desconociendo el de las ‘otras’culturas, o aceptando la particularidad encubriendo la intención hegemónica de sociedad occidental, blanca ymasculina.- 40 -