por los aires. En la otra, la dichosacaja de madera que contenía losfrasquitos y que estaba tapadapor una manta cochambrosa, iba,peligrosamente, por el fondo dela carreta de lado a lado, y justocuándo iba a chocar contra lapared lateral un cambio bruscode dirección perfectamenterealizado por el conductor y…milagrosamente la caja volvíaal centro. En la mente de losespectadores pasaba la idea de“¡uf!, casi, casi”.Avancemos enla película, que si noesto va a ser eterno.Momento en queel salvador llega alcampamento. En esaépoca, San Francisco noera más que un motónde lonas mugrientascolocadas a modo detiendas de campañasunas al lado de otras, unedificio de madera con unaprimera puerta que hacía lasveces de General Store, en lasiguiente puerta de cantina,y poco más.En ese instante, el malo,que en ausencia de nuestrohéroe había hecho de las suyasincluida alguna escena entre ély la chica donde se insinuaba lacomisión de algún delito contrala integridad física de ella, sacabasu lado fanfarrón y todos menosél sabíamos que, lo que iba ahacer, mejor que ni lo intentara.No haremos ningún spoiler sidescubrimos que las películassiempre acaban con “The End” yla manera de llegar allí pasaba porhacerle juguetear con uno de losfrasquitos. Como era de esperarla nitro hacía de las suyas y losguionistas se convertían en juecesy jurado sin siquiera haberle leídosus derechos al pobre infeliz.Ahora que ya no había malo,quedaba entrar en la mina.El jefe de la banda que lavigilaba, muerto quien le pagaba,no estaba por la labor de irse allísin cobrar y decidía adquirir eltítulo de propiedad de aquellastierras sin que ningún notariotuviera que dar fe de ello.Para resolver la contrariedad, ydado que los buenos tenían másfrasquitos de nitroglicerina, elhéroe la lanzaba contra los malosque fenecían ipsofactos i nque nadie másrecibiera un solo rasguño.El último frasquito se loreservaban para hacer explosionarla mina y que el oro fluyera araudales por las aguas donde losbuscadores cribaban la arena, yllegaba el fin de la película.Todo muy bonito, pero elpúblico se cansó de ver siemprelo mismo y los guionistastuvieron que poner sus neuronasa funcionar. Uno de ellos, al queno hemos logrado identificar,tuvo la genial idea de cambiar losdichoso frasquitos volátiles poralgo menos inestable, y…… tachán, tachán…Un inciso antes de seguir. Laculpa de que en una películaambientada entre 1848 y 1855se utilizará un elemento queno fue inventado hasta 1866 ypatentado un año después es delos documentalistas que no lespararon los pies a los guionistas.En esa guerra no vamos a entrarporque los hechos son los queson, y nosotros no estamos parasacar los fallos de nadie, queya cometemos los nuestrospropios.Volvamos al momento enel que los guionistas decidenque lo de la nitroglicerinaestá muy visto y necesitancambiarla por algomucho más espectacular,respetando la tramaargumental. Para ello no seles ocurrió otra cosa queponerse en contacto conun tal Alfred Nobel —elde los premios, sí, ése—que había conseguidoamansar a la asilvestradanitroglicerina.¿Cómo lo hizo?Los guionistas nolo contaron, solo loincorporaron a la trama, aunqueva a ser menester que nosotrosdesvelemos el misterio.Empezaremos porque la familiade Nobel tenía una empresadonde se dedicaban a manipularla nitroglicerina, la cual ya porentonces se usaba en la industriaarmamentística del momento.El caso es que el menor de loshermanos de Alfred murió, juntoa otros cuatro obreros, en unaexplosión causada por el dichosoJoF | NO. 14 | Marzo 2014 92
Cómo combinar todosestos elementos mejor no lodesvelaremos, no vaya a ser quealguno nos tome por lo que nosomos y, además, los guionistasnunca nos hicieron ver en pantallacomo los fabricaban.compuesto, y el creador delos afamados premios no paróde investigar hasta controlarla maldita inestabilidad de lanitroglicerina.En 1866, halló que una tierraabsorbente, una roca sedimentariasilícea formada por microfósilesde diatomea, era capaz deesponjar cantidades enormes denitroglicerina. El kieselguhr —asíes como se llama originalmentela tierra de diatomeas— estácompuesto de las conchas silíceasde plantas acuáticas unicelularesde tamaño microscópico, esresistente al calor, y humedecidopuede moldearse en barras demanejo perfectamente seguroconservando el poder de lanitroglicerina.Dinamita proviene dediatomita, y no es más que unexplosivo compuesto por dinitratode etilenglicol, comúnmenteconocido por nitroglicol. Yahemos dicho hasta la saciedadque la nitroglicerina es liquida einestable, pero al ser absorbida poresté tipo de tierra se transformaen algo más manejable sin quele reste un ápice a su capacidadexplosiva.Volviendo al cine y a losguionistas, que al fin y al cabo esde lo que va todo esto, tenemosque gracias a Nobel la escenade la carreta con los frasquitosdesaparece y en su lugar tenemosun nuevo elemento en escena.Un cilindro de papel de cuyoextremo cuelga un cordel,vulgarmente llamado cartucho,no es tan facilito de obtener sinque peligre la vida del artista. Paraempezar está relleno de ácidonítrico, ácido sulfúrico, glicerina,bicarbonato sódico, papel tornasol(es un papel que mide la acidez),algodón, pólvora y arena.Estamos en el punto en el quemilagrosamente al héroe le hacenllegar los dichosos cartuchos—nunca dejaban claro comosucedía, pero teniendo en cuentaque en el cine todo vale ese detalleera insignificante—. El valientey guapo protagonista entrabaen la mina, una vez se las habíavisto con el malo de turno, paraponer las cargas explosivas en lasparedes de la misma. La tensiónde la toma estaba en cómoencender la mecha, en si ésta eralo bastante larga, en si se apagabaantes de tiempo… Francamente,de suspense tenía nada y menos.El final era el mismo que conla nitro. La mina saltaba por losaires, las aguas del río se llenabande oro, el héroe se quedaba conla chica, salía el “The End” y lapantalla se fundía a negro.Un momento, que me acabade llegar otro mensaje de laorganización para la que trabajo.“Misión concluida.Este mensaje se autodestruiráen tres, dos, uno…”JoF | NO. 14 | Marzo 2014 93