D O S I E RLos GarcíaUN TENOR ESPAÑOLEN LA CORTE DE MURATDe entre todos los cantantes empeñados en alcanzarlas coras máximas de gloria. Manuel Garcíafue en verdad uno de los más decididos y aguerridosen perseguirla. En España debutó y obtuvopoco más que discretos éxitos, formando y dirigiendouna compañía que se especializó en el repertoriode tonadillas. Sus componentes eran deun nivel medio bajo; sólo e! nombre de LorenzaCorrea, que aparecía junto al de su hermana Laureana, puededar idea del alto nivel artístico al que aspiraba el músico. Músico,sí. y no sólo tenor, pues García era un apreciadísimocompositor. De hecho se puede deducir que Manuel .siempreestuvo indeciso a la hora de dar preferencia a una u otra actividadartística. Quizá debido a que duda.se sobre cuál de lasdas facetas le resultaría más fructuosa, en 1808. cuando teníatreinta y tres años, decidió que la única manera de prosperaren el más prestigioso campo de la ópera italiana, bien comocompositor, bien como cantante, era abandonando ¡a tierrapatria. Sólo de esta manera pudo cultivarse en un repertoriomuy de moda en el país, ¡pero que nunca hubiesen confiadoa un español! Nenio propbeta in patria.Para entrar en la ópera italiana, la meta más cercana eraParís. En la capital francesa, y también en Londres, uno debs dos Teatros Reales estaría consagradoexclusivamente a la ópera italiana.El éxito obtenido por Garda enFrancia era un buen augurio de laperspectiva halagüeña que el génerole ofrecía. El Théátre Italien loveia triunfar en la Gnsekiii de Paer,ópera que le permitía desplegartodos los recursos de su canto,adaptado, quizá por vez primera, alas exigencias de la lengua italiana.La ambición de García era cantaren los teatros más importantes deEuropa, pero también espera ha introduciren ellos sus propias composiciones.Dejaba Francia paramarchar a Italia, convencido de queallí encontraría mejor ocasión dehacer brillar su genioEn Italia, el mundo de la músicaestaba pasando por una etapa detransición. Hacía poco que la estrella de Rossini había aparecidoen el horizonte, destinada a borrar definitivamente losmodos de la escuela dieciochesca, y a relegar a un segundoplano al resto de los compositores contemporáneos, incapacesde superarle.Es este un momento increíble de la historia de la música;la moda rossiniana acapara al público, primero en los teatrositalianos, extendiéndose después, como una mancha de aceite,y conquistando incondicional mente :i todos los públicosde Europa, y como veremos, también los de América.Manuel, tras un in.stante de reflexión, será uno de los másFirmes defensores del genio de Rossini, y uno de los másconvencidos embajadores de su música.Junto a MI familia de músicos. García llegaba a Ñapólesen 1812, gracias a la sagacidad de aquel genio de la empresateatral que fue Domenico Barbaja. La contribución de estepersonaje a la historia de la ópera italiana está aún por estudiar,pero merecería particular atención. Cierto es que García,como después Rossini, Bellini, Donizetti y muchos otros colegashabrían encontrado en él un gran apoyo en la producciónmusical.El contrato que ligaba al músico con los Reales Teatrosnapolitanos lo contemplaba como intérprete y como autor.Por entonces García tenía en su catálogo una decena de óperas,todas en español, y casi ttxJas representadas en el Teatrode los Caños del Peral de Madrid. Barbaja, por tanto, debíafiarse sólo de su palabra, o encargarle una ópera sólo habiendoescuchado algún fragmento de su composición. Fuerancomo fueran las cosas, sólo en el San Cario y en el Teatro delFondo .sonó la música del tenor español.En el contrato firmado con el empresario se incluía laprestación de .servicios de Joaquina Sjtches, conocida en Italiacomo Gioacchina García, que se estaba especializando en papelesde comprimaria, y que estuvo presente en buena partede los títulos en que intervino el marido en los leatros napolitanos.Con el matrimonio viajaba también la hija María, quegracias a las enseñanzas vocales y el temperamento aprendidodel padre, de mayor se convertiría en la Malibran. Ñapólessería, como veremos, parte fundamental de su formación.El debut de Manuel y Joaquina sepruduce a la vez: en el San Cario serepresenta el 6 de enero tic 1812 unaobra bastante afortunada de Portugal,Loro non compra amare. A ManuelO,se le confía el papel de Alberto, a Joaquinael de Dorina. Como es nonnalen Ñapóles tras la presentación de ungran cantante en los teatros de la ciudad,el crítico del periódico oficial,aun elogiándolo, habla de él en .sentidonegativo y lleno de reservassobre su estilo y método de canto,que en este caso debió parecer demasiado-españolizante» para unosoídos tan dasicistas y académicos. Alcritico tampoco le gustó mucho suexcesiva desenvoltura en la interpretación,demasiado revolucionariapara un escenario cortesano y austerocomo el del San Cario. -El señorGarcía, nuevo tenor presentado paraesta ocasión, no desagrada; en un teatro menos importantesería aplaudido. No le falta agilidad, pero su método no esrefinado. Como actor, el señor García no carece de mérito;quizá cae de cuando en cuando en la afectación derivad) dedemasiada desenvoltura y libertad. A pesar de estos inconvenientes,no podemos sino felicitar al público de la adquisiciónhecha por nuestro teatro-.Por entonces García tuvo ocasión de cantar en el Teatrodel Fondo en dos óperas de Mayr: L¡ roccici di l-nawtistein,el 7 de mayo de 1812, y la más popular Elisa, ei 9 de junio siguiente.Ambas contaron con la participación de Emilia Fenzi,otra celebridad presente en la primavera de 1812,Con ocasión del santo del rey Gioacchino Napoleone, osea, Joachim Mural, el lí de agosto, se representó nadamenos que la ¡figenia in Atilidf de Gluck, símbolo de la sofisticadarenovación efectuada por la dirección artística de los
D O S I E RLos Garcíateatros napolitanos con un repertorio de valor musical indiscutible.Manuel interpreta a Aquiles: con él aparecen MariannaBorroni como protagonista, María Maicliesini como Clitemnestra.y Andrea Nozzari como Agamenón.Otro acontecí míen lo importante le espera a Manuel alacabarse el primer año transcurrido en Ñapóles. Tras la representación,el 7 de noviembre de 1812. de / Manli de Niccolini;el 13 de diciembre le toca el lumo en el San Cario ala Ecuba de Manfroce. El amor, alumno del conservatorio napolitano,demuestra en ésta como en la Alzira representadaen Roma en 1810 por la Colbran, considerables dotes de eficaciateatral, que anticipan en gran medida la renovación rossínianadel melodrama serio. Para U ocasión. García interpretóde nuevo a Aquiles junto al troyano Príamo de Nozzari:•Los dos tenores se repartieron los aplausos generales-, Estefue el sucinto comentario del Giomale deíle Due Sicile. La ausenciade rivalidad entre ambos deriva de una clara diferenciaciónvocal y tímbrica. aun tratándose del mismo registrode tenor. De esta combinación se servirá Rossini en sus óperasnapolitanas para caracterizar a sus personajes masculinos,haciendo rivalizar a García, exponente de canto extremadamentevirtuosístico y vocalizado, con Nozzari, de voz muchomás robusta, algo menos proclive a la eoloratura y la agilidad.Una vez que García se marchó de Ñapóles, Ro.ssini repitióel experimento con Giovanni David, jugando con el contrastedramático de la pareja de rivales en amores o políticapresente en casi todas las óperas compuestas para el SanCario,El segundo año de contrato de García con Barbaja seráimportante para la carrera de aquél. Tras haber participado el9 de febrero en la Zairu de Fedenci en el Fondo, junto a sumujer, el 9 de marzo de 1813 canta por vez primera con laColbran en los Rili di E/eso de Farinelli, que la cantante habíarepresentado la temporada anterior en Turín. García iniciócon su compatriota una relación de colaboración artística recíproca,que le indujo a pedir la participación de la sopranoen todas sus composiciones napolitanas. Con Isabel Manueltenía en común la patria, la óptima preparación musical y lalengua, lo que entre otras cosas le permitió insultarla en español.Manuel tenía realmente un carácter difícil, un temperamentocaliente, y sus modales eran tales que definirlos comobruscos sería un eufemismo. En Ñapóles tuvo cx-asión de demostrarlo.Más de un testimonio de su irascibilidad se conservaen el Archivo Histórico dt,' la ciudad. El litigio con la Colbranse remonta a julio de 1813. cuando -Manuel García,actor de la ópera en disputa con la Señora Colbran, duranteel concierto realizado en el Real Teatro del Fondo, se ha permitidoservirse de las expresiones más indecentes, colmándolade villanías».Por otro lado, cuando no estaba del tocio en sus cabales,Manuel no atendía a las circunstancias. Poco después de llegara Ñapóles, con ocasión de una de sus primeras representaciones,tuvo el valor de presentarse borracho en escena.Esta no es una de las muchas historias que se cuentan en lasbiografías de ios artistas de la época, sino un hecho acontecidoy testimoniado por los documentos policiales en los quese cita textualmente: »la indecencia mostrada por el tenorGarcía al venir al Teatro en estado de embriaguez, en e! quese encontraba la rexhe del 16 del corriente, que no fue capazsiquiera de cantar su aria del segundo acto. Esta falta de respetoal público es mayormente reprensible en una primeranoche de espectáculo nuevo que suele ser, como fue, honradopor la presencia de Su Majestad».La imagen de los compositores ycantantes de la primera mitad delsiglo diecinueve fue moneda corrienteentre los aficionados a lamúsica. Las de los García reflejaban alas claras su gusto romántico por excelencia,máxime cuando aparecíancomo personajes de ópera. Todos conocíana Manuel García como Oteio, aMaría Malibran como Desdémona o aPaulina Viardot como Tancredo. Perolo cierto es que este mercado se limitóen España a importar las estampasfrancesas e italianas, y hasta el presente,salvo unas xilografías anónimaspara los periódicos de la época, no seconoce nada más.Por suerte se sabe de la existenciade tres óleos de los García: el padre ysus dos hijas, asi como de cuatro obrasen piedra: dos del padre y dos de loshijos, realizadas en España, aunque notodas se conservan. El ejemplo másconocido es el óleo que pintó Coya,hacia 1803, de Manuel García, cuandoel actor y cantante tenía veintiochoaños de edad; la fuerza y vitalidad delpersonaje están perfectamente plasmadasen ei lienzo fBoston, Museo deBellas Artes). Existe también un óleode Antonio Esquivel de Pauiina GarcíaLA ICONOGRAFÍA(Bilhao, colección privada), pero no seconoce. Es probable que lo pintara durantela visita de la cantante a Madriden 1842, cuando cantó, con veintiúnaños, en el Teatro del Liceo Artístico yLiterario. El tercer óleo es de autordesconocido y representa a María García,Malibran, si bien es cieno que nose le parece en nada (.Almagro, Museodel Teatro).Mucho más interesantes son las esculturas.Por ejemplo, en la fachadaoriental del Teatro Real de Madrid, edificadaentre 1884 y 1885, se incluyóuna colección de siete bustos de músicos,y entre ellos estaba García. Lapieza, obra de Eugenio Duque, fuevista como un retrato -vehemente yenérgico- y se colocó en la hornacinaque daba a la calle de Felipe IV. Losdemás músicos retratados fueron Bellini,Rossini, Mozart, Donizetti. Meyerbeery Camicer.Pero esta fachada sólo se conocepor fotografías, ya que se perdió en lasreformas del edificio, y en ninguna estáel busto de García, por lo que se desconocecómo era, aunque cabe suponerque pudo estar inspirado en Goya.Igual suerte tuvo un busto, de autoranónimo, que .se colocó antes de 1848en la primera planta de la fachada delTeatro Principal de Barcelona, perotambién se perdió. En su lugar se realizóun medallón de María Malibran García,como la Desdémona del cuadro deDecaisne. que se colocó en la plantabaja y aún se puede ver en el teatro.En 1887 Fernando Arteaga y Pereirapublicó su libro Celebridades musicales(Barcelona, Editorial Torres ySeguí) con dos clichés de las hermanasGarcía: María de la Felicidad (XII) yPaulina (XIII).En 1<strong>92</strong>4 se preparó, en Madrid, unajplaca con el perfil del hijo de Garría;!el homenaje tuvo lugar en Madrid. Enjesta ocasión el escultor Vela del CastiJlio hizo un pequeño perfil en bajorre-1lie ve que recuerda un conocido dibujode Paulina. La placa se puede ver aúnen la calle del Reloj con esta inscriprjción: -A Manuel García Sitches, inventor del laringoscopio-.Sólo resta añadir que la iconografíade los García en España se ha enriquecido este año con los retratos quegrabador sevillano Alfonso Cintado hapreparado para este monográfico de ,revista SCHERZO.sch&fza