La izquierda nunca ha tenido una estrategia frente al ... - Viento Sur

tener en cuenta la situación mucho más injusta que sufren los países del sur. Pararechazar el papel que se nos asigna en esta Europa fortaleza que se está diseñandoa espaldas de sus ciudadanos: ser los policías de nuestros hermanos africanos, susrepresores y el muro que les impida pasar.Después de haber salido desde Tánger, Almería, Vigo, Zaragoza, y de haberpasado por Andalucía, Madrid Castilla León, Galiza, Murcia, País Valencia, estáactualmente trascurriendo por Euskadi, Catalunya y Aragón, y pendiente enCantabria y Asturies.Podemos decir sin lugar a dudas que la marcha es una realidad, tras haber atravesadopor más de un centenar de ciudades y pueblos; pasado por barrios donde el paroes más fuerte, donde la marginación es una realidad; haber ocupado empresas detrabajo temporal que generan el mayor grado de precariedad; haber celebrado asambleas,charlas debate; pararse en las cárceles como el lugar donde la exclusiónadquiere su carácter más duro; haber pasado por Parlamentos. Diputaciones, Ayuntamientos,protestando por su apoyo a las políticas económicas del capital y, en algunoscasos, entregando nuestras propias reivindicaciones; tras haber pasado por fábricas dearmas como rechazo a las guerras y reclamar la reutilización de sus multimillonariospresupuestos para la paz y la generación de bienes sociales; haberse solidarizado contrabajadores y trabajadoras despedidos, con sectores en reconversión, concentracionesen empresas en contra de las horas extraordinarias, en apoyo a la contrataciónde jóvenes, de acciones reivindicativas de un desarrollo respetuoso con el medioambiente, acciones reivindicando la gratuidad de los transportes para parados, desolidaridad con los inmigrantes, con los okupas, reivindicando una vivienda dignapara todos y todas, ocupaciones del INEM y de sedes patronales... Podemosconsiderar positivamente la marcha.No tiene sentido entrar en un análisis de cifras, se han desarrolladootros valores que tienen gran importancia si se avanza en ellos y se consolidan. Hahabido días y lugares en lo que se puede considerar que la participación ha sidoimportante teniendo en cuenta la apatía general existente, y la aceptación sumisa de lamayoría a la actual situación. Además ha dependido también de la preparación de lasmarchas en cada lugar teniendo en cuenta su planteamiento totalmente descentralizado,así como la autonomía prácticamente total para su preparación.Asimismo no voy a entrar en la participación de los grupos, sindicatos, organizacionessociales, políticas,... bastantes más de un centenar. Todos sabemos quién yquiénes están por la movilización y quiénes firman y no van mucho más allá, yquienes han aceptado el sistema como mal menor. A señalar, las contradicciones quese han creado y agudizado en determinadas organizaciones entre las posturas demuchos de sus militantes que han trabajado volcados en las marchas -sobre todo enMadrid y en alguna región de Levante (recogida por algún medio en prensa)- y laopinión de sus comités. Incluso la participación de algunos de esos militantes comomarchistas permanentes e internacionales en la marcha mediterránea.Por tanto: positiva. Sin demagogia, modestamente, con la objetividad de queestamos lejos de haber creado una fuerza social lo suficientemente fuerte parahacer frente a la actual situación de derrota de los trabajadores, de la izquierda yde la mayoría de la sociedad. Pero positiva desde la perspectiva de que hemos sidoVIENTO SUR Número .U/Maxo 1997 123