posible fisc<strong>al</strong>ización de la opinión pública. Quizás por ello conservan entre <strong>una</strong>población, escasamente ilustrada respecto a las tradiciones republicanas defensorasde lo público, <strong>una</strong> aureola de prestigio y dignificación soci<strong>al</strong>.A ello <strong>ha</strong>n contribuido las políticas ministeri<strong>al</strong>es renuentes a asumir sus funcionesinspectoras o a imponerles la asunción de sus obligaciones en la acogidade <strong>al</strong>umnos de todo tipo. Así la política de integración, psíquica o soci<strong>al</strong>, recaesobre la red pública, donde se recibe a los <strong>al</strong>umnos problemáticos, mientras laprivada, so capa de un exceso de demanda, mantiene los criterios de selecciónque considera adecuados arrojando de sus centros a los <strong>al</strong>umnos que no lesinteresan. Por eso no deja de resultar sorprendente la desfac<strong>ha</strong>tez de AlvaroMarchesi, anterior Secretario de Estado del ministerio de Educación,explicando, en un reciente artículo, <strong>una</strong> serie de medidas destinadas a consolidarla reforma educativa entre las que se encuentran la financiación de la misma, "elderecho de la enseñanza privada a recibir los recursos necesarios", y encontrapartida, el que "todos los centros sos<strong>tenido</strong>s con fondos públicos tendránla obligación de escolarizar a <strong>al</strong>umnos con necesidades educativas especi<strong>al</strong>es oque proceden de minorías étnicas o cultur<strong>al</strong>es /5". ¿Por qué no se hizo cuandogobernaba para el PSOE?Con esos viejos y nuevos defensores de la enseñanza pública hemos llegado aun punto en el que se asiste a un continuo trasvase de <strong>al</strong>umnos a los centrosprivados concertados, que previsiblemente aumentará. Allí <strong>ha</strong>y orden, se puedeaprender y se desconocen los problemas, según creencias extendidas entre lospadres, enajenados aún, por siglos de servidumbre intelectu<strong>al</strong>, con la imagenautoritaria, mitad patern<strong>al</strong>, mitad terrorífica de la Iglesia católica. Bastará unpequeño empujón de nuestra liber<strong>al</strong> ministra y lo público terminará convirtiéndoseen un lugar de beneficencia. Aunque esperemos que su afición <strong>al</strong> libremercado y la competitividad le lleven a comprender que ésta no se puede dar sino <strong>ha</strong>y previamente igu<strong>al</strong>dad de condiciones. Y hoy por hoy, los privilegios lostiene la privada.Una defensa de la enseñanza pública pasaría, en primer lugar, por establecerun debate sobre las funciones de la escuela, comenzando por la pertinencia deltrasvase de recursos <strong>al</strong> sector privado de la educación, y la necesidad deaumentar la financiación del sector público que, además, viene exigida por laaplicación de la LOGSE. Es difícilmente pensable que el PP rectifique, en eseterreno, los daños causados por los tecnócratas del PSOE a la enseñanzapública. <strong>La</strong> evidencia más clara es su actu<strong>al</strong> política económica restrictiva.Conviene, sin embargo, no reducir los problemas de la enseñanza a lacontraposición público/privado, como podría pretenderse desde <strong>una</strong> <strong>izquierda</strong>tradicion<strong>al</strong>. <strong>La</strong>s prácticas de <strong>una</strong> y otra son, con frecuencia, muy semejantes. Unademocratización re<strong>al</strong> supone avanzar en la participación re<strong>al</strong>" de los colectivosimplicados sin demagógicos enfrentamientos y sin dirigismos tecnocráticos yadministrativos. Acabar también con el estatuto de minoría de edad del <strong>al</strong>umnado,sin que ello signifique la mitificación acrítica e interesada de <strong>una</strong> supuesta culturapopular y juvenil sesgadamente programada, sustitutiva de su auténtica presencia.5/ Alvaro Marchesi, El País, 11 de febrero de 1997.86 VIENTO SUR Número 32/Maw 1997
Una reivindicación seria de la enseñanza requiere, <strong>frente</strong> a la formación psicologizantedel <strong>al</strong>umno, la rev<strong>al</strong>orización de la transmisión de saberes como posibilidadde comprensión de los mecanismos soci<strong>al</strong>es y de liberación de sus determinismos.Con ello las figuras del profesor y de la escuela quedarían definidas en base a lossaberes que deben transmitir y la auténtica función soci<strong>al</strong> que deben cumplir.Neoliber<strong>al</strong>ismo y Universidad Pública.Reflexiones para un debateLuis Enrique AlonsoSi por <strong>al</strong>go se puede caracterizar la situación actu<strong>al</strong> de la universidad es porqueestamos viviendo en ella la traducción, corregida y aumentada, de <strong>una</strong> larga seriede políticas socioeconómicas conservadoras que arman nuestro modelo soci<strong>al</strong>. Porello es necesario reflexionar sobre las características que están marcando este fin<strong>al</strong>de siglo, <strong>al</strong> igu<strong>al</strong> que sobre el modelo socioeconómico en que este fin de siglo sefundamenta, para pensar el tipo de Universidad Pública que se está construyendo-o quizás destruyendo- de manera entre visible e invisible ante nuestros ojos.Un primer elemento fundament<strong>al</strong> para enmarcar la situación universitariaactu<strong>al</strong> es referirse necesariamente <strong>al</strong> problema de la crisis de lo público; eldesarrollo de la crisis económica de años setenta se <strong>ha</strong> ido resolviendo en unproceso de fuerte neoliber<strong>al</strong>ización y de retorno <strong>al</strong> mercado. <strong>La</strong> universidad queestá en crisis es la universidad que <strong>ha</strong>bía sufrido un crecimiento notable y seguro<strong>al</strong> amparo de las políticas de demanda keynesianas de mantenimiento público dela economía y de compensación estat<strong>al</strong> de un amplio volumen de costes soci<strong>al</strong>esdel crecimiento económico. <strong>La</strong> Universidad Pública, por tanto, <strong>ha</strong>bía generadosu asentamiento soci<strong>al</strong> definitivo y su crecimiento -<strong>ha</strong>sta t<strong>al</strong> punto que se puede<strong>ha</strong>blar de un auténtico cambio de esc<strong>al</strong>a de la actividad universitaria- justo enVIENTO SUR Número 32/Mavo 1997 87
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