1de la escuela en su función prioritaria de transmisora de conocimientos". En tornoa ella aparecería un papel soci<strong>al</strong>izador más modesto, centrado en el accesounivers<strong>al</strong> a los saberes, en la idea de que <strong>ha</strong>y otras instancias soci<strong>al</strong>izadoras comola c<strong>al</strong>le, las asociaciones juveniles, etc.Ahí aparecería uno de los problemas de nuestra reforma, en el hecho de <strong>ha</strong>berseinspirado en <strong>al</strong>guno de los principios de lo que Claude Grignon <strong>ha</strong> denominado pedagogías"relativistas" <strong>frente</strong> a las pedagogías "legitimistas" o tradicion<strong>al</strong>es, cuyo origen yfunción selectiva y clasista an<strong>al</strong>izaron Bourdieu y él mismo. Aquellos análisisrelacionaban el fracaso escolar con la ruptura cultur<strong>al</strong> que las pedagogías legitimistasexigían a los <strong>al</strong>umnos de las clases populares. Sin embargo las pedagogías relativistas,más atentas <strong>al</strong> niño, <strong>al</strong> entorno y a v<strong>al</strong>ores populares, en la medida en que frecuentemente<strong>ha</strong>n derivado en un populismo simplista, <strong>ha</strong>n condenado a esas mismas capaspopulares a la guetización. Así lo indicaba Grignon cuando decía: "El etnocentrismo declase que esto implica se manifiesta en la v<strong>al</strong>oración que <strong>ha</strong>cen de la espontaneidad, lasensibilidad, la creatividad populares -<strong>una</strong> manera menos directa y más insidiosa, dereservar la abstracción y la capacidad de razonamiento para las clases dominantes."/2.Fracasaría así la imagen tradicion<strong>al</strong> de la escuela como resorte de promoción soci<strong>al</strong> y<strong>ha</strong>bilitación para el mercado de trabajo, que la LOGSE reactu<strong>al</strong>iza, <strong>ha</strong>ciendo abstracciónde las desigu<strong>al</strong>dades soci<strong>al</strong>es, pretendiendo que por sí sola resuelva todos los problemasemergentes de las diferencias soci<strong>al</strong>es. Fracaso también de la pretendida soci<strong>al</strong>ización eintegración, pues las pedagogías psicológicas más acordes con los estilos de vida de lasnuevas clases ascendentes (vinculadas <strong>al</strong> sector servicios y la industria de la cultura), nologran conectar suficientemente con los <strong>al</strong>umnos desfavorecidos /3. Pedagogías que, enrigor, <strong>nunca</strong> tuvieron como destinatarias a las capas populares.<strong>La</strong> praxis híspanaCentrándonos en el caso español, lo primero observable fue la correcta expansiónpublicitaria para la venta de la reforma entre la población, ya fuera a través de latesis de panacea <strong>frente</strong> a las desigu<strong>al</strong>dades soci<strong>al</strong>es, de la educación person<strong>al</strong>izadao de la introducción del mercado en el seno de la comunidad escolar. A ello seunía la potenciación del niño-adolescente-joven como rey del hogar y la sociedad-t<strong>al</strong> vez por su creciente importancia como consumidor y por su objetivación porlas nuevas pedagogías psicológicas-. El caso es que nuestro modelo educativo <strong>ha</strong>sido visto, en gener<strong>al</strong>, como un avance popular. Sin embargo, es preciso an<strong>al</strong>izar<strong>al</strong>gunos de sus aspectos más problemáticos.<strong>La</strong> transmisión de saberes. El primer elemento de reflexión podría ser elde las consecuencias de la importante desaparición de la función centr<strong>al</strong> detransmisión de saberes en los ciclos de enseñanza obligatoria. El olvido de estepapel parece <strong>ha</strong>cerse en aras del presunto desarrollo psicológico de los <strong>al</strong>umnos,tanto en la teoría reformista como en la imposible práctica docente entre unos<strong>al</strong>umnos previamente desinteresados en aprender.2/Claude Grignon. "¿Educar para qué?". Archipiélago, n° 6. Madrid. 1991, pág. 18 .3/ Julia Várela, "Clases soci<strong>al</strong>es, pedagogía y reforma educativa" en Arqueología de la escuela, Ediciones de <strong>La</strong>Piqueta, Madrid, 1991.82 VIENTO SUR Número 32/Mayo 1997
En principio no <strong>ha</strong>bría nada que objetar a esos planteamientos didácticos, que primanlos procesos cognitivos de aprendizaje o el ejercicio de <strong>una</strong> memoria significativa, <strong>frente</strong>a la acumulación de con<strong>tenido</strong>s programáticos sin comprensión por parte del <strong>al</strong>umno.Pero la re<strong>al</strong>idad plantea, de entrada, dos graves problemas. <strong>La</strong> imposibilidad materi<strong>al</strong> delfamoso "aprender a aprender" y de la "educación person<strong>al</strong>izada* en aulas masificadasque, con los nuevos recortes presupuestarios, no parece que vaya a tener solución. Hayque añadir la necesidad de que ese mismo aprendizaje cognitivo se re<strong>al</strong>ice sobre <strong>al</strong>go, losdenostados con<strong>tenido</strong>s, que la reforma no <strong>ha</strong> mejorado sino, en gran medida, suprimido.De modo que la "educación para la vida" y la "participación crítica", en ausencia desuficiente base informativa, se convierte en un pretencioso juego retórico.Así, se eliminan horas de las materias básicas, en particular las humanísticas, enla transmisión de saberes para añadir otras preferentemente destinadas <strong>al</strong> entretenimiento,t<strong>al</strong> vez porque se parta de la idea de que la extensión de la educaciónobligatoria implica la asunción, por parte de los pedagogos, de la minoría de edadde gran parte de la población o de lo limitado de sus intereses. Si la elección de loscon<strong>tenido</strong>s y las técnicas a transmitir comporta <strong>una</strong> decisión de carácter político eideológico -lo que en un momento determinado se considera oportuno que laeducación aporte- en nuestro caso, parece que se <strong>ha</strong> optado por las técnicas máspretenciosas y los saberes más sencillos y primarios accesibles a toda la población,lo que constituye el reverso y el s<strong>al</strong>do de la extensión univers<strong>al</strong> de la educación.Sin entrar en la cuestión de la obligatoriedad <strong>ha</strong>sta los 16 años en el marco de<strong>una</strong> enseñanza unificada -aquí sí que sin tener en cuenta los intereses de losindividuos-, que se presenta también como <strong>una</strong> solución para retrasar la entrada enla denostada formación profesion<strong>al</strong>, tradicion<strong>al</strong> destino de los más desfavorecidos.<strong>La</strong> re<strong>al</strong>idad es que tras esos cuatro años de <strong>ha</strong>cer como que se <strong>ha</strong>ce, el futuro delos <strong>al</strong>umnos aparece, cuando menos, oscuro.Aquellos que pretendan continuar <strong>ha</strong>cia el bachillerato, que en los últimostiempos ya se <strong>ha</strong>bía abierto a amplios sectores de la población, y con ello accedera la universidad, se encontrarán con que los con<strong>tenido</strong>s del mismo, aunque disminuidos,resultan excesivos para el nivel que se les <strong>ha</strong> exigido <strong>ha</strong>sta ese momento.Ello comportará la huida <strong>ha</strong>cia los centros reputados de superior nivel educativo,natur<strong>al</strong>mente de pago, o <strong>ha</strong>cia la búsqueda de ayudas particulares que compensenlo que los ciclos obligatorios no ofrecen.Qué decir de los que creyeron, dada la demagogia institucion<strong>al</strong>, que la educaciónobligatoria significaba la ausencia de selectividad y el aprobado gener<strong>al</strong>, con t<strong>al</strong> deaguantar un tiempo, a la espera de re<strong>al</strong>izar las s<strong>al</strong>idas profesion<strong>al</strong>es deseadas. Denuevo la re<strong>al</strong>idad de la legislación impone sus condiciones. Los que quieranre<strong>al</strong>izar <strong>una</strong> formación profesion<strong>al</strong> en condiciones, tendrán que aprobar el últimociclo de la Secundaria Obligatoria en tres años, ya que se puede repetir un curso, yno <strong>ha</strong>ber suspendido mas de dos materias en el año fin<strong>al</strong>. Caso contrario no puedenacceder a la formación profesion<strong>al</strong>, sino que pasan a soluciones <strong>al</strong>ternativas comolas "aulas t<strong>al</strong>ler" o la "garantía soci<strong>al</strong>" que, además de no ofrecer ning<strong>una</strong>definición explícita o títulos homologados, permanecen en la nebulosa de lasbuenas intenciones. Lógicamente, ese podría ser el futuro de las poblacionesdesfavorecidas a las que nadie se tomó la molestia de explicarl su inevitable sino.En el fondo se trata de recuperar la antigua resignación cristiana ante el destino,VIENTO SUR Número 32/Mavo 1997 83
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