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The Ruta Magazine nº7 Octubre 2015

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El paisaje fue cambiando paulatinamente, y los bosques y lagos se retiraban para dar paso a<br />

las montañas; Noruega es una tierra más accidentada; la lluvia volvió a sorprendernos y la<br />

niebla impedía ver los letreros. Mi bota izquierda se inundó y un banco de pececillos nadaba<br />

dentro. Tenía que cambiarme urgentemente, para no coger una pulmonía; los pies empapados<br />

incrementaban la sensación de frío. Paramos en la primera gasolinera para comer, repostar y<br />

cambiarme los calcetines por unos secos…; volvía a tener pies!!!, y aproveché para ponerme un<br />

par de bolsas de plástico para aislarme del agua.<br />

Ya no hay bosques frondosos, ahora las montañas te abrazan por un lado mientras las cascadas<br />

brotan de las verdes laderas con destino al mar que tienes a tu derecha… es IMPRESIONANTE.<br />

Vamos bordeando la montaña y con el mar a nuestra derecha, la carretera es ideal para ir en<br />

moto y en un recodo aparece la señal de “Nordkapp kommune” una alegría nos invade estamos<br />

ya muy cerca, casi podemos olerlo!!!<br />

Skarsvâg es un pequeño pueblo marinero a 10 kms de Nordkapp. Llegamos al hotel atravesando<br />

una espesa niebla, volvemos al ritual de “poner la secadora” (tendiendo la ropa mojada sobre<br />

la calefacción); ya somos unos expertos!!! El gerente del hotel nos aconseja no subir a la “Bola”<br />

ahora ya que el tiempo allí arriba está peor, según el parte meteorológico saldrá el Sol a partir<br />

de las 02h de madrugada.<br />

Decidimos esperar a la mañana siguiente; levantarnos temprano, subir a la “Bola” y luego bajar<br />

a desayunar.<br />

A las 05h sonaba el despertador con la esperanza de que la niebla se hubiese marchado, con el<br />

sueño de ver un Sol radiante, sonriente, alegre... y tras mirar por la cortina de la ventana estaba<br />

allí, casi con un guiño en su cara, en su esplendor aunque viendo su posición y las horas que son<br />

tardas en recordad que aquí, en época estival, no se pone, ni hay noche...<br />

Te preparas con la ilusión de un niño en la mañana de Reyes. El camino es corto, tan solo hay<br />

10 kms hasta el destino, último lugar de la tierra.<br />

Por aquí no hay árboles, el viento sopla fuerte<br />

y helado, algunos renos nos acompañan en<br />

el trayecto y a la lejanía ya se divisa... esta<br />

ahí... impasible del frío, del viento, del sol, de<br />

la nieve...<br />

Ya no hay vuelta atrás, estamos en el fin del<br />

camino, tantos kilómetros, tantas horas, tantos<br />

sueños, tanta ilusión... y te vas acercando...<br />

poco a poco, casi sin creértelo, sin querer<br />

acabar de llegar...

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