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28 “<strong>Aquí</strong> <strong>vivía</strong> yo” | 25 de noviembre de 2015<br />
Antiguos habitantes de Mendinueta lanzando el chupinazo.<br />
Vuelta a la vida<br />
entre ‘irrintzis’<br />
Casa Txantxo y Casa Mayorazgo se<br />
reúnen cada 12 de octubre para celebrar<br />
las fiestas de un pueblo ahora deshabitado<br />
Escrito por<br />
IZANIA OLLO Y BLANCA LARA<br />
Fotografías por<br />
IRANZU LARRASOAÑA<br />
Toni Agudo, de 61 años, corría por<br />
las calles empedradas de Mendinueta,<br />
en el Valle de Izagaondoa,<br />
mientras jugaba con la carroncha,<br />
un aro que se empujaba con<br />
una vara de metal para tratar de<br />
mantenerlo en pie. Hace cincuenta<br />
años, juegos como este eran con<br />
los que los hermanos Agudo pasaban<br />
las horas mientras el sol se<br />
escondía. Cada 12 de octubre este<br />
pequeño pueblo navarro se vestía<br />
de gala. Era tradición que, durante<br />
las fiestas del pueblo, los jóvenes<br />
del Valle disfrutasen bailando<br />
al son de las canciones interpretadas<br />
por los hermanos Olaverri.<br />
El día del Pilar, Txantxo, Antxon,<br />
Txiberri y Mayorazgo, las<br />
cuatro casas de las familias que<br />
habitaban este lugar ahora despoblado,<br />
se reunían en una explanada<br />
de hierba donde se divertían tirando<br />
el chupinazo. Año tras año,<br />
coincidiendo con el día de<br />
las fiestas locales, la familia<br />
Agudo regresa al completo a<br />
Mendinueta. Allí se reúnen alrededor<br />
de la mesa y aprovechan<br />
para recordar anécdotas de aquellos<br />
días en los que las casas todavía<br />
conservaban sus cimientos.<br />
Como si volviesen a ser niños<br />
de nuevo, Toni Agudo, junto con<br />
su hermano y su vecina, volvieron<br />
a escalar la torre medieval que<br />
Las fiestas duraban tres<br />
días. Tenían lugar delante<br />
de casa Txantxo, donde<br />
<strong>vivía</strong> la familia Goñi,<br />
en cuya era se hacía el<br />
baile todas las noches<br />
Toni Agudo<br />
antiguo habitante<br />
formaba parte del palacio. Tras<br />
un juicio muy disputado, terminó<br />
en manos del marqués de Claramonte.<br />
Según el Catálogo Monumental<br />
de Navarra, formó parte<br />
del palacio Cabo de Armería,<br />
propiedad de los Beaumont, en el<br />
año 1495. La torre, ahora, resiste<br />
el paso de los años rodeada por un<br />
abrigo de enredaderas que envuelve<br />
sus paredes, pese a los intentos<br />
de Toni por conservarla libre de<br />
esta planta invasora. Incluso hubo<br />
un momento en el que se utilizó<br />
como torre-campanario, ya que<br />
la atalaya estaba situada cerca de<br />
la iglesia. Cuenta cómo uno de los<br />
niños del pueblo se colocaba en el<br />
interior de la torre con un periódico<br />
mientras los demás se situaban<br />
en el exterior y veían cómo, a través<br />
de un ventanuco, se sucedían<br />
una serie de imágenes. Era una<br />
improvisada televisión.<br />
“En Mendinueta no había agua<br />
corriente, por lo que, cuando llegamos<br />
a Pamplona, estábamos<br />
todo el día con el grifo abierto”,<br />
cuenta mientras muestra un curioso<br />
invento del pueblo que le<br />
vio dar sus primeros pasos. Tras<br />
haberse casado con Aurelio Agudo,<br />
su madre se trasladó a Mendinueta.<br />
Fue allí donde se asombró<br />
al ver este artilugio construido<br />
por cuatro palos en forma de cuadrado.<br />
Este protegía las piernas