P r o d u c t o c h i l e n o Artículos DiseñADos por cultivADores pArA cultivADores WARNING: WHEN BALLAST IS PLUGGED INTO POWER SUPPLY, DO NOT TOUCH SOCKET OR LAMP. 400W 600W 600EL* 250W OCV
41 España), el sol pegaba fuerte y nada ni nadie nos detendría, lo teníamos todo bien atado. Pero dos líneas de riego se desconectaron en una zona poco visible. Murphy volvió a confirmar su ley, las líneas suministraban riego a las Catachronic. ¿Resultado? El 15% bloqueadas y las restantes ni recordarlo quiero. Aquellas dos líneas se repararon, pero ese fue el segundo error, las plantas estaban tan debilitadas y carecían tanto de nuestra atención y cuidados, que no tardaron en estar infestadas de oídio y araña. Todavía me pregunto por qué no las arrancamos. Habrá sido la falta de tiempo o el mal humor descomunal cada vez que visitaba la plantación. Lo que si era cierto es que si continuábamos con tanto despropósito mi salud mental y mi autoestima se iban a resentir. Para evitarlo convoqué una reunión de pastores. Una vez analizados todos los puntos a corregir, determinamos un tratamiento preventivo con extracto de tomillo rojo que activa el mecanismo natural de la planta para protegerse contra el oídio. También es llamado vulgarmente cendrosa que, traducido literalmente, significa “cenizosa”. Debido a su parecido a la ceniza puede confundir a los cultivadores menos experimentados con resina. También se regularon mejor los riegos y a la misma vez se añadió un producto para que las raíces ahondasen todo lo posible. Por fin se había hecho algo bien. A partir de entonces todo fueron alegrías, constantes visitas al cultivo y rigurosos controles hicieron que éstas fueran un deleite para los sentidos. Las idas y venidas de línea a línea oliendo cada una de las plantas hasta saturar el olfato hacían presagiar lo mejor. LA ORUGA Para hacernos descender de la nube nada mejor que la visita de la rosquilla verde gardama o Spodoptera Exigua (hunber). Fue tan rápida la invasión que la trampa de monitoreo quedó saturada, había una para todo el cultivo. No hubo más remedio que eliminar gusanos a mano, es lo mejor para evitar que entren dentro de los racimos florales y destruyan todo en forma de espiral, hasta acabar con el cogollo. Mientras realizábamos tan ardua tarea bajo un sol justiciero, las diez trampas cumplían su función capturando de cuarenta a cincuenta ejemplares por trampa, en tres días. Las orugas, generalmente, cuando son verdes están en estado larvario y en fase solitaria. Son de color marrón cuando forman grupos gregarios. La utilización de B.T, más un apetente de gusanos y orugas, optimizan la acción del B.T siendo un bioestimulante ante situaciones de estrés. Este producto está compuesto por levaduras que se encargan de atraer a la larva y expulsarla del racimo floral, comiendo la parte exterior impregnada de B.T. Su actuación no es muy rápida, pero es contundente, acabó casi con la totalidad de la plaga. COSECHA A partir de entonces se fueron sucediendo las recolecciones de las puntas más maduras de las Catachronic, que no sucumbieron tras la rotura del riego. Era increíble la sensibilidad al fotoperiodo que mostraban las plantas, pues estuvieron todas colgando y a buen recaudo a finales de agosto y primera semana de septiembre, lo que provocó un secado ultra rápido bajo las uralitas de una pequeña nave de cría de aves. Aquello parecía un microondas sin plato giratorio, los cogollos se pulverizaban al tocarlos, nunca pensé tener problemas relacionados con la deshidratación precoz de la cosecha, está claro que cada vez que tratamos con plantas hoy en día poco comunes, nos vamos encontrando con nuevos procedimientos a tener en cuenta si queremos un producto de calidad. Rápidamente se trasladaron los racimos a un sótano donde la humedad era de un 50% aproximadamente, parecía estar todo bajo control. Estábamos en la última quincena de septiembre, las noches cada vez eran más frías y algunos fenotipos empezaban a tornarse violáceos, mostrando los genes de su madre Matanuska Tundra. Había llegado el momento de analizar los resultados antes de cosechar, para ello nos armamos con lupas, refractómetro y guantes de látex. La valoración visual de la plantación global respecto a la discreción fue alta, las plantas quedaban totalmente camufladas, hasta el punto de localizarlas por unas marcas en el alambre superior de las líneas o por la ubicación de los tallos. El análisis de azúcares en las plantas mostraba la buena salud que gozaban. Teniendo en cuenta las adversidades podíamos estar satisfechos de los resultados obtenidos hasta el momento. Era el momento esperado, los racimos a simple vista no se aprecian muy grandes, son compactos y más cargados de tricomas de lo normal. Con la observación de la lupa, llegó la sorpresa. Los tricomas se agolpaban como los viajeros del metro en hora pico, sus glándulas eran de un tamaño considerable, el 25% presentaba color ambarino, justo en su punto de recolección. A partir de entonces el tiempo cambió. Pronosticaban lluvias y cosechar con las plantas húmedas, sabiendo que en su interior albergaban las deyecciones de las larvas, era un caldo de cultivo perfecto para los hongos. Nos apresuramos a cosechar plantas enteras. Durante toda la manipulación nos acompañó ese olor característico del aceite de oliva, esas tierras tienen fama por dar un aceite de primera calidad. Esta vez la nave de cría fue perfecta pues las tormentas fueron constantes después de la primera semana de secado. Esto ayudó a que el proceso de secado fuera lento y constante, para ello nada mejor que ventanas regulables y un deshumificador preparado para utilizarlo cuando la humedad era demasiado elevada. CATA FINAL Solo quedaba emborracharnos terpénicamente, nuestras narices rebuscaban matices, tonos identificativos que nos llevasen a plasmar con palabras lo recogido por nuestras glándulas olfativas. Como era de esperar los matices y tonos variaban según el fenotipo, pero en la mayoría resaltaban tonos florales, con un matiz de fondo terroso y la predominancia de un olor inconfundible a aceite de oliva. Esto me hizo pensar en todas esas etiquetas que adornan los envases de vino y aceite, sus descripciones eran muy coincidentes respecto a mis conclusiones. Para acabar de confirmar su veracidad y no ser influido por las circunstancias decidí encontrarme con el encargado de la finca. Nadie mejor que él para hacer una cata de caldos, le avalaban el consumo diario desde que las cepas fueron cosechadas por primera vez. No le advertí del propósito primordial del encuentro, pues no quería interferir en las conclusiones de la cata. Las suyas se parecían tanto a la mías respecto al cannabis que llegué a creer en la veracidad de las informaciones de numerosos medios y agricultores, cuando afirman que sus productos saben a la flora existente en la zona. De este cultivo cannavinícola surgieron especímenes de una calidad media alta, además de cuatro de calidad excepcional que me hacen volver a los viñedos cada vez que saboreo uno. Si se acompaña de un caldito de la zona mejor que mejor. De esta experiencia pude reafirmar las enseñanzas que mi progenitor muy sabiamente me inculcó. “Si quieres que algo salga bien hazlo tu mismo”. Uva y cogollos se dan la mano