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Excodra X: Lo onírico

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Miento si sueño<br />

Me invitaron las horas a rozar las almohadas y despertar al sueño, pero no era mi<br />

sueño el que se deseaba, sino el suyo.<br />

El de horas precisas que sujetan los días con luces amarillas de Sol en despedida. Las<br />

noches son insomnio y el alba pesadillas.<br />

El cuerpo va cayendo entre silencios quietos y ruidos que en cambio, al borde de la<br />

noche corren aprisa, aprisa y volver a sus casas, donde esperan que regrese otro día.<br />

Como hacia un precipicio se deslizan ideas, palabras alocadas, el furibundo genio de<br />

las cosas injustas, suspiros alargados de respirar deprisa.<br />

En contraposición, despacio llega ese soporte etéreo, donde los "alter egos" se<br />

instalan en la mente.<br />

Al abrirse la puerta de esa inconsciencia errática, se van precipitando hacia las<br />

manos, los ojos, un pie; la luz que aún me define debajo de una sábana... avanzan,<br />

avanzan y sin pedir permiso, su alocada aventura se desparrama entera.<br />

El viento acerca nubes raras, donde existe una casa sin apenas ventanas y en cambio<br />

varias puertas. Ahora llueve y la llena, pero al llegar al suelo el agua es como arena.<br />

Se va, alguien tiene una cuerda atada en un costado y tira tanto de ella que la mueve,<br />

la veo como pasa por encima de mí.<br />

Y se cae una silla y un florero de flores sin colores, que casi me tropiezan.<br />

Un árbol se me ha puesto delante, si intento rodearle se le abren ramas nuevas.<br />

Después de muchas vueltas cansada ya, me siento hacia su izquierda pero allí, ¡ya no<br />

hay árbol! Encuentro una escalera.<br />

Despacio giro el rostro y una ciudad me espera vestida de domingo luminoso, con<br />

gente que no espera. Me levanto. Intento una pregunta pero nadie contesta.<br />

El único que mira es ese perro de color blanquinegro, que parece que escribe con sus<br />

ojos mis letras. Me acerco un poco a él y se retira. Otro paso hacia él y en dos brincos<br />

muy ágiles, ha saltado la fuente que apareció de pronto en medio de la acera.<br />

Intento saltar yo, pero no caigo al otro lado de la fuente, sino que subo, subo, subo...

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