Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Y, sin embargo, aquí estoy, Señor, esperando<br />
que bajes hasta mí tus ojos de benignidad.<br />
Quiero sentir en mis entrañas la compasión de tu<br />
mirada, para que mi vergüenza empiece a<br />
convertirse en agradecimiento y mi esperanza en<br />
seguridad y mis lágrimas de contrición amarga en<br />
lágrimas de amor.<br />
Me atrevo a presentarme ante Ti, Dios mío, pero<br />
no me atrevo aún a levantar mis ojos.<br />
Acudo a Ti y me entrego a tu misericordia, hasta<br />
que tus ojos se aplaquen y me miren. Tu mirada me<br />
reanime y me conforte y me convierta en otro<br />
hombre y pueda yo también, Señor, mirar tu<br />
benigno rostro.<br />
—El que se humilla, será enaltecido.<br />
Cierto es, Señor, que nada hay en mí que pueda<br />
servir de cimiento para la soberbia. Cuando pienso<br />
con verdad en mí mismo, termino por despreciarme<br />
profundamente.<br />
Y más aún me desprecio, por los mismos deseos<br />
que siento de que los demás me estimen y<br />
consideren.<br />
A Ti te descubro, Dios mío, toda mi triste<br />
verdad, aunque Tú ya la conoces. No busco que me<br />
levantes, sino que tengas misericordia. No que me<br />
levantes con los dones de tus consuelos y gracias,<br />
sino que no me dejes hundido en el barro de mis<br />
miserias.<br />
123