Revista Yoga + Edición 73

Yoga y Flores de Bach
Tiempo Sentido
¿Cómo percibimos el único patrimonio
real que poseemos? ¿Hay diferentes
tiempos coexistiendo? Una mirada
diferente de un fenómeno que nos incluye
a todos: el tiempo y la terapia floral.
Por Eduardo Londner
12 &
Horas y horas esperándote
Horas dormidas, horas bellas.
Horas y horas sin saber por qué
Horas perdidas, horas muertas. Ersh Sans Souci
(La Canción de Virginia).
Flores para redimensionar el tiempo
• Impatiens: sensación de apuro.
• Aspen: miedo a lo desconocido.
• Honeysuckle: nostalgia por un pasado mejor.
• Elm: sensación de estar abrumado.
• Oak: cansancio por el esfuerzo.
• Walnut: adentrarse en el cambio.
• Wild Oat: descubrir la vocación.
No alcanza el tiempo. Si hubiera un poco más de
tiempo… rápido que no tenemos todo el tiempo
del mundo. La verdad es que sí. Somos, como dice
mi amigo y filósofo Alberto Ivern, copropietarios de la eternidad.
¿Cómo puede ser que no aprovechemos un minuto
para sentir?
Pasé por el molinete del subte saltando, la formación ya se iba
y no podía esperar a la próxima. En el andén se escuchaba un
grupo de música urbana tocando una canción de Creedence.
Me pareció que sonaban demasiado fuerte y acelerados, como
intentando captar la atención de los transeúntes. Pero nadie
se detenía a escucharlos. Ya nos apuraba el silbato tan molesto
que señala la partida del tren. Casi me agarra el brazo pero
pasé justo.
Es cierto que la conciencia de la propia muerte da una idea
de finitud que puede impulsarnos a hacer todo lo posible
en el lapso de vida que nos es otorgado. Pero hay tanta tela
antes y después de una vida humana que es casi gracioso
la importancia que nos damos. ¿Existiría el tiempo antes
de que lo empezáramos a medir? ¿Lo consideraríamos tan
importante como hoy en día? ¿O será como otras construcciones
humanas (gobierno, dinero, etc.) una idea genial que
nació como instrumento y devino en prisión?
Cuando pienso en las flores de Bach como llaves para abrir
las puertas con que la mente nos previene de acceder de golpe
al infinito (esto tal vez sea una protección al principio de
nuestra vida, o un video juego de los dioses que se deleitan
en ver cómo encaramos la vuelta a casa), el tiempo es una
de las pruebas a superar. La realidad cotidiana nos distrae
de lo más importante y trascendente, y por otro lado sólo
tenemos poder aquí y ahora. ¿Cómo estar totalmente alertas
en el instante que existe este? Creo que no se trata simplemente
de estar sino de sumarle la comunión con el alma,
esa esencia que sabe exactamente qué vinimos a aprender a
este plano.
Las miradas inquietas de los pocos que no estaban desesperados
respondiendo mensajes en sus teléfonos móviles evitaban
encontrarse con otros ojos. No hay tiempo para conocer a desconocidos
en una gran ciudad, mucho menos en el subte. La
única función que tiene ese gigante de metal, pensé, es sacarnos
de un lugar para meternos en otro rápidamente, y tratar
de ganar un poco de tiempo. ¿Tiempo para qué?
Si sentimos apuro, como si estuviéramos atrasados, es apenas
un truco de la mente. El doctor Bach lo sabía, y hasta lo
consideraba una enfermedad. Su esencia floral Impatiens
ayuda a equilibrar esta sensación de retraso permanente,
que nos puede instar a presionar al resto de nuestros hermanos
de camino.
Pero en plazos más amplios hay gente que dejó su vida en
el pasado, y ya no siente que podría aportar ni recibir nada
bueno, dejando su alma en el reino de la nostalgia. Pueden
probar Honeysuckle y concentrarse en su momento actual.
Nunca sabemos si estamos por experimentar nuestro mejor
momento.
Todos los florales para los miedos, pero en particular Aspen,
tienen relevancia a la hora de reintegrar nuestro reloj interno
hacia una percepción natural amplificada. Aspen, que se
utiliza para temores de origen desconocido, nos enseña a
internarnos en la oscuridad del gran misterio, un paso a la
vez y encendiendo la lámpara de la conciencia.
La sobrecarga de trabajo que conduce al agotamiento (que
se trabaja con la flor de Bach Oak) o al agobio (que se aborda
con Elm), también surge de una incomprensión del flujo
de energías naturales. Intentando lograr objetivos nos perdemos
de vivir. En el conocimiento del todo no hay nada