Revista Yoga + Edición 73

Colesterol
¿Medicar o corregir hábitos?
Vivimos obsesionados por los números de los análisis. El colesterol nos preocupa, y
queremos tenerlo dentro de los valores referenciales, pero diversos factores influyen
para que esto no suceda. El estrés es un agente desencadenante de un colesterol alto,
pero algunas modificaciones sencillas pueden hacer que los niveles normales se
recuperen. Cómo lograrlo, en esta nota.
Por dra. María Alejandra Rodríguez Zía*
Colesterol vital
El colesterol es muy importante y necesario y por eso la naturaleza
lo ha puesto en todas nuestras células. Forma parte
de las membranas y sintetiza sustancias como la hormona
sexual, las del estrés y las que mantienen el sodio y el potasio
en nuestro organismo. A su vez, forma parte de tejidos grasos,
como el cerebro, y actúa en su correcto funcionamiento.
La visión que hay que tener de un paciente con respecto al
colesterol, siempre debe ser integral y evaluar un conjunto
de situaciones que están vinculadas a la obesidad, a la arterosclerosis
y su aspecto psicobiológico:
• Qué experiencias está sufriendo que van a relacionarse
con su estado biológico.
• Cómo están las hormonas del estrés.
• Cómo está su peso.
• Si es sedentario.
• Si toma excesivo alcohol y fuma.
• Si come carbohidratos y grasas por demás.
Mitos y verdades
Solemos escuchar mucha información alarmante acerca del
colesterol.
El colesterol total normal es de 200. Es un valor fijo y no
es necesario evaluar la historia clínica completa del paciente.
Falso. Este es un valor de referencia del colesterol total, pero
no debemos dejarnos llevar sólo por este dato bioquímico.
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