Revista Yoga + Edición 73
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Campo y registro akáshico<br />
Plano celestial de la<br />
consciencia<br />
Akasha es la energía primordial, amorosa y consciente que genera, nutre y conecta<br />
todas las cosas. Ha sido denominado Akash, el OM primordial, la red de Joyas<br />
de Indra, la música de las esferas y miles de otros nombres a través de la historia.<br />
Interactuar con el Akasha de forma voluntaria requiere amplificar la frecuencia<br />
vibratoria para potenciar la percepción y manifestar la certeza de la comunión con este<br />
campo energético unificado de conciencia pura.<br />
Por Laura Lagos*<br />
Poner en palabras un Universo es una utopía. Definir<br />
(poniendo fin) lo infinito es una contradicción en los<br />
términos, por lo que intento de compartir, akasha<br />
mediante, la vivencia de la magnificencia de esta energía,<br />
invitando al lector a que realice su propia experiencia, única,<br />
irrepetible y perfecta en su sendero divino.<br />
Los antiguos maestros védicos enseñaban Nada Brahma: el<br />
universo es vibración. La energía akasha genera un campo<br />
vibratorio, llamado campo akáshico. Este campo está en la<br />
raíz de todas las experiencias espirituales y es y ha sido objeto<br />
de investigaciones científicas.<br />
Es el mismo campo de energía que santos, budas, yoguis,<br />
místicos, chamanes, sacerdotes y videntes han observado al<br />
indagar en su interior. Y está vinculado con conceptos como<br />
inconsciente colectivo, campo morfogenético, campo unificado,<br />
holotropía, multiverso, entre otros.<br />
Ha sido explorado, analizado y descripto por grandes místicos,<br />
filósofos y científicos, y experimentado por todos los<br />
que buscamos la conexión con nuestros mundos internos<br />
y externos (hasta reconocer que son uno y el mismo), aún<br />
cuando al estar la creación toda compuesta por akasha y por<br />
lo tanto, imbuida del campo akáshico, todos estamos bajo su<br />
influencia, lo sepamos o no, y más allá del nombre que le<br />
demos, o de la forma en que elijamos vincularnos con esta<br />
energía.<br />
La eternidad es el nido del éter. El prana, la energía primaria<br />
de la eternidad.<br />
Para la teosofía, akasha para formar materia, se desdobla en:<br />
Vayú, Tejas, Pritvy y Apas; porque akash contiene todos los<br />
Tatwas, y procede del matrimonio sagrado entre Adi Tawa<br />
y Anupadaka.<br />
En la tradición de la India Védica, akasha es el primer elemento<br />
material que surge del vacío, es el primer acto de<br />
creación de los cinco grandes elementos creados por el dios<br />
Brahma. Su característica principal es el shabd (sonido). En<br />
sánscrito akasha suele traducirse como “espacio, cielo, éter”.<br />
Es la sustancia física eterna, omnipresente e imperceptible,<br />
y puede entenderse como la sustancia que compone los planos<br />
sutiles superiores de conciencia que llamamos planos<br />
celestiales. El akasha es también conocido como el quinto<br />
elemento, el éter, fundamento, la esencia de todas las cosas<br />
en el mundo material, la energía etérica que todo lo conforma,<br />
la esencia divina universal en todo y en todos.<br />
Ser akasha<br />
Todos estamos en el akasha y somos akasha, sin embargo<br />
no siempre somos conscientes de esto. Interactuar con el<br />
akasha de forma voluntaria y consciente requiere amplificar<br />
la frecuencia vibratoria para amplificar la percepción y la<br />
consciencia y así manifestar la certeza de la comunión con<br />
este campo energético unificado de conciencia pura.<br />
A través de las disciplinas que nos permiten reconocer la<br />
unicidad entre energía y materia en nuestro ser, podemos<br />
adentrarnos en la experiencia directa de nuestra relación<br />
con este campo de conciencia y energía que nos envuelve<br />
y al que pertenecemos. No es teoría, no es una filosofía, no<br />
se trata de conceptos sino de vivencias íntimas y profundas<br />
en relación a la esencia del Alma. Entre ellas, el <strong>Yoga</strong> abre<br />
la puerta para que cada Ser Humano, si lo elige, pueda ascender<br />
a su máximo estado de iluminación y encontrar la<br />
verdadera naturaleza de su propia Alma y su relación con el<br />
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