Revista Yoga + Edición 73

Tercera Edad
“Ha llegado el momento de redefinir el
término ‘anciana’ y que convertirse en
‘bruja’ sea un supremo logro interior de
la tercera fase de la vida”.
9- Las ancianas escuchan su cuerpo.
Una anciana aprende que satisfacer lo que desean tanto el
cuerpo como la psique nos aporta una sensación de bienestar.
El aspecto externo no necesariamente le ha de importar.
Lo que cuenta es que su valía como mujer y ser humano no
dependa de eso.
10- Las ancianas improvisan.
La flexibilidad, el ingenio, una buena salud, amigos, la capacidad
de aprender y seguir creciendo, sentirse necesaria o
prestar algún servicio, poseer intereses cautivadores, junto
con la capacidad de disfrutar solas, son cualidades que nos
ofrecen la oportunidad de improvisar una buena vida.
11- Las ancianas no imploran.
Todo gracias al feminismo. Mientras que las mujeres maduras
coinciden en que “nadie puede hacerte sentir inferior sin
tu consentimiento”, dicho atribuido a Eleanor Roosvelt, creo
que sin el Movimiento para la Liberación de la Mujer sólo
alguien excepcional podía convertirse en una anciana.
12- Las ancianas se ríen juntas.
La risa de las ancianas se nutre de un pozo profundo de sentimientos.
Es la expresión del triunfo del espíritu y del alma
sobre aquello que podría habernos destruido o convertido
en unas amargadas. La alegría es la expresión espontánea de
la libertad y la celebración.
13- Las ancianas saborean lo positivo de la vida.
Saborear consiste en focalizar toda nuestra atención en una
experiencia y comprenderla de verdad. Se trata de sentir
gratitud por ese momento. La gratitud surge al ser consciente
de la existencia de posibilidades alternativas y de un
momento crucial.
Poder de transformación
Ésta es una época fabulosa para las mujeres que vivimos
la tercera etapa de la vida, sobre todo si nos encontramos
entre los cincuenta y setenta y pico de años. Podemos ofrecer
nuestra sabiduría y nuestras prioridades marcarían un
punto de inflexión. Sabemos que, cuando una comunidad se
convierte en lugar seguro para las mujeres y los niños, todos
estamos a salvo.
Ante un conflicto, las mujeres reaccionan ante el estrés de
una manera distinta a los hombres. Presentan una reacción
fisiológica que sigue las pautas de “ocúpate y confraterniza”.
Mantienen alianzas mutuas y eliminan el estrés por medio
de la conversación, lo cual nos da ventaja a la hora de mantener
conversaciones pacíficas.
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