Informe-Analisis-Entorno-Eje-Docencia-Pregrado

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Ciñéndose a la proyección de matrícula de pregrado realizada para la Universidad de La Frontera
(Gráfico 4.24) –que estima 10.545 estudiantes en 2023– y considerando que la matrícula de primer año
actualmente representa el 24,5% de la matrícula total es posible obtener una cifra tentativa de los
estudiantes de primer año para 2023. En efecto, asumiendo que la proporción del total de la matrícula que
representan los estudiantes de primer año se mantiene constante en 2023, este grupo debería estar
compuesto por 2.580 sujetos. En consecuencia, la matrícula de primer nivel debería aumentar en estos años
en aproximadamente 211 estudiantes.
Este diferencial implica que la Universidad de La Frontera, en caso de querer mantener el ritmo de
crecimiento del estudiantado de pregrado, debe implementar estrategias orientadas a este fin. Actualmente
la Universidad cuenta con 2.369 estudiantes de primer año y 48 programas –lo que da un promedio de 50
estudiantes por carrera–. De esto se desprende, en un cálculo a priori, que para alcanzar la cifra proyectada
para 2023, la institución debería, por una parte, ser capaz de incrementar la matrícula de todas sus carreras
en un 4% (aproximadamente dos estudiantes por carrera) y, por otra, abrir dos nuevos programas de
pregrado que cuenten con al menos 50 estudiantes cada uno o tres que reciban al menos 35 estudiantes. El
primero de estos puntos no debería ser difícil de lograr si se considera que la propuesta de reforma al
sistema de educación superior desliza la futura existencia de vías de ingreso a la universidad alternativas al
sistema general de admisión (Presidencia de la República de Chile, 2016).
Otro factor central en la configuración del escenario futuro es la participación de un número mayor
de instituciones en el SUA. Tal como se mencionó anteriormente, en abril de este año, el CRUCH aceptó el
ingreso de la Universidad Autónoma de Chile al SUA. Además del ya visto efecto que esto tendrá sobre la
cifra de postulaciones registradas anualmente en la región, este hecho podría influir, por una parte, en la
matrícula de la propia Universidad Autónoma de Chile y, por otra, en la cantidad de matrícula que las
universidades de la región logran atraer en primer año. En este sentido, es pertinente revisar el impacto que
tuvo la entrada a este sistema en las siete universidades que se adscribieron a este en 2011. A continuación,
en el Gráfico 4.27, se presenta la evolución de la matrícula de pregrado de primer año en dichas
universidades.
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