TU REVISTA10 JUNIO 2018

Que los brazos se muevan como si fueran las alas de un ave, suaves
pero firmes, sin blandeza pero sin rigidéz.
Las manos son gráciles. Fuertes cuando están en postura de defensa,
pero suaves cuando están moviendo la energía. Los pulgares
tienen que estar cerrados. Cuando vemos en algún movimiento a
través de las manos, los dedos deben estar semiabiertos para poder
ver lo que tenemos en frente.
Las piernas deben estar firmes pero con las rodillas flexionadas.
¿Cuánto de flexionadas? No somos chinos, no crecimos con esta
cultura, no podemos al principio forzar las articulaciones de las
rodillas. Se van flexionando poco a poco hasta que la persona esté
cómoda y no forzada, que la pelvis esté basculada para así no sacar
la barriga, ni el culo y que no se lastimen las lumbares. Recordar
que hay que flexionar y cada quién tendrá su tope en occidente.
Los pies son los que mantienen todo el cuerpo, si tropezamos, si
damos mal el paso, si no hacemos el cambio del peso del cuerpo de
uno al otro, lo demás se estropea. Siempre hay que usar el calzado
reglamentario. Cuando caminamos hacia adelante apoyamos primero
el talón y luego la punta, cuando lo hacemos hacia atrás es
primero la punta y luego el talón. No se levanta o gira un pie si no
está asentado todo el peso en el pie que queda en tierra. Cuando los
dos pies están en tierra se distribuye el peso entre los dos a menos
que se pida otra cosa. Normalmente se traslada el peso cuando se
va a dar un paso, un giro o un movimiento.
Vamos con la práctica
Como siempre empezaremos con el calentamiento
que aprendimos, estirar el cuerpo,
mover las articulaciones y hacer las respiraciones,
después hacer los pasos para soltar
el cuerpo, ponerlo en su sitio, y ya aquí
coordinar los pies para que sea más fácil ir
añadiendo las manos. Ahora después de esto
podemos empezar la práctica.
Primero haremos siempre el saludo al sol
y seguiremos añadiendo movimiento a mo-
vimiento para completar una forma corta.
Recordar que tenemos que tener en cuenta
que las orejas, los hombros, los codos,
las caderas y las rodillas estén en perfecta
alineación. Aquí respiraremos por la nariz
unas tres veces sintiendo que el cuerpo esta
en su sitio.
Aquí haremos la apertura de la pierna
izquierda y haremos la postura del jinete.
La recordaréis de los anteriores artículos.
Seguimos con la forma
Hemos acariciado la cola del ave por la derecha y tenemos la mano
izquierda al nivel de la cadera izquierda recta con la palma al suelo
y la mano derecha a unos 20 o 30 centímetros de la cara con la palma
hacia la cara y los dedos dirigidos a la izquierda.
Tocar el Arpa
Desde esta postura giramos la palma de la
mano izquierda hacia arriba y subimos hasta
llegar a tocar la mano derecha con la punta
de los dedos. Ponemos las manos en posición
de tocar un arpa. Que la mano derecha quede
más arriba. Los dedos de la mano izquierda
están a la altura de la muñeca derecha. Las
manos y brazos están cargados hacia el lado
derecho.
Poco a poco bajamos las manos simulando tocar un
arpa. La mano derecha baja hasta el frente del muslo
derecho y con la palma hacia el muslo pero sin
tocar se queda ahí. Al ir bajando la mano izquierda,
como está cargada al lado derecho se va quedando
el antebrazo en horizontal al llegar al nivel de la cintura.
Ahí dejamos por hoy la postura.
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