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Música
clásica
JOHANN
STRAUSS
II
El representante más destacado de la familia musical
de Strauss fue JOHANN STRAUSS (hijo), quien pasó
a la historia como “el rey del vals”
Johann Strauss II nació el 25 de octubre de 1825 en St.
Ulrich, Viena. Fue hijo primogénito del compositor Johann
Strauss, y hermano de los músicos Josef y Eduard
Strauss. Johann Strauss (padre) y Joseph Lanner fueron
dos de los primeros compositores vieneses que transformaron
el vals, que hasta ese momento era una simple danza campesina,
en un baile para la alta sociedad.
Johann padre tomó con descontento el deseo de su primogénito
de convertirse en músico. En cambio la madre, Anna
Streim, al ver el brillante talento del joven, apoyó su elección.
En 1844, Johann Strauss hijo fundó su primera orquesta y
debutó con ella en el Casino Dommayer de Hietzing, donde
se encontraba el principal salón de baile de Viena. Su éxito
fue inmenso. “¡Buenas noches, Lanner!”, “¡Buenas noches,
Strauss padre!”, “¡Buenos días, Strauss hijo!”, decían los
periódicos. Johann padre, encolerizado con su hijo y con la
desobediencia del propietario del Casino, se negó a tocar de
nuevo en ese lugar, que había sido escenario de sus muchos
triunfos anteriores.
A pesar de los éxitos vertiginosos de su vástago, Strauss padre
sostuvo su posición en el Olimpo musical de Viena y, en 1846,
el emperador Fernando I le otorgó el título honorífico de
K.K. Hofballmusikdirektor (Director Musical del Baile de
la Corte). En 1848 escribió la famosa Marcha Radetzky,
dedicada al mariscal Joseph Radetzky von Radetz, y de
esta manera demostró su lealtad a la monarquía. Strauss hijo,
en tanto, no ocultó su simpatía por las ideas revolucionarias
francesas de ese año, cuya influencia lo llevó a desconfiar de
la corte imperial.
Cuando Strauss padre murió de escarlatina en 1849, el joven
Johann fusionó las dos orquestas y se dedicó a su carrera con
renovado fervor. Compuso una serie de marchas patrióticas
POR Nadia Koval
dedicadas a Francisco José I, probablemente con intenciones
de congraciarse con el nuevo monarca de Austria.
Johann Strauss II superó la fama de su padre y se convirtió
en uno de los compositores de vals más populares de la
época, viajando con su orquesta por toda Europa. Varias
veces visitó Rusia para tocar en Pavlovsk, la ciudad donde
veraneaba la familia del zar. Tal fue su importancia que se
construyó una línea de ferrocarriles especialmente destinada
a los conciertos de Strauss.
Al atractivo y elegante músico jamás le faltó la atención femenina,
y tomó la difícil decisión de casarse a los 37 años. La
primera esposa de Strauss fue la cantante de ópera
Henrietta Treffz, llamada cariñosamente Jetty. Tenía ella
un agudo sentido para los negocios y apoyó significativamente
la actividad musical de su marido. Una de sus contribuciones
más importantes fue convencer a Johann para que probara
suerte en el mundo del teatro y la ópera. Así nació la opereta
más popular de Strauss, Die Fledermaus (El murciélago, 1874).
Además, gracias a un estímulo insistente, Jetty logró que su
marido obtuviese el codiciado puesto de K.K. Hofballmusikdirektor
en 1863. Durante su matrimonio con Jetty, Strauss
compuso un himno no oficial para Austria titulado An der schönen
blauen Donau (El Danubio azul). Inicialmente la melodía
había sido escrita como una pieza vocal para la Sociedad Coral
de Viena. Su fecha de estreno fue el 15 de febrero de 1867. A
pesar del calor, la sala estaba repleta. La música provocó un deleite
tan grande que el público exigió su repetición inmediata.
La segunda esposa de Strauss fue la joven actriz Angelika
Dittrich, con quien se casó en 1878, siete semanas después
de la muerte de Jetty. Angelika no era en absoluto partidaria
de su música y las diferencias de opinión, sumadas a la
distancia de edad (ella tenía 25 años menos), condujeron al
divorcio. Johann halló consuelo en su tercera esposa, Adele,
con quien se casó en 1882. Para registrar el nuevo matrimonio,
Johann se vio obligado a renunciar a la fe católica
y convertirse al protestantismo. Además, debió aceptar la
ciudadanía de Sajonia-Coburgo y Gotha; de modo tal que el
más famoso austríaco se convirtió en ciudadano alemán. En
sus últimos años escribió mucha música: las operetas Der Zigeunerbaron
y Waldmeister, los valses Kaiser-Walzer, Kaiser
Jubiläum, Märchen aus dem Orient, y Klug Gretelein.
Johann Strauss hijo fue admirado por compositores prominentes:
Richard Wagner gustaba del vals Wein, Weib
und Gesang (Vino, mujer y canción), y Richard Strauss
(no emparentado con la familia), al componer los valses de
la ópera El caballero de la rosa, dijo en referencia a Johann
Strauss hijo: “¿Cómo podría olvidar al sonriente genio de
Viena?”. Johannes Brahms fue uno de sus amigos más
cercanos, y es a quien Strauss dedicó el vals Seid umschlungen,
Millionen! (¡Abracémonos, millones!). Cierta vez, la hija
de Strauss se acercó a Brahms con la intención de pedirle un
autógrafo. Era usual que los compositores escribieran algunos
compases de su música más conocida y firmaran con su nombre.
Brahms, sin embargo, escribió unos cuantos compases
de los valses más conocidos de Strauss y a continuación firmó:
“Desafortunadamente, NO por Johannes Brahms”.
A finales de mayo de 1899 Johann Strauss padeció un fuerte
resfriado, y a la postre desarrolló neumonía. En los vagos
momentos de conciencia que tachonaron las últimas instancias
de la enfermedad de Johann su esposa lo oyó canturrear suavemente
“Con mucho gusto, amigos, el fin debe llegar”. Esta
canción pertenecía a su maestro, Josef Drexler. Johann
Strauss II murió el 3 de junio de 1899 en Viena. Su tumba se
encuentra junto a las de Brahms, Schubert y Beethoven
RECOMENDADOS
RECOMENDADOS DE NOTA PRINCIPAL:
Johann Strauss II, El murciélago. DVD (DG)
El murciélago (Die Fledermaus) es una opereta
cómica en tres actos. Se estrenó el 5 de abril
de 1874 en el Theater an der Wien de Viena. Se
basa en una comedia alemana de Julius Roderich
Benedix llamada Das Gefängnis (La prisión),
que a su vez proviene del vodevil Le réveillon de
Henri Meilhac y Ludovic Halévy. Johann Strauss
II compuso unas espléndidas melodías para esta
opereta, muchas de las cuales están incluidas en
la obertura de la obra. El vals vienés y los ritmos
de polca hacen bailar a los espectadores, permitiendo
sentir el éxtasis de la alegría.
NOVEDAD:
Franz Schubert, Trout Quintet. (DG)
Que un pianista de renombre se reúna con un
contrabajista y un trío de cuerdas para el quinteto
La Trucha (Trout Quintet) es algo relativamente
frecuente; pero la presencia de un violín estelar
es mucho menos común. Y pocas reuniones
hay más estelares que la de Mutter y Trifonov.
Afortunadamente ambos salen favorecidos en la
mezcla, y ninguno de los dos oscurece la interpretación
del conjunto. Trifonov toca con encanto
y delicadeza; Mutter, con delicioso ingenio. Sus
acompañantes se compenetran de forma casi
telepática. Las dos canciones de Schubert en
versión de Mutter y Trifonov son un extra más
que deseable.
PARA SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA:
Franz Lehár, El conde de Luxemburgo, DVD
(Arthaus)
Después del sensacional éxito de La viuda alegre,
Lehár completó esta opereta en tan solo tres
semanas del año 1909. Su primera opinión sobre
la obra fue que era “un trabajo desaliñado”.
Sin embargo, una vez más, la impulsividad y la
espontaneidad fueron los ingredientes de un éxito
rotundo. El conde de Luxemburgo es una opereta
original y colorida, a la altura de otros éxitos internacionales
de Lehár. Esta versión cinematográfica
ofrece una gran cantidad de entretenimiento
artístico, con un excelente reparto que incluye a
Eberhard Wächter, Lilian Sukis, Erich Kunz, Jane
Tilden, Peter Fröhlich y Helga Papouschek.
LIBRO RECOMENDADO:
Íñigo Pirfano, Inteligencia musical.
(Plataforma editorial)
¿Para qué sirve la música? ¿Por qué puede conmovernos?
¿Hace falta una preparación especial
para poder entenderla y disfrutarla? Inteligencia
musical no es solamente un libro extraordinario
sobre música, sino que además, desde la música,
ofrece una multitud de ideas frescas y sorprendentes
que se aplican a otras realidades humanas:
la vida afectiva y las relaciones interpersonales, la
capacidad de gestión y de liderazgo, el desarrollo
de las facetas espirituales y de la propia riqueza
interior. Con toda seguridad, este libro abrirá en el
lector insospechados horizontes.
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