_Quien le hacia la cena a Adam - Katrine Marcal
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La retórica de Margaret Thatcher y Ronald Reagan giró en torno a <strong>la</strong> idea de<br />
curar economías seriamente agonizantes con principios muy básicos. Sin<br />
embargo, ni Thatcher ni Reagan tuvieron éxito a <strong>la</strong> hora de conseguir que sus<br />
respectivos países experimentaran lo que se <strong>le</strong>s había prometido a lo <strong>la</strong>rgo de<br />
los años ochenta. Después de <strong>la</strong> crisis a comienzos de <strong>la</strong> década, <strong>la</strong>s<br />
economías estadounidense y británica empezaron a crecer (que es lo que<br />
sue<strong>le</strong> suceder<strong>le</strong> a una economía cuando sa<strong>le</strong> de una crisis), empezó a<br />
combatirse <strong>la</strong> inf<strong>la</strong>ción y los tipos de interés cayeron; sin embargo, <strong>la</strong> tasa de<br />
desemp<strong>le</strong>o seguía por <strong>la</strong>s nubes. Tanto Gran Bretaña como Estados Unidos<br />
vieron como se abría una brecha cada vez más profunda entre este<br />
crecimiento, por un <strong>la</strong>do, y un aumento apenas perceptib<strong>le</strong> de <strong>la</strong><br />
productividad durante ese período.<br />
Puede que <strong>la</strong>s ideas neolibera<strong>le</strong>s dominaran el debate durante los años<br />
ochenta; sin embargo, en el p<strong>la</strong>no económico, A<strong>le</strong>mania Occidental y Japón<br />
fueron los que tuvieron realmente éxito durante <strong>la</strong> década. Países que, desde<br />
luego, contaron con bancos centra<strong>le</strong>s encargados de combatir <strong>la</strong> inf<strong>la</strong>ción,<br />
pero que no adoptaron el paquete de reformas neoliberal.<br />
A<strong>le</strong>mania Occidental tenía rentas altas y sindicatos fuertes, y <strong>la</strong> economía<br />
japonesa se caracterizó por <strong>la</strong> gran inversión pública por parte del Estado. A<br />
pesar de ello, todo el mundo se sintió seducido por el neoliberalismo.<br />
Era algo que iba mucho más allá de un programa económico.<br />
Las teorías económicas neolibera<strong>le</strong>s hicieron acto de presencia y acabaron<br />
con <strong>la</strong> «estanf<strong>la</strong>ción», ese monstruo bicéfalo que había aparecido en <strong>la</strong><br />
economía mundial a fina<strong>le</strong>s de los años setenta. Una inf<strong>la</strong>ción alta y un alto<br />
índice de desemp<strong>le</strong>o. Dos prob<strong>le</strong>mas que confluían a <strong>la</strong> vez. Lo cual, hasta<br />
entonces, se antojaba imposib<strong>le</strong>.