_Quien le hacia la cena a Adam - Katrine Marcal
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decir, a través del exceso de trabajo, del exceso de estímulos para verlos<br />
hechos realidad, a través del gasto excesivo. Sin una alternativa y, al mismo<br />
tiempo, con toda <strong>la</strong> libertad de e<strong>le</strong>cción del mundo. Crédito, deuda, miedo y<br />
codicia. Solo porque corras cada vez más rápido no significa que no estés<br />
corriendo en círculos. El sueño exclusivo de sentirse totalmente separado. El<br />
mundo que acaba donde empieza. Dando golpes a diestro y siniestro y<br />
pidiendo a gritos aún más, mientras todos van a atacarte. Por eso haces lo que<br />
te dicen. Por eso te <strong>le</strong>vantas por <strong>la</strong> mañana. Por eso pagas <strong>la</strong>s facturas y<br />
guardas los recibos. Tener expectativas de algo mejor es solo una dolorosa<br />
trampa; una vaga promesa que se cue<strong>la</strong> en <strong>la</strong> oscuridad. Si quieres tener miel<br />
no debes matar a todas <strong>la</strong>s abejas. El mercado anida en <strong>la</strong> natura<strong>le</strong>za humana;<br />
y cada sociedad sufre en consonancia con su propio grado de estupidez.<br />
La economía debería ayudarnos a ponernos por encima del miedo y <strong>la</strong><br />
avaricia. No debería explotar esos sentimientos en nosotros.<br />
La ciencia económica debería analizar cómo se puede cambiar una visión<br />
de <strong>la</strong> sociedad y convertir<strong>la</strong> en un sistema económico moderno.<br />
Debería ser una herramienta para crear oportunidades para el desarrollo<br />
humano y social, no solo abordar nuestros miedos como expresiones del<br />
mercado.<br />
Debería entregarse en cuerpo y alma a resolver preguntas que son<br />
importantes para <strong>la</strong> humanidad, no solo análisis abstractos de posibilidades<br />
hipotéticas.<br />
Debería concebir a <strong>la</strong>s personas como seres razonab<strong>le</strong>s, no como vagones<br />
enganchados a <strong>la</strong>s consecuencias de una racionalidad ineludib<strong>le</strong> y coercitiva.<br />
Debería ver a <strong>la</strong> gente como partes integrantes de <strong>la</strong> sociedad, no como<br />
individuos cuyo núc<strong>le</strong>o nunca cambia y que flotan en el vacío a un brazo de<br />
distancia el uno del otro.