REVISTA_PESCA_NOVIEMBRE_2018

MAR PERUANO: ¿BENDICIÓN O
MALDICIÓN?
Por: Olger Linares
(Ingeniería Sin Fronteras Perú)
¿Bendición?
¿Maldición?
Siempre resaltamos que el mar peruano es uno de los
más productivos a nivel mundial. Igualmente de ser un
país pesquero, cuidándonos bien en no definir qué es
ser un país pesquero (¿Industrialización de la pesca?,
¿Consumo per cápita?, ¿Ingresos o porcentajes de sus
exportaciones?, etc.).
Perú desde hace décadas aún ocupa los primeros lugares
mundiales en lo que concierne a la pesca de anchoveta,
para la producción y exportación de harina y aceite
de pescado. Otrora importante productor de conservas
y congelados, hoy en día casi sólo exportamos materia
prima pesquera bajo forma de harina y aceite de
pescado.
Esta gran productividad, originada por un brazo de la
gran corriente marina que circunda la Antártida, tiene
como consecuencia la aparición de zonas de resurgencia
de aguas profundas frente a las costas de Perú y Chile,
con el consecuente aporte de nutrientes, origen de esta
gran riqueza marina. Esta productividad no siempre fue
así. Hace 3 millones de años -antes que surgiera el istmo
de Panamá- las aguas del Atlántico ingresaban libremente
hacia el Pacífico, lo cual modificaba las corrientes
marinas y calentaba al mar peruano. Las conchas de
abanico nos lo siguen recordando, cuando proliferan
ante un fenómeno de El Niño, mostrándonos sus preferencias
genéticas hacia aguas más cálidas. Hoy en día
con la sobre explotación, este fenómeno es menos notorio.
Por su Latitud cercana a la Línea Ecuatorial, al Perú le
correspondería un clima costero cálido, con costas verdes
debido a lluvias tropicales o semi-tropicales. Pero
muy por el contrario, sus costas son desérticas, atravesadas
mayoritariamente por torrentes en lugar de ríos
con caudales regulares. Sin embargo el verdor sí está
presente en las costas atlánticas de Suramérica. Igualmente
las tierras con aguas regulares también están
presentes en las costas suramericanas del lado Pacífico
(Colombia, Ecuador y Sur de Chile).
Este fenómeno es debido a que las costas peruanas están
cubiertas por un tipo de nubes formadas por la interacción
de sus aguas frías con el aire atmosférico caliente.
Estas nubes se caracterizan por ser muy pesadas,
no elevándose más allá de los 1000 metros sobre el nivel
del mar, las cuales difícilmente se concretizan en
lluvias. Las nubes a baja altitud tienen un efecto de enfriamiento,
mientras que las de alta altitud causan un
calentamiento superficial. Nuestras costas son casi nubladas
y desérticas, tanto en el Perú como en el norte
chileno. Aunado a esto, los Andes impiden la libre circulación
de las nubes en ambos sentidos. Con estas zonas
desérticas, cualquier lluvia “normal” para otros países,
se convierte para nosotros en aludes catastróficos, tal
como lo sufrimos periódicamente en las partes norte y
centro de las zonas costeras del país.
Una costa cálida, con lluvias regulares y por ende con
verdaderos ríos con caudales regulares, permitiría grandes
áreas para uso agrícola, tendríamos una agricultura
Revista Pesca noviembre 2018 50