Revista Central

DEPORTIVA
Nació en el barrio porteño de
Flores, pero hace más de una
década vive en la ciudad. Trabajó
como guardavida y bombero
voluntario. Es Piloto Instructor y
Biplaza N° 485, con licencia
otorgada por la FAVL (Federación
Argentina de Vuelo Libre) y FAI
(Fédération Aéronautique
Internationale); tudo bom, tudo
legal.
Integra, desde hace siete años,
“Parapente Mar del Plata”, la
única escuela de vuelo de Gral.
Pueyrredon y la zona, que cuenta
con permiso. En 2003 comenzó a
volar en Maitencillo (localidad
balnearia de la comuna de
Puchuncaví en la región de
Valparaíso, Chile) motivado por su
hermano, que ya hacía un tiempo
practicaba este deporte.
Su nombre es Fernando
Cacabelos, cumplió 45 años y
desde que tiene uso de razón
fantaseó con volar. “Desde
chiquito quería ser piloto de
avión. Entonces, cuando empecé
me gustó mucho. Parapente es la
expresión más libre de vuelo,
porque despegás con los pies,
como un pájaro”, contesta sobre
la sensación de remontarse cual
barrilete.
Mar del Plata
desde el aire
Una entrevista de alto vuelo
TEXTOS: David Akerman
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