. . . . . “Ahora a la televisión, después de tantos años, la tengo un poco relegada, aunque estamos armando con Susana la serie de su vida” CAMBIO DE RUMBO ¿Qué te da el teatro que quizás no te dio la televisión? Voy a contar una anécdota de la televisión para que se entienda lo que quiero decir. Un día se me había complicado mucho una grabación de “Mesa de noticias”. Tenía un libro escrito, íbamos en el día al aire y el invitado, que era especial, nos dijo que no venía. Miré hacia arriba y le pregunté a Dios: “¿Por qué tengo que estar pasando esto? ¿Por qué la tengo que pasar tan mal como en este momento?”. Por supuesto que uno le encuentra la vuelta y sale adelante. Haciendo una gira con el elenco a San Juan y a Mendoza, en el medio de la ruta, nos paró un móvil de una radio y nos preguntó si había una posibilidad de que alguno fuera al móvil para entrar juntos a San Juan. Y fue uno de los actores. Cuando estábamos yendo en la ruta y el móvil venía transmitiendo la entrada a San Juan, veía cómo de las casas que estaban cerca de la ruta, casas muy humildes, la gente al escuchar la radio salía con los pañuelitos blancos a saludar el ómnibus. Lo cuento y se me paran los pelos… Para que no me vieran me puse atrás de una ventana, porque se me caían las lágrimas, y entonces le agradecí a Dios la respuesta. La cercanía con el público… Fue maravilloso darme cuenta que tener ese contacto con la gente es diferente. Sabemos que hay mucha gente que mira los programas que uno produce, pero si no hacés algo en vivo, en el teatro, no tenés ese ida y vuelta tan maravilloso que es la gente. ¿Y por qué decidiste dedicarte de lleno al teatro? Porque me ayudó cuando falleció mi hija Romina. Yo hice Le Prenom, nos fue muy bien, estaba siempre lleno y me daba esta, alegría. Y me tocó un elenco de actores maravillosos, que cada vez que yo llegaba al teatro en el camarín me hacían una esta. Y la pasé bien. Entonces me dije que esto no podía ser sólo Le Prenom, entonces empecé a buscar obras y a ver, y me quedé con el teatro. Tus producciones de televisión tuvieron mucho éxito, ¿cómo lograste que ese éxito se replicara también en las obras de teatro que producís? No se replica. Yo creo que cuando las cosas se hacen con amor, con pasión y responsabilidad, estás mucho más cerca de que te vaya bien que de que te vaya mal. Yo soy la cabeza de un equipo maravilloso con el que le ponemos mucho para elegir una obra y lo hacemos con muchas ganas. Igual que cuando trabajé en la televisión. Ahora a la televisión, después de tantos años, la tengo un poco relegada, aunque estamos armando con Susana la serie de su vida y voy a poner un pie de nuevo ahí. Pero también para armar un equipo. Ya no estoy para estar ahí, en el día a día. De los libros sí, pero de las grabaciones no. Después voy viendo y si hay algo que corregir, se corrige. El teatro me encanta. No era que yo no lo hacía antes, lo que hacía era convertir lo de la televisión en obra: “Chiquititas”, “Floricienta”, “Bandana”… pero ir a buscar por los derechos de una obra no lo había hecho hasta hace ocho años. Y ahora estoy metido, este año vamos a tener cinco salas en Buenos Aires. Con Lino Patalano armamos el Liceo Comedy, adonde voy a llevar un gran musical, “Cabaret”, y tengo el mismo equipo que “Sugar”. Sólo cambio el director, porque Arturo Puig tiene otra obra, entonces se suma Claudio Tolcachir, un tremendo maestro. Va a ser un gran musical. Ahora (Lino) Patalano va a hacer el Roxy Comedy y cuando él termina acá arranco con el Apolo Comedy, o sea que se va trasladando la propuesta. 72:CENTRAL
CENTRAL:73