Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Tú belleza me hacía pedazos
papel y lucha contra ineptos hijos del patriarcado que ni siquiera pueden
pintar una mesa bajo unas simples indicaciones.
CUATRO
Hablamos hoy con Mario sobre nuestros vacíos mientras llevábamos a
Chachay al parque. Él los llamó baches. Usó una analogía que no entendí.
Quiso, eso sí, sacar a relucir el hecho de que alguna vez fui yo quien
le pidió tiempo, insinuando con ese gesto que “lo nuestro” era algo más
que una relación basada únicamente en el sexo. Me quedaba a dormir en
tu casa, Malú, me decía, ¿recuerdas? Por mi parte saqué a relucir su infidelidad
al inicio, cuando creía que lo nuestro sí podía ser algo más que
aquello que teníamos; recapitulé, asimismo, que me haya ocultado tanto
tiempo aquello de su hijo y haberme mentido con respecto a la madre del
niño. En fin, haberme tratado como a una idiota todo el tiempo. Le recordé
que fue él quien violó nuestro pacto posterior de cero exclusividad
con sus constantes acosos y celos. Él, en este caso es cierto, me buscó el
amor. Siento, sin embargo, que de estas cosas con gente como él que no
entiende nada de lo que se le dice porque es un pene con patas, egoísta
y sordo a cualquier verdad que no sea la suya, no puedo hablar. Sentía
que debía dejar las cosas allí y decidí, por tanto, irme a casa en busca de
tranquilidad. Lo hice, no obstante, me tomó fuerte del brazo, como es
propio en él, y pensé en estadísticas de feminicidio. Me solté, no sin dificultad,
ya anegado el rostro por las lágrimas, y pudimos escapar Chachay
yo. Íbamos caminando por el Boulevard Damasco de camino a casa, con
Mario revoloteando a nuestro lado como un colibrí furioso, como una
38