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Conchillas Patrimonio Vivo

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En ese entonces, en <strong>Conchillas</strong> estaban instalados dos hijos<br />

de Charles Hay Walker: Thomas y Charles. El primero siempre<br />

estuvo más vinculado a la sociedad de <strong>Conchillas</strong>, pues era<br />

el responsable de los movimientos de la empresa de exportación<br />

de piedra y arena. Charles, por su parte, estuvo al frente<br />

de la estancia Las <strong>Conchillas</strong> y se dedicó a los negocios<br />

agropecuarios.<br />

Fue Thomas, entonces, quien le ofreció a Evans encargarse<br />

del almacén de ramos generales. Tan importante era la figura<br />

del cocinero y tan imperiosa la necesidad de alimentar al pueblo<br />

(según estimaciones de la época, llegaron a trabajar más de 2.000<br />

personas), que la compañía construyó para él un enorme edificio<br />

en el tiempo récord de un año. La obra —llevada adelante por el<br />

también galés William Lumsden— contó con el trabajo de 400<br />

obreros, se edificó con paredes de piedra, techo de zinc y con una<br />

estética industrial típicamente británica. Entre 1910 y 1911 la Casa<br />

Evans —o Evans & Co. por su nombre en inglés— ya estaba pronta<br />

para funcionar. Fue el primer y único almacén de ramos generales<br />

de <strong>Conchillas</strong> y tuvo una sucursal en Pueblo Gil. La compañía no<br />

permitió jamás que ningún otro comercio le hiciera sombra.<br />

Román Chelo Fonte tiene 83. Casi no vivió el auge de la Casa Evans,<br />

pero su padre —que durante años trabajó en el puerto para los<br />

ingleses— sí. Fonte relata la llegada de Evans como se la contó<br />

su progenitor:<br />

Primero empezó con un mercadito. Hacía comidas al paso; la gente<br />

que trabajaba en la cantera iba y comía algo rápido. A los Walker les<br />

cayó bien y lo ayudaron a hacer el almacén de ramos generales. Yo<br />

no sé la cantidad de empleados que tenían, pero eran un montón.<br />

Solo para despachar las cosas del almacén había cinco. En la tienda<br />

de telas —en <strong>Conchillas</strong> había muchas costureras— había tres. Puede<br />

que fueran 30 personas.<br />

En el suplemento que salió con un diario de Colonia en 1987, con<br />

motivo del centenario de <strong>Conchillas</strong>, se recuerda la casa Evans así:<br />

La gente de campaña encontraba una impresionante casa comercial,<br />

casi sin restricciones para sus necesidades, ya fuera en compras<br />

al contado, o en la libreta, mensual para los que vivían de un<br />

sueldo, hasta la cosecha para la gente de campo… No se conocía la<br />

mendicidad en las calles.<br />

Cuando el padre de Román Fonte dejó de ser operario en el puerto,<br />

se puso a trabajar la tierra y su producción agropecuaria iba<br />

directamente a Casa Evans. «Nosotros llevábamos el surtido todo<br />

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