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junto a iniciativas nacionales que buscan
proscribir la tauromaquia.
En Colombia, las muestras de rechazo
social ante este cruel espectáculo son
abundantes y datan de décadas atrás.
Desde la creación del Estatuto Nacional
de Protección Animal (ENPA), Ley
84 de 1989, ya se evidenciaban pretensiones
legislativas para eliminar
las corridas de toros en el país. Sin embargo,
la presión taurina se encargó
de blindarlas al declararlas como una
excepción junto a otros espectáculos
que, a pesar de que exhiben violencia
y tortura explícita, absurdamente
no se consideran maltrato animal. El
ponente del proyecto de ley que dio
origen al ENPA, Jorge Eliseo Cabrera
Caicedo, en 1987 manifestó: “Ni este
proyecto ni la versión del mismo presentada
al Congreso el año pasado,
contiene prohibiciones para algunos
espectáculos con animales como las
corridas de toros y las riñas de gallos.
Debería tenerlos. La filosofía que lo
inspira y los razonamientos que lo
sustentan conducen a esa veda. Pero
alguna concesión había que hacer a la
barbarie nacional, para no crearle obstáculos
a la iniciativa”.
ción; establece los rangos de edades
y pesos de los animales involucrados
según el tipo de evento y de plaza;
define detalladamente las armas que
se usan para atacar a los bovinos:
banderillas, vara, puya, estoques (espadas),
rejones de castigo; establece
la composición de las cuadrillas de
personas que tienen como función
agredir al animal de turno y describe
puntualmente la metodología para
reducir al animal y torturarlo hasta la
muerte. Podría decirse que constituye
un manual de tortura y crueldad animal,
y, además sin sustento alguno, le
confiere el carácter de “expresión artística
del ser humano” a los espectáculos
taurinos, entre otras declaraciones
arbitrarias creadas para proteger la
tauromaquia. Varios artículos de la Ley
han sido demandados ante la Corte
Constitucional, institución permeada
por el sector taurino que ha tomado
decisiones trascendentales sobre la
La influencia taurina en el Congreso
colombiano en el pasado ha sido determinante,
tanto que en el año 2004
fue aprobado, sin mucha discusión,
el Reglamento Nacional Taurino - Ley
916/04, un escalofriante documento
básicamente calcado del reglamento
español que avanzó en el Congreso
sin tener en cuenta las voces en contra
de este sangriento festejo. Esta Ley,
que define los espectáculos y actividades
taurinas, fue creada inicialmente
con 87 artículos que especifican, entre
otros aspectos, la clasificación de las
plazas de toros y de los espectáculos
taurinos; los requisitos para su realizaexequibilidad
(viabilidad constitucional)
del reglamento, blindándolo
legalmente, y ha declarado ciertos
artículos como inexequibles (inconstitucionales).
Por otra parte, este conveniente reglamento
hecho a la medida de la empresa
taurina según sus propios intereses,
sancionado como ley por el presidente
de ese entonces Álvaro Uribe Vélez,
es constantemente incumplido por
ellos mismos sin que las autoridades
competentes actúen al respecto. Por
ejemplo, en cuanto a la edad y peso
de los animales lidiados, artículos 32
y 33, suele suceder que algunos toreros
o empresarios escogen animales
más jóvenes y livianos de lo permitido
con el fin de facilitar su muerte.
En cuanto a la integridad física de los
animales, artículo 35, se ha eviden-
Fotografía : Archivo particular Yani Mateus
ciado la práctica del afeitado, la cual
consiste en despuntar los cuernos
del toro de lidia, atentando contra la
integridad de las astas para reducir el
riesgo de los toreros. En adición, los
artículos relacionados con las solicitudes
y requisitos para la realización de
eventos taurinos no son cumplidos a
cabalidad, pues se ha encontrado publicidad
y realización de corridas sin
contar con los permisos establecidos.
Retomando los intentos para lograr
cambios legislativos a favor de los animales,
es notable la constante y evidente
preocupación por parte de algunos
congresistas para que la tortura
y muerte de animales por diversión
continúe siendo protegida, condicionando
sus votos a favor de determinadas
iniciativas solo si la tauromaquia
no se ve afectada. Ante esta situación
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