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GESTION TALENTO
Autoexigencia es hacer podio en un mundial y no acabar feliz por saber que podría haberse ganado. Le tocó asimilar y aprender a Consonni.. Foto:
Twitter Fortuneo.
En tanto a los padres y resto de
familia, como la personalidad
propia, no hay remedio, es la que
toca. Pero pueden tratarse. Por
iniciativa del propio hijo, que separe
un poco a sus padres de su
actividad. Por iniciativa de terceros.
Un buen entrenador o director
siempre tiene que dejar claro que
el “jefe” y las únicas opiniones y
órdenes que deben importarle al
chaval, una vez se viste de ciclista y
coge la bicicleta del equipo, son las
del director. Hay padres y padres.
Algunos quieren que su hijo sea una
estrella, y se comportan como
agentes sin escrúpulos, otros,
quieren que sea un gran deportista
también, pero lo desarrollan como
persona, no obligándole a entrenar,
gritándole tras carreras ni
firmándole contratos sin su opinión,
sino dándole las opciones, medios y
herramientas para que el chico
haga lo que quiera. Un buen padre,
a un chaval en categorías de base,
le deja claro siempre que puede ser
ciclista si quiere, como si quiere
practicar fútbol o baloncesto, que
es un juego y practique el que
quiera. En juveniles, un buen padre
ayuda al niño en lo que puede. Sin
equiparlo para el Tour, y siempre en
línea con el equipo, le apoya en
material, viajes y otros aspectos, y
en función del equipo y la tenencia
de un director más flexible o menos,
puede darle consejos, pero siempre
como padre, no como entrenador
ni agente. En sub23 debe saber
apoyar al ciclista, aunque
principalmente, la iniciativa debe
salir de éste y no de los padres. E,
imprescindible, un buen padre
nunca le aconseja, dirige, ni ayuda
al niño a seguir un camino para ser
profesional dejando de lado otras
opciones formativas y de futuro. Al
menos, no mientras que el chaval
no sea uno de los ciclistas tops
mundiales de su categoría a nivel
internacional en cuyo caso esté
bastante claro que puede y no solo
quiere ser ciclista. Pero siempre, una
vez más, la elección debe ser del
chico, igual que no debe serlo, la
de seguir una formación paralela,
algo sin lo que ningún equipo de
juveniles o u23 debería fichar a
ningún chaval de menos de 22
años. En cuanto a los otros agentes
del círculo directo, los amigos
funcionan prácticamente como la
familia. Éstos son, sin embargo,
elegidos por el chaval, y sus
mayores influencias se producen en
el estilo de vida. Un chico tiene que
divertirse, y no puede encerrarse en
casa para dormir, comer, entrenar y
descansar. Lo bueno que tiene el
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ciclismo, es que en general, solo
llega el que puede, quiere, y le
apasiona este deporte en su día a
día, por lo que poco a poco, a la
vez que el tipo de planes que se
hacen como amigos va
cambiando, el chico va regulando
a qué planes puede y no
apuntarse, o apuntándose qué
cosas del plan puede y no puede
hacer si realmente le gusta el
ciclismo. Hay casos y casos y a otros
hay que aconsejarle. Cortar por lo
sano es la peor elección, es como
cortar la alimentación de lleno a
una persona que no consigue
alimentarse bien. No salgas con
ellos es el peor consejo. Lo mejor es
hacerle razonar: Mira, puedes salir
perfectamente con ellos hoy, vas a
la discoteca, vuelves a las 1 en vez
de a las 6, o aprovechas para ir más
a la discoteca en invierno y menos
en temporada, vas y no bebes
alcohol por que éste va a estropear
todo el trabajo que ya has
hecho… Y otros consejos que lo que
hagan no sean cortar al chaval,
sino que el mismo vea que no tiene
que renunciar a tener amigos, sino
simplemente a realizar algunas
cosas de los que ellos hacen
(probablemente por
convencionalismos sociales y por
que no tienen nada que les llene,