PYMES MAGAZINE - MAYO 2022
Revista digital dirigida a pymes, autónomos y emprendedores. Actualidad empresarial, Voces de expertos, entrevistas, reportajes y artículos. Secciones que te ayudarán en tu día a día como empresario
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“Si un niño de 2
años, en general,
se comporta
normal pero no es
capaz de obedecer
órdenes, debe ser
valorado por el
otorrino.
si sólo existe un retraso en el
desarrollo del lenguaje que acabará
igualando con el resto de los
niños o realmente existe algún
problema?
En primer lugar lo que debemos
hacer es valorar el desarrollo del
niño en su conjunto, dejando el
lenguaje a un lado. Es decir, si no
fuera por el lenguaje, cómo vemos
a nuestro hijo con respecto al resto
de los niños de su edad: se comporta
igual que ellos, juega igual que
ellos, comprende órdenes sencillas
(“tira esto a la basura”, “coge los
zapatos”,…).
Si existe una diferencia clara en
estos comportamientos con respecto
a los niños de su edad debe ser
valorado por el neurólogo, pero si al
compararlo “en general” no vemos
diferencias con respecto a otros
niños de su edad lo siguiente que
debemos plantearnos es si oye bien.
Para entender hay que escuchar y
para escuchar hay que oír.
Si niño de 2 años, en general, se
comporta normal pero no es capaz
de obedecer órdenes, debe ser valorado
por el otorrino. Casi siempre
las familias suelen tener bastante
claro si su hijo oye o no por la reacción
ante determinados ruidos, pero
en un niño con que sospechamos
un retraso en el lenguaje debemos
tener muy claro que escucha las frecuencias
conversacionales normales.
Una manera rápida de saber si un
niño escucha es ver si sabe decir alguna
palabra con sentido. Si la dice
es porque la ha escuchado alguna
vez y si es capaz de decirla es porque
todos los órganos implicados en
el lenguaje funcionan.
Una razón que puede hacer que el
niño tarde más tiempo en comenzar
a hablar es que consiga todo lo
que quiere simplemente señalando.
En este sentido yo les explico a las
familias en mi consulta mis anécdotas
en mi primer viaje a Inglaterra.
En mis primeros días de estancia
allí el único que hablaba inglés era
mi dedo índice y, hasta que no me
vi en situaciones que no se podían
resolver señalando, no dije ni «pío»
en inglés.
Si queremos estimular el desarrollo
del lenguaje simplemente debemos
hacerlo ver que no lo entendemos
cuando señala sino cuando habla,
pero sin que esto llegue a generar
un conflicto en su relación con
nosotros.
Resumiendo, un niño que dice
algunas palabras con sentido y su
comportamiento global es normal,
es sólo cuestión de paciencia.
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