dos siglos: música y músicos del merengue - Claro
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TRIO REYNOSO.<br />
DE IZQUIERDA A<br />
DERECHA, PANCHOLO,<br />
PEDRO Y DOMINGO.<br />
ENTRE DOS SIGLOS: MÚSICA Y MÚSICOS DEL MERENGUE<br />
347<br />
su mayoría, estos individuos, ya maduros profesionalmente, condicionaron<br />
sus diferentes formas de trabajo a las experiencias adquiridas en sus respectivos<br />
países. Teníamos, pues, orquestas brillantes con sonoridades de corte internacional,<br />
y sobre todo, organización y disciplina, recursos de los cuales<br />
habíamos estado siempre carentes.<br />
El piano, por ejemplo, desde su reverenciado lugar hasta entonces, dio por<br />
su conducto varios pasos hacia al frente, deján<strong>dos</strong>e sentir por primera vez por<br />
encima de aquel mar de metales, entre «mambos» y glosas rumberas; con esta<br />
novedad, pasó el <strong>merengue</strong>, con todo y su nuevo esplendor, a sonar como una<br />
guaracha cubana con sus «tumbaos» de piano (también llamado «Guajeo»),<br />
toque característico de sonoras y conjuntos <strong>del</strong> vecino país. De esto hablaremos<br />
más a<strong>del</strong>ante.<br />
De retorno a Luis Alberti, este se mantuvo resistente ante la que pudo<br />
llamarse una agresión, de no haber encontrado la respuesta positiva que obtuvo<br />
por parte de las grandes mayorías, maravilladas con el encuentro musical<br />
dominicano y las expresiones mundiales de la época, tal como nos llegaban<br />
en el celuloide y los acetatos. Alberti rechazó la inclusión de los «mambos»<br />
en su tradicional <strong>merengue</strong>, manteniendo los «floreos» de trompeta en lugar<br />
de aquellos, por lo cual se recuerda a Goyo Rivas.<br />
De vuelta a La Voz Dominicana, tal fue el auge, que ante el entusiasmo de<br />
los <strong>músicos</strong> y la percepción de los rasgos <strong>del</strong> «swing» norteamericano inclui<strong>dos</strong><br />
en el <strong>merengue</strong>, el trompetista y arreglista Héctor de León, después de<br />
permanecer por años en Venezuela formando parte de la suntuosa orquesta de<br />
Aldemaro Romero, escribió un atractivo instrumental sustentado por una<br />
base rítmica de tambora y güira, tumbadoras y batería, pero con un lenguaje<br />
claramente enmarcado en el jazz. La emisora llegó a utilizar la pieza como<br />
tema en sus diferentes cambios de programación. La orquesta en cuestión,<br />
además de lo mencionado, comportaba 4 trompetas, 4 trombones y 5 saxofones.<br />
Tal fue el éxito de la pieza, que el reverenciado director de orquesta norteamericano,<br />
Count Basie, en visita a Santo Domingo, conoció el arreglo y