dos siglos: música y músicos del merengue - Claro
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ENTRE DOS SIGLOS: MÚSICA Y MÚSICOS DEL MERENGUE<br />
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caseras, algunas, cuando no se trataba de sociedades de recreo. ¿Qué hacia<br />
Mejía en el metálico bajo durante un <strong>merengue</strong>? Vamos a transcribirlo:<br />
Nuestro personaje era un hombre reconocido por su jovialidad y constante<br />
buen humor. En una ocasión, tal parece que los bailadores debían<br />
pagar alguna suma a la entrada, dinero que se deduce era para los <strong>músicos</strong>,<br />
de acuerdo a la atenta vigilancia de Mejía, quien entre frase y frase musical,<br />
urgía su pago al bailador.<br />
He aquí una sucinta reproducción:<br />
Estos figurajes en el bajo, han sido en cierta forma desdeña<strong>dos</strong> por los investigadores<br />
de nuestro <strong>merengue</strong>, aún los mas acuciosos y autoriza<strong>dos</strong>. Resulta<br />
incomprensible como se deja perder de vista esta especie, engendro nuestro,<br />
típicamente dominicano, asignándole demasiada importancia al llamado<br />
bajo anticipado, inmigrante ilegal en nuestro país.<br />
Con el correr de los años se fue esfumando la línea de bajo usada por Mejía y<br />
sus contemporáneos para darle paso al contrabajo de cuatro cuerdas, y con el<br />
mismo, una inexplicable notación compuesta por figuras «a tiempo», desprovista<br />
de toda gracia ante la ausencia de pasajes sincopa<strong>dos</strong>. Ni siquiera soni<strong>dos</strong><br />
escalona<strong>dos</strong> alternadamente: solo intervalos de quintas y cuartas, cual simple<br />
ENTRE DOS SIGLOS: MÚSICA Y MÚSICOS DEL MERENGUE<br />
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marcha militar o pasodoble. Este estilo, o patrón, subsistió por décadas hasta el<br />
arribo de la guitarra-bajo electrónica, a la cual nos referiremos mas a<strong>del</strong>ante.<br />
Con la introducción <strong>del</strong> contrabajo y su <strong>música</strong>, surgieron por todo el territorio<br />
nacional numerosos ejecutantes improvisa<strong>dos</strong> como secuela de la facilidad<br />
que ofrecía el nuevo «toque»; bastaba con tomar el instrumento y<br />
procurarse que la tonalidad fuera en sol mayor, para salir a flote. Más a<strong>del</strong>ante<br />
y con el advenimiento de las grandes orquestas y el profesionalismo que demandaban,<br />
el contrabajo cayó en mejores manos, con las cuales logró en consecuencia<br />
mejores rangos. El <strong>merengue</strong>, asimismo, ascendió de categoría en<br />
su tortuosa carrera surcada de cambios e improvisaciones.<br />
Más a<strong>del</strong>ante, con la llegada de la electrónica aplicada a la <strong>música</strong>, el panorama<br />
se torna diferente, tanto para nuestra <strong>música</strong> como para sus intérpretes. El bajo<br />
eléctrico o guitarra-bajo se presenta con una idiosincrasia particular. A modo de<br />
introducción, nos llegó un medio-bajo que se apodaba baby-bass; se apoyaba en el<br />
piso como el contrabajo acústico, pero con un diapasón más corto que aquel. Esta<br />
versión <strong>del</strong> bajo (electrónico), no recibió la acogida esperada entre los <strong>músicos</strong><br />
dominicanos, a diferencia de los salseros de Nueva York quienes lo adoptaron con<br />
entusiasmo. En Santo Domingo, por el contrario, se difundió enseguida el uso de la<br />
guitarra-bajo de cuatro o cinco cuerdas, instrumento de preferencia hasta hoy día.<br />
Con su entronización, desaparece por completo de nuestras orquestas el contrabajo<br />
acústico, y con su partida se pierde la tradicional forma de tocar el <strong>merengue</strong>.<br />
Un nuevo capítulo comienza entonces en la historia de la <strong>música</strong> popular<br />
dominicana; como resultado, van quedando fuera de circulación los viejos<br />
maestros <strong>del</strong> instrumento, algunos, incapaces de seguir el paso de la nueva<br />
corriente ante un instrumento de diferente manejo; otros, simplemente, renuentes<br />
a incorporarse a las filas de la modernidad.<br />
Imposible nos resultaría si tratáramos de transcribir en estas páginas las incontables<br />
variantes introducidas en el <strong>merengue</strong> con el bajo eléctrico, aprovechando<br />
la flexibilidad ofrecida por el nuevo instrumento con sus trastes de guitarra<br />
regular, y en consonancia con los aires e influencias llegadas <strong>del</strong> exterior.