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manera inconsciente, como antes hacía, jamás será económicamente libre. Estas son
sus palabras: “Es una sensación increíble tener mi dinero y mi cabeza bajo control”.
La idea es hacer trabajar a tu dinero para ti tanto como tú lo haces por él, y eso
significa que tienes que ahorrar e invertir en lugar de que gastártelo todo se convierta
en tu misión de vida. Es casi gracioso la gente rica tiene mucho dinero y gasta poco,
mientras que la gente pobre tiene poco dinero y gasta mucho.
Largo plazo frente a corto plazo: los pobres trabajan a fin de ganar dinero para
vivir hoy; los ricos lo hacen a fin de ganar dinero para crear sus inversiones, que
pagarán su futuro.
La gente rica compra activos, cosas que tengan probabilidades de aumentar de
valor; la gente pobre compra gastos, objetos que disminuirán de valor. Los ricos
acumulan terreno; los pobres, cuentas pendientes.
Te digo lo mismo que les digo a mis hijos: “Compra bienes inmuebles”. Lo mejor
es que puedas adquirir propiedades que te produzcan una entrada de dinero constante,
pero, por lo que a mi respecta, cualquier propiedad inmobiliaria es mejor que no tener
ninguna. Por supuesto, la propiedad inmobiliaria tiene sus subidas y bajadas, pero al
final, ya sea de aquí a cinco, diez, veinte o treinta años, puedes apostar que valdrá
considerablemente más de lo que vale ahora, y eso podría ser todo cuanto necesitas
para hacerte rico.
Compra lo que puedas permitirte ahora. Si necesitas más capital para embarcarte
en ello, puedes asociarte con personas en quien confíes y que conozcas bien. El único
modo de meterse en problemas con la propiedad inmobiliaria es contraer demasiadas
obligaciones crediticias o tener que vender cuando el mercado está a la baja. Si haces
caso de mis anteriores consejos y administras adecuadamente tu dinero, la
probabilidad de que ocurra esto será extremadamente escasa y es posible que no
exista. Como reza el dicho: “No esperes a comprar bienes inmuebles; compra bienes
inmuebles y espera”.
Dado que te he puesto anteriormente el ejemplo de mis suegros, me parece justo
ahora ponerte el de mis propios padres. No eran pobres, pero apenas podían
considerarse de clase media. Mi padre trabajaba muchísimo y mi madre no estaba
bien de salud, por lo que se quedaba en casa con nosotros, con los hijos: MI padre era
carpintero y de dio cuenta de que todos los constructores que lo contrataban estaban
urbanizando terrenos que había adquirido año y años atrás. Se dio cuenta también de
que todos eran bastante ricos. Mis padres también ahorraron sus centavos y al final
tuvieron suficiente dinero para comprar una parcela de tres acres de tierra fuera de la
ciudad en que vivían. Les costo 600.000 dólares. Diez años después un promotor
inmobiliario decidió que quería construir un centro comercial en aquel lugar y mis
padres le vendieron el terreno en 600.000 dólares. Descontando su inversión original,
tenemos unas ganancias medias de 54.000 dólares al año mientras que mi padre con
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