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Constructores de Otredad - Facultad de Ciencias Sociales - UBA ...

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En los ejemplos arriba mencionados pue<strong>de</strong>n i<strong>de</strong>ntificarse<br />

tres momentos en estos procesos <strong>de</strong> disputa por la<br />

construcción <strong>de</strong> significado. El primero correspon<strong>de</strong> a intentos<br />

<strong>de</strong>sembozados por parte <strong>de</strong> agentes i<strong>de</strong>ntificados por<br />

re<strong>de</strong>finir símbolos clave que dan una particular visión <strong>de</strong>l<br />

mundo, <strong>de</strong> cómo la gente <strong>de</strong>biera ser y comportarse, y <strong>de</strong><br />

qué <strong>de</strong>biera verse como la ‘realidad’ <strong>de</strong> su sociedad e historia:<br />

en pocas palabras, una i<strong>de</strong>ología. Un segundo momento<br />

es cuando dicha visión <strong>de</strong>l mundo se institucionaliza<br />

y trabaja mediante un po<strong>de</strong>r que ya no requiere agentes.<br />

Foucault ha documentado cómo el conocimiento acerca <strong>de</strong><br />

la salud mental, la sexualidad y la criminalidad en los siglos<br />

XVIII y XIX se tornó la base sobre la cual se construyeron<br />

las instituciones. Estas prácticas institucionales mol<strong>de</strong>aron<br />

percepciones, categorías, valores y comportamientos. Un<br />

tercer momento es cuando un término clave que implica<br />

una nueva manera <strong>de</strong> pensar acerca <strong>de</strong> un aspecto <strong>de</strong> la vida<br />

entra en otros dominios (fuera <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l estado)<br />

y se torna una manera <strong>de</strong> pensar difusa y prevaleciente en la<br />

vida cotidiana. Por ejemplo, Emily Martin (1994) encontró<br />

que ‘flexible’ se tornó un término clave en primer lugar<br />

cuando las personas reaccionaban al virus <strong>de</strong>l SIDA/VIH<br />

repensando el sistema inmune y las respuestas <strong>de</strong>fensivas <strong>de</strong>l<br />

cuerpo. Sorpren<strong>de</strong>ntemente, el término ‘flexible’ y las imágenes<br />

<strong>de</strong>l sistema inmune rápidamente entraron al dominio<br />

<strong>de</strong>l empleo para <strong>de</strong>scribir los atributos <strong>de</strong> los trabajadores y<br />

las compañías postfordistas: autoadministrados, automejorados<br />

y formadores <strong>de</strong> equipos. En un corto tiempo, versiones<br />

extremas <strong>de</strong> estos atributos flexibles, que habían sido<br />

síntomas <strong>de</strong> una enfermedad mental, fueron reinterpretadas<br />

en forma positiva como habilida<strong>de</strong>s para el empleo<br />

(Martin 1997). ‘Flexible’ se movió rápidamente a través <strong>de</strong><br />

tres áreas diferentes <strong>de</strong> la vida en EE.UU. –inmunología,<br />

empleo y salud mental– y se tornó imagen prevaleciente <strong>de</strong><br />

una nueva manera <strong>de</strong> ser.<br />

En su forma más segura, una i<strong>de</strong>ología aparece como<br />

hegemónica. Esto es, se torna tan naturalizada, dada por<br />

hecho y ‘verda<strong>de</strong>ra’ que las alternativas están fuera <strong>de</strong> los<br />

límites <strong>de</strong> lo imaginable. Tal como lo sugieren Comaroff y<br />

Comaroff (1992), en su dimensión hegemónica, la cultura<br />

aparece como coherente, sistemática y consensuada. Procura<br />

aparecer como un objeto, una cosa más allá <strong>de</strong> la acción<br />

humana, no i<strong>de</strong>ológica en lo más mínimo: en pocas<br />

palabras, como la vieja i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> cultura auténtica. Tal como<br />

lo mencionamos más arriba, los mismos antropólogos previamente<br />

habían confundido a las i<strong>de</strong>ologías hegemónicas<br />

con la auténtica cultura, y en el proceso, apoyaron a aquellos<br />

miembros <strong>de</strong> la comunidad con el po<strong>de</strong>r ascendiente<br />

para <strong>de</strong>finir las características <strong>de</strong> su ‘cultura’ y proyectarla<br />

como atemporal y objetiva.<br />

132<br />

Capítulo 3: La construcción <strong>de</strong>l otro por la <strong>de</strong>sigualdad<br />

Ninguna i<strong>de</strong>ología, por más hegemónica que sea e imbricada<br />

en las instituciones y la vida cotidiana que esté, se<br />

encuentra fuera <strong>de</strong> disputa; el <strong>de</strong> ‘cultura’ es un concepto<br />

dinámico, siempre negociable y en proceso <strong>de</strong> aprobación,<br />

discusión y transformación. Actores diferencialmente posicionados,<br />

con inventivas impre<strong>de</strong>cibles, apelan a, retrabajan<br />

y fuerzan en nuevas direcciones los significados acumulados<br />

<strong>de</strong>‘cultura’–incluyendolosviejosynuevossignificados<br />

académicos. En un proceso <strong>de</strong> reclamar po<strong>de</strong>r y autoridad,<br />

todos están tratando <strong>de</strong> sostener diferentes <strong>de</strong>finiciones,<br />

que tendrán diferentes resultados materiales. En suma, las<br />

características <strong>de</strong> las nuevas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> cultura son:<br />

—‘la cultura es un proceso activo <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> significado<br />

y <strong>de</strong> disputa sobre la <strong>de</strong>finición, incluyendo la<br />

<strong>de</strong> sí misma’ (Street 1993: 2);<br />

—personas posicionadas en formas diferentes en relaciones<br />

sociales y procesos <strong>de</strong> dominación, usan los recursos<br />

económicos e institucionales que tienen disponibles<br />

para intentar hacer que su <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> una<br />

situación resista, para evitar que las <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong><br />

otros sean escuchadas, y para cosechar el resultado<br />

material;<br />

—los espacios no están restringidos –las personas apelan a<br />

conexiones locales, nacionales, globales;<br />

—la manera en que se forman conjuntos <strong>de</strong> conceptos es<br />

históricamente específica, y las i<strong>de</strong>as nunca constituyen<br />

un todo cerrado o coherente;<br />

—en su forma hegemónica, la cultura aparece como<br />

coherente, sistemática, consensual, como un objeto,<br />

más allá <strong>de</strong> la acción humana, no i<strong>de</strong>ológico –como la<br />

vieja i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> cultura.<br />

Racismo cultural<br />

En la política británica, esta nueva visión <strong>de</strong> ‘cultura’ ha<br />

sido re<strong>de</strong>finida por la Nueva Derecha, que se apropió <strong>de</strong><br />

ella. Li<strong>de</strong>rada por Margaret Thatcher, la Nueva Derecha<br />

representó una alianza entre teorías políticas conservadoras<br />

y teorías económicas liberales (King 1987). En<br />

asuntos económicos el estado <strong>de</strong>bería promover la empresa<br />

privada y alentar –incluso inventar– mercados. En<br />

asuntos políticos, la autoridad <strong>de</strong> las añejas instituciones<br />

<strong>de</strong>l estado central <strong>de</strong>bería ser <strong>de</strong>fendida, apoyada por valores<br />

‘tradicionales’ en educación y vida familiar. En un estudio<br />

<strong>de</strong>l Salisbury Review, uno <strong>de</strong> los principales periódicos<br />

<strong>de</strong> la Nueva Derecha, Sei<strong>de</strong>l (1985: 107) argumenta<br />

que ésta se apropió <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las inspiraciones fundantes<br />

<strong>de</strong> los estudios culturales, las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Gramsci <strong>de</strong> hegemonía:<br />

la i<strong>de</strong>ología se vuelve hegemónica no sólo a través<br />

<strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>l Estado, sino mediante su difusión<br />

en todas las áreas <strong>de</strong> la vida cotidiana. Para <strong>de</strong>sestabilizar y

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