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Constructores de Otredad - Facultad de Ciencias Sociales - UBA ...

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Nosotros esto da cuenta <strong>de</strong> la especificidad <strong>de</strong> las instituciones.<br />

En el mundo primitivo, esta separación se <strong>de</strong>bilita<br />

en favor <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> funciones e instituciones menos<br />

especializadas y diferenciadas. Por ejemplo, los imperativos<br />

instrumentales no constituyen instituciones en sí,<br />

sino que son función <strong>de</strong> otras instituciones 4 . La lógica <strong>de</strong><br />

funcionamiento y la forma <strong>de</strong> estos imperativos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> la lógica integradora <strong>de</strong> la sociedad. Lo que para el evolucionismo<br />

es confuso para Malinowski es extraño. La<br />

oposición <strong>de</strong> la indiferenciación-diferenciación no es sinónimo<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> oscuridad; por el contrario, supone<br />

la presencia <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n distinto.<br />

Sintetizando, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que a diferencia <strong>de</strong>l evolucionista<br />

que viaja a la otredad retrocediendo en el<br />

tiempo y <strong>de</strong>spojando atributos propios <strong>de</strong>l Nosotros (mecanismo<br />

<strong>de</strong>l con al sin), Malinowski viaja siempre en la<br />

contemporaneidad <strong>de</strong> su tiempo y “llena” el mundo <strong>de</strong>l<br />

Otro con atribuciones <strong>de</strong>l Nosotros. La operación <strong>de</strong><br />

llenar se correspon<strong>de</strong> con el primer mecanismo <strong>de</strong> construcción<br />

<strong>de</strong> la otredad por la diversidad: el con, la presencia.<br />

Pero llenar, hallar presencias significa universalizar<br />

necesida<strong>de</strong>s, funciones, principios institucionales y razonamiento<br />

lógico; pero <strong>de</strong> ninguna manera implica la i<strong>de</strong>ntidad<br />

<strong>de</strong> las formas que asumen concretamente estas atribuciones.<br />

En este sentido, se trata <strong>de</strong> presencias heterogéneas<br />

en sus modalida<strong>de</strong>s. El con pero distinto sería el<br />

segundo mecanismo <strong>de</strong> construcción. Las presencias no<br />

son más adquisiciones <strong>de</strong> la otredad en su camino hacia el<br />

Nosotros, sino que son parte constitutiva <strong>de</strong> ella, están organizadas<br />

e integradas en una totalidad funcional y significativa<br />

aunque revistan un contenido y or<strong>de</strong>namiento distinto,<br />

singular. Por último, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que este or<strong>de</strong>namiento<br />

distinto y singular que evi<strong>de</strong>ncia la otredad en<br />

relación al Nosotros tiene un rasgo común que atraviesa<br />

las distintas expresiones <strong>de</strong> los otros. Este rasgo es la incrustación<br />

y la no especialización (o especialización<br />

menor) <strong>de</strong> las instituciones en comparación con la diferenciación/especialización<br />

que caracteriza instituciones y<br />

funciones en el Nosotros <strong>de</strong>l antropólogo.<br />

<strong>Constructores</strong> <strong>de</strong> <strong>Otredad</strong><br />

La relación Nosotros-Otros en la construcción por la<br />

diversidad se aparta <strong>de</strong> un discurso temporal y acumulativo<br />

<strong>de</strong> atribuciones culturales. El Nosotros se relativiza,<br />

expresa un or<strong>de</strong>n posible <strong>de</strong> experiencia. Relativizar significa<br />

aquí el abandono <strong>de</strong> la condición <strong>de</strong> parámetro (<strong>de</strong><br />

medida <strong>de</strong> cultura) que reviste el Nosotros en la Teoría<br />

Evolucionista. Pero el Nosotros no <strong>de</strong>saparece, sino que<br />

ahora se presenta como referente, como lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

se mira y se llena al Otro. Por eso el Nosotros se particulariza<br />

en la modalidad concreta <strong>de</strong> sus instituciones y <strong>de</strong> sus<br />

relaciones, pero también, se universaliza en torno a necesida<strong>de</strong>s<br />

y funciones.<br />

La versión estructuralista<br />

A diferencia <strong>de</strong> Malinowski, Lévi-Strauss 5 se mostró más<br />

interesado en trabajar sobre los elementos comunes que en<br />

realizar una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> una cultura en particular.<br />

Y esta, tal vez sea una <strong>de</strong> las razones por las cuales ha<br />

vuelto permanentemente a las preguntas que se hacían los<br />

evolucionistas. De las tres preguntas originarias <strong>de</strong>l evolucionismo,<br />

Lévi-Strauss acepta la primera y la segunda<br />

(¿qué es el hombre?, ¿por qué las culturas difieren entre sí?)<br />

pero modifica la tercera (¿cuál fue su origen?) porque para<br />

él la pregunta por el origen no tiene una base científica<br />

sino i<strong>de</strong>ológica. La sustituye entonces por una más amplia:<br />

¿cómo el hombre llegó a ser hombre? Pero aunque dos <strong>de</strong><br />

las preguntas sean las mismas las respuestas son diametralmente<br />

opuestas.<br />

Para respon<strong>de</strong>r qué es el hombre y cómo llegó a ser tal,<br />

Lévi-Strauss recurre a la distinción entre naturaleza y cultura.<br />

Para contestar por qué las culturas difieren entre sí,<br />

recurre a la noción <strong>de</strong> diversidad cultural.<br />

La distinción naturaleza-cultura<br />

Elpunto<strong>de</strong>partida<strong>de</strong>lanálisis<strong>de</strong>Lévi-Straussesun<strong>de</strong>sacuerdo<br />

con los evolucionistas. Para éstos la diferencia<br />

entre naturaleza y cultura tenía una significación histórica<br />

y buscaban los fundamentos <strong>de</strong> esa distinción en<br />

pruebas empíricas que mostraran el momento en que se<br />

4 Malinowski escribe que en la sociedad primitiva “la ley y sus sanciones raramente están personificadas en instituciones especiales [...] Pero aunqueno<br />

estén contenidas en un cuerpo específico <strong>de</strong> reglas codificadas ni tampoco <strong>de</strong>sempeñadas por grupos especialmente organizados <strong>de</strong> personas, las sanciones<br />

<strong>de</strong> la ley primitiva funcionan sin embargo <strong>de</strong> forma concreta y <strong>de</strong>sarrollan rasgos concretos en las instituciones a que pertenecen” (1975: 106).<br />

5 La posición teórica <strong>de</strong>l autor se conoce como estructuralismo. Y al igual que pasó con el funcionalismo, pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado una teoría y un método<br />

<strong>de</strong> análisis utilizado por las ciencias sociales principalmente en la década <strong>de</strong>l ‘60. En su estructuralismo Lévi-Strauss retomó las i<strong>de</strong>as que<br />

Saussure aplicó al lenguaje y los <strong>de</strong>sarrollos posteriores propuestos por Trouberkoy y Jackobson y los volcó en el análisis antropológico; esto le permitió<br />

re<strong>de</strong>finir la antropología como una parte <strong>de</strong> la semiología: “Nadie, a mi parecer, ha estado más cerca <strong>de</strong> <strong>de</strong>finirla [...] cuando, al presentar la<br />

lingüística como una parte <strong>de</strong> una ciencia todavía por nacer, reserva para ésta el nombre semiología, y le atribuye por objeto <strong>de</strong> estudio la vida <strong>de</strong> los<br />

signos en el seno <strong>de</strong> la vida social. Él mismo, por lo <strong>de</strong>más, ¿no preveía nuestra adhesión cuando, en dicha ocasión, comparaba el lenguaje a la escritura,<br />

al alfabeto <strong>de</strong> los sordomudos, a los ritos simbólicos, a las formas <strong>de</strong> cortesía a las señales militares, etc.? Nadie discutirá que la antropología<br />

cuenta <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su campo propio cuando menos algunos <strong>de</strong> esos sistemas <strong>de</strong> signos, a los que se aña<strong>de</strong>n otros muchos: lenguajes míticos, signos<br />

orales y gestuales <strong>de</strong> que se compone el ritual, reglas matrimoniales, sistemas <strong>de</strong> parentesco, leyes consuetudinarias, ciertas modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> intercambios<br />

económicos. Concebimos pues la antropología como el ocupante <strong>de</strong> buena fe <strong>de</strong> ese dominio <strong>de</strong> la semiología que la lingüística no ha reivindicado<br />

como suyo” (1979:14-15).<br />

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