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Parte I - Confederazione dell'Oratorio di San Filippo Neri

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L. Avila Blancas, El venerable Padre Luis Felipe <strong>Neri</strong> de Alfaro273Silvino Robles Gutiérrez de León, Gto., al R. P. José Bautista del Oratoriode <strong>San</strong> Miguel y al Sr. Antonio Ruiz Valenzuela de la misma ciudad, por oficiodel 6 de marzo de 1976. Como ya han fallecido el Sr.Obispo y los dossacerdotes el único viviente es el Sr.Valenzuela.Al terminar esta breve semblanza del P. Alfaro me parece que debemosrecordar que la santidad siendo obra del Espíritu de Dios en las almas quedocilmente siguen sus inspiraciones por el camino que tenga a bién llevarlas,como puede ser el camino de la cruz hacia la inmolación del Calvario; el P.Alfaro comprendía muy bién que las maceraciones corporales no tenían valoren sí mismas, por eso todas las unía a los sufrimientos de Cristo en suSma.Pasión, según aquello de <strong>San</strong> Pablo: “Puesto que no me he preciado desaber otra cosa entre vosotros, sino a Jesucristo y este crucificado” (2Cor.2.2), cuya imagen quiso contemplar, como buen enamorado, por los lugaresprincipales del <strong>San</strong>tuario en los <strong>di</strong>stintos pasajes de la Pasión y Muertedel Salvador.Por eso desde niño sabiendo que la ascesis, dentro del cristianismo no esmás que un me<strong>di</strong>o para evitar los tropiezos que la carne puede ofrecer, recordando“que los que son de Cristo - <strong>di</strong>ce <strong>San</strong> Pablo - tienen crucificada sucarne con los vicios y pasiones” (Gal.5.24), quiso seguirlo con su propia cruzde ayunos y flagelaciones correspon<strong>di</strong>endo a la invitación del mismo Jesúscuando <strong>di</strong>jo: “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tomesu cruz y sígame” (Mt.16,24), a tal grado de generosidad que sus penitenciasson comparables a las de un <strong>San</strong> Pedro de Alcántara (1499-1562), quecon las suyas asombró a la España del siglo XVI, como acá a México el P.Alfaro en el s.XVIII.Luis Avila Blancas, C.O.

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