Parte I - Confederazione dell'Oratorio di San Filippo Neri

44 ANNALES ORATORIIpreponderantemente allí por razón de su oficio, lo cierto es que, sin dejar deser siempre «un inglés», tuvo para esta nación como un enamoramiento queningún desengaño habría podido destruir. Era la sede del gobierno de la Iglesia,el centro de la Cristianidad, la patria de San Felipe... y le gustaba, sin dejarde ser «un inglés», la vivacidad, la alegría, la luz y el color de aquella tierray de sus moradores, y cuando por ser anglosajón hubiera podido disgustarlela ausencia de la puntualidad matemática o de la constante formalidadpropia de los países del norte, veía en la aparente algarabía de algunas situacionesaquel «bello desorden» caaácterístico de los países latinos, y en particular,de algunas regiones italianas, que le conquistaban el corazón. Hamuerto y ha querido ser enterrado en Italia y en el cementerio de una Congregaciónpequeña, la de Mondovì, para que hasta en esto se resumieran estasdos predilecciones.Después de rezar sobre su tumba, apenas cerrada, en este cementerio limpio,ordenado y esmaltado de flores, he visto un angel de bronce que se elevapor encima del remate de todas las tumbas: es una magnífica escultura deCalandra, fundida en metal por encargo de la familia Oggè. Hay una inscripciónque dice: Angelus Dei comitetur vobiscum. Sí, que acompañe a él ya todos los que allí se enterraron. Pero que él, después de habernos hecho depadre, nos siga haciendo de ángel, desde el Cielo, para acompañarnos al Oratoriode la eternidad, donde nos aguarda San Felipe, el santo del corazón.Ramón Mas, C.O.