"Taní número 13" (PDF, 5.58MB) - Hospital Comarcal de l'Alt Penedès

ESCRIVIMpodía ver desembarcar como una plaga demoníaca en los puertos de Inglaterra, asesinando, mancillando,quemando y destruyendo todo lo que amamos.Al día siguiente, nos ponemos en marcha temprano, para adentrarnos en la frondosa selva. Tras unas docehoras no hemos logrado llegar a ningún lugar, continuamos abriéndonos paso entre la maleza, las picadasde mosquitos son continuas, se escuchan los gritos de los monos en las copas de los árboles y, de vez encuando, algún arbusto se mueve delatando alguna extraña presencia.Llegamos a un pequeño claro y el jefe de expedición se detiene, y nos ordena acampar aquí mientras nosdice:- Ya sabéis todos porqué estamos aquí. Hemos recorrido medio mundo para encontrar a este maldito Shamánque amenaza nuestra civilización y al mundo entero. Si nos encuentra él primero, nos espera la peor de lasmuertes, si llegamos al poblado sin ser advertidos tendremos una oportunidad. Mañana por la noche llegaremosa su escondite, nos infiltraremos en él para asesinarlo y quemaremos el poblado.- ¿Por qué no rodear esta isla con la poderosa flota inglesa? - pregunto.- Tor-Anroc es escurridizo, ya se nos ha escapado antes. Por eso hemos formado este pequeño grupo.- ¿Por qué traéis a esclavos a esta expedición? Podríamos huir, ¿por qué confiar en nosotros?- El oráculo predijo que un esclavo mataría al Shamán. ¿Huir adónde?En ese momento, el ruido de unas ramas atrajo nuestra atención, entre ellas se podía distinguir un nativogrotesco, con el cuerpo tatuado y ojos ensangrentados, señalaba nuestro pequeño campamento y mientrasse disponía a gritar para delatar nuestra posición, pude ver como volaba una daga salida de la bota de Willclavandose en el pecho del indígena, ahogando su grito en un murmullo gorgoteante y desplomándose entrela maleza.- Silencio – murmulla William mientras se acercaba agachado a recoger la daga y a inspeccionar la zona.Minutos después, regresa y se dirige a nosotros:- La zona es segura, se trataba de un explorador, no estamos a salvo, haremos guardias esta noche.La noche transcurrió sin incidentes y, al día siguiente, seguimos avanzando por la selva, con más cuidadoque nunca, pendientes de cada ruido, el miedo a otro encontronazo atemorizaba nuestras mentes. Por fin, alanochecer vemos a lo lejos la silueta de lo que parece ser un poblado indígena.El jefe nos ordena detenernos para descansar, a media noche, abrigados por la oscuridad nos deslizaremoshasta el poblado y llevaremos a cabo nuestro plan.Horas mas tarde, se nos entrega una daga a cada uno, Will dice que las balas no sirven contra los nativos,la única manera de detenerlos es clavándoles una daga en el pecho.Nos deslizamos sigilosos hasta el mismo poblado, todo parece tranquilo, incluso tanto que parecería un pueblodeshabitado, de no ser por una de las cabañas que se encuentra vigilada por cuatro nativos inmóviles.Mientras les observamos, uno de nuestros compañeros se desploma ante nosotros; al inspeccionarlo advertimosque tiene los ojos en blanco y tiembla sin control. El ruido ha delatado nuestra posición, los guardiasde la cabaña corren hacia nosotros para darnos caza. En la incertidumbre nos separamos; yo decido internarmeen la selva y dar un rodeo para despistarlos, después de correr unos minutos, parece que nadie mesigue, no he oído gritos, espero que los demás estén bien. Avanzo un poco, agachado entre los matorralesy vuelvo a ver la cabaña ahora sin vigilancia, sin dudarlo me deslizo sigiloso hasta su entrada, parece quenadie ha advertido mi presencia, al entrar veo tumbado durmiendo a un hombre blanco, con una mascaratribal que le oculta el rostro, no vacilo y hundo mi daga en su corazón, al hacerlo un estruendo enorme salede su interior, a medida que corre la sangre parece como si hubiera liberado a miles de almas atrapadasque ahora corretean y gritan a su antojo. Asustado, salgo al exterior y veo cómo cientos de nativos poseídospor el mismo diablo salen de todas las cabañas del poblado y se abalanzan sobre mí, no tengo escapatoria,estoy rodeado, siento como me arrancan la carne a mordiscos, el dolor se apodera de todas las partes demi cuerpo, brutales mordiscos y arañazos mutilan mi cuerpo, intento luchar, hasta que un fatal golpe en lacabeza cierra mis ojos y hace que pierda la consciencia.27Si te comparas, ¡has perdido! (Doris Dörrie)