Hacia el 'Día Después del Desarrollo' - Iepala
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Para legitimar la superioridad de unos y establecer la inferioridad de otros los imperios de Europa<br />
occidental contaron con filósofos, como Kant, y con científicos, como Linnaeus, que aportaron a<br />
la iniciativa de clasificación social de la humanidad, a partir d<strong>el</strong> criterio de raza, su ‘credibilidad<br />
científica’ a servicio de la intencionalidad político-ideológica de los imperios europeos, camuflada<br />
bajo un marco epistemológico sesgado hacia los intereses d<strong>el</strong> más fuerte, los “civilizados”, y en<br />
contra de la dignidad y <strong>el</strong> ‘buen vivir’ d<strong>el</strong> más débil, los “primitivos”:<br />
Género original: blanco; Primera raza: muy rubio (Europeos) de frío húmedo; Segunda<br />
raza: rojo cobrizo (Americanos [los indígenas de América]), de frío seco; Tercera raza:<br />
negra (Africanos) de calor seco; Cuarta raza: amarillo olivo (Indios [Asiáticos]) de calor<br />
seco. En países cálidos <strong>el</strong> ser humano madura antes pero no alcanza la perfección de<br />
las zonas templadas. La humanidad existe en su mayor perfección en la raza blanca.<br />
Los negros son inferiores, pero los más inferiores son los pueblos americanos [los<br />
indígenas]. Los…amarillos son los que tienen una cantidad menor de talento. 16<br />
Karl von Linnaeus…famoso cataloguista de nuestro conocimiento d<strong>el</strong> mundo natural,<br />
ha enumerado cuatro importantes y originales grupos humanos […]: los europeos,<br />
gobernados con base en leyes, los americanos, gobernados por medio de costumbres,<br />
los asiáticos, gobernados por la opinión, y los africanos, gobernados con base en lo<br />
contingente y arbitrario (Mendieta 1998:148; subrayado nuestro).<br />
En América Latina, las r<strong>el</strong>aciones, significados y prácticas derivadas d<strong>el</strong> concepto de colonialidad<br />
d<strong>el</strong> saber son articulados y promovidos en <strong>el</strong> discurso—hegemónico—d<strong>el</strong> “desarrollo” reproducido<br />
por los sistemas de comunicación y educación de las sociedades nacionales.<br />
La colonialidad d<strong>el</strong> ser (Maldonado-Torres 2007) es la dimensión ontológica de la colonialidad que<br />
se afirma en la violencia de la negación d<strong>el</strong> Otro. El ser europeo, superior, es un ser excluyente,<br />
que no incluye la experiencia colonial de la no-Europa. La certidumbre d<strong>el</strong> ego conquiro (yo<br />
conquisto) d<strong>el</strong> conquistador (Duss<strong>el</strong> 1992) precede la certidumbre d<strong>el</strong> ego cogito de Descartes.<br />
Por lo tanto, como dijo Frantz Fanon:<br />
No le basta al colono limitar físicamente <strong>el</strong> espacio d<strong>el</strong> colonizado; <strong>el</strong> colono hace d<strong>el</strong><br />
colonizado la quinta esencia d<strong>el</strong> mal. El colonizador desfigura y deforma <strong>el</strong> imaginario<br />
d<strong>el</strong> colonizado (Fanon 2003:35, 36).<br />
Bajo esta racionalidad, los subalternos viven dominados, sin esperanza, con su vida en p<strong>el</strong>igro<br />
constante, sin utopía, sin futuro. La modernidad se consolida como paradigma de la guerra, de la<br />
violencia, bajo <strong>el</strong> cual <strong>el</strong> Otro es desechable, es un mero objeto de dominio, para ser adueñado,<br />
apropiado y explotado (Pachón Soto 2007a).<br />
La colonialidad d<strong>el</strong> ser naturaliza la esclavitud y la servidumbre, legitima <strong>el</strong> genocidio en nombre<br />
d<strong>el</strong> progreso (y de Dios) y banaliza la violencia, la desigualdad y la injusticia. La colonialidad d<strong>el</strong><br />
ser emerge de la colonialidad d<strong>el</strong> poder manejada por <strong>el</strong> Estado moderno, y de la colonialidad d<strong>el</strong><br />
saber liderada por la ciencia moderna. El ser europeo emerge junto con la invención d<strong>el</strong> Otro,<br />
que puede y debe ser conquistado, domesticado y explotado. Europa creó la modernidad y su<br />
otro rostro, la colonialidad (Mignolo 2007), se puso por encima de <strong>el</strong>la y se autoproclamó mod<strong>el</strong>o<br />
perfecto para la humanidad. El Otro d<strong>el</strong> Nuevo Mundo (periferia) se encuentra en la minoría de<br />
edad: la incapacidad de servirse d<strong>el</strong> propio entendimiento sin <strong>el</strong> tut<strong>el</strong>aje de otro. Por ejemplo, así<br />
pensaba Sepúlveda, <strong>el</strong> contradictor de Bartolomé de las Casas, cuando se refirió a los indígenas<br />
de América, y Montesquieu, cuando se refirió a los africanos, respectivamente:<br />
16 Immanu<strong>el</strong> Kant, Sobre las Variedades de las Diferentes Razas de Hombres; en De Souza Silva et al.<br />
(2006:82; subrayado nuestro).<br />
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