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Por JUAN CArLos FoNsECA | fotografía de mArIo torrEs<br />
R o b E R T o Q u A A S W E E P E n<br />
El DirEctor GEnEral DEl CENAPRED critica la irrEsponsablE DEstrucción DE la naturalEza<br />
Los desastres naturales no son naturales<br />
Ignorantes como eran, los conquistadores españoles quitaron el amortiguador forestal que prevenía<br />
el deslave del terreno. Durante años padecieron severas inundaciones. Construyeron el Tajo de<br />
Nochistongo y el Canal de Desagüe, paradójicamente, a la fecha no se ha resuelto el problema<br />
Los denominados desastres naturales azotan constantemente diversas regiones<br />
del país. Sus consecuencias –advertidas constantemente pero desoídas con mayor<br />
frecuencia- resultan de la irresponsabilidad del ser humano, el cual no respeta la naturaleza<br />
y, peor aún, destina escasísimos recursos a la prevención de los daños ecológicos.<br />
Así nos lo explica el Ingeniero Roberto Quaas Weepen, Director General<br />
del Centro Nacional de Prevención de Desastres, CENAPRED.<br />
Motivado por la observación y padecimiento de los efectos de la reciente serie<br />
de tormentas que pusieron en jaque a la ciudad de México -los reportes de los noticieros<br />
televisivos y radiofónicos, así como los titulares de los periódicos citadinos lo<br />
informaron profusamente, a detalle de múltiples inundaciones y daños en miles de<br />
construcciones- le pregunto al experto: -¿Qué pasa, está cayendo más agua? El funcionario<br />
aclara: -“No es que caiga más agua, sino que nos instalamos ahí, en el lugar<br />
del agua, empezando por está ciudad de México que originalmente fue un gran lago.<br />
“Lo primero que hicieron los conquistadores españoles fue deforestar toda la<br />
cuenca y la rivera de aquellos cinco lagos incrustados en el Valle de México.<br />
Ignorantes como eran, quitaron el amortiguador forestal que prevenía,<br />
precisamente, que se deslavara el terreno. ¿La consecuencia? Que durante años los<br />
españoles padecieran muchas severas inundaciones. Construyeron el Tajo de<br />
Nochistongo y el Canal de Desagüe, pero paradójicamente, a la fecha<br />
no se ha resuelto el problema. Somos irresponsables ante el agua.<br />
“Los desastres se dan porque hay riesgo, lo cual significa que hay un<br />
bien expuesto, ya sea en términos de pesos o en términos de vidas. Ese bien<br />
expuesto tiene cierto nivel de vulnerabilidad que es el factor fundamental sobre<br />
el cual tenemos que trabajar. Hay un elemento que es el de peligro, si conocemos<br />
el peligro, lo que está expuesto y conocemos nuestros niveles de vulnerabilidad,<br />
conocemos los niveles de riesgo. Si bajamos los niveles de riesgo, vamos a<br />
bajar los niveles de desastre, claramente”.<br />
El Ingeniero Roberto Quaas Weepen aniquila la concepción tradicional:<br />
-“Los desastres no son naturales, sino que resultan de una condición de<br />
vulnerabilidad. Ese es el gran reto transmitir una cultura de la prevención. Estamos<br />
avanzando. Me siento muy satisfecho, pero nunca podemos estarlo totalmente.<br />
Explica las funciones del CENAPRED: “Lo primero es comprender los fenómenos,<br />
saber dónde ocurren, por qué ocurren, quiénes los generan, en dónde se generan,<br />
8 • P E R S O N A E<br />
Por PAtrICIo Cortés fotografía de mArIo torrEs<br />
cada cuándo ocurren, cuáles son los periodos de retorno de aparición de estos<br />
fenómenos. Eso es fundamental y para eso están la ciencia, la tecnología y la investigación.<br />
Ello nos da una primera respuesta y con esta información tenemos planteado<br />
prácticamente uno de los esquemas de riesgo que es el de conocer los peligros”.<br />
Ubicado en las orillas de ciudad universitaria, dónde se monitorean y estudian<br />
los fenómenos naturales para una mejor prevención, se sigue la trayectoria<br />
de los huracanes, se opera la alerta sísmica y el monitoreo del escape de magma del<br />
Popocatépetl, “y cuando lo haga estaremos preparados. Ahí se montó un aula<br />
en tamaño real para someterla a sismos y determinar cómo se deben construir las<br />
escuelas. Lo mismo se hará con los hospitales”<br />
-No obstante, el presupuesto para este organismo es de tan sólo 32 millones. Cifra<br />
muy pequeña dentro del presupuesto federal, le digo sorprendido por la nimiedad. El<br />
Ingeniero responde: -“Júzguenlo ustedes. Tenemos que invertir más en la prevención.<br />
Todavía la prevención les cuesta a quienes administran los recursos”.<br />
Ejemplifica ese costo con los seguros para autos en el cual se invierte del 5% al<br />
10% del precio del vehículo para asegurarlo: -“Pongamos ese ejemplo y hagamos<br />
lo mismo en el todo: ¿cuanto le cuestan al país los desastres? En función de eso<br />
dimensionemos la inversión que se tiene que hacer en prevención”.<br />
En el mismo sentido propone: -“Tenemos que establecer indicadores de los<br />
desastres, lo cual no es fácil. Un indicador es el de los desastres que no ocurren; la<br />
prevención es todo aquello que hacemos antes de. Se requieren recursos, inversiones<br />
que muchas veces se confunden con gastos. Lo ven como un gasto oneroso de: ‘¿por<br />
qué vamos a invertir en planes, si no está sucediendo nada?’<br />
Pero resulta que cuando ocurren es demasiado tarde. La prevención debe considerarse<br />
como una inversión y no como un gasto ¡mucho menos considerarlo oneroso!<br />
“Prevenir tiene un elemento muy redituable, a la larga sale más barato un<br />
peso que invertamos en la prevención. Nos va a ahorrar cinco o diez pesos. Lo<br />
mismo ocurre en las vidas que es lo más importante. “Los desastres no se dan por el<br />
maldito huracán ni por el fatídico sismo. Les ponemos adjetivos y<br />
los señalamos como los responsables. Ellos no son los responsables,<br />
sino nosotros como sociedad que no sabe actuar oportunamente frente a ellos y,<br />
muchas veces, invadimos su territorio, el territorio de los huracanes, de los sismos,<br />
de las inundaciones. Entonces no se vale la pena echarles la culpa”.<br />
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