84 - Revista Personae

Para quienes creen que Rusia es un país en
ruinas, bastará con mostrarles las noticias
internacionales: la verdad, es que están
constituyendo un importante contrapeso a la
hegemonía norteamericana
Rusia renace como potencia mundial. Poco a poco se estabiliza. Los resabios de
la tormenta se diluyen conforme pasa el tiempo. Las repercusiones de la disolución de
la URSS, Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, amainan.
La década de los noventas, de remolinos para el mundo, poca influencia ejercen
hoy. La Perestroika (reestructuración para preservar el socialismo) de Mijail
Gorbachov fracasó, colapsó, desintegró la poderosa Unión Soviética
y marcó el final de su era, porque su política les produjo severas consecuencias
económicas y sociales.
Desde luego, se explica, porque Rusia es un país de arraigadas
tradiciones, historia riquísima, cuyos majestuosos paisajes fueron escenario
de bueno y malo, dramático y trascendente.
Ahora, una vez que el gobierno del Presidente Putin se hace cargo de las lecciones
históricas, Rusia se abre al mundo con más fuerza, tanto cultura singular, como destino
turístico, cuyo espíritu artístico está plasmado en la música inmortal, la literatura
grandiosa, la tecnología espacial, la arquitectura de ayer y hoy, los campos de lucha
entre la burguesía cortesana y el proletariado productivo, creativo y revolucionario.
Las luchas de los koljoses, la Joven Guardia, contra la opresión zarista,
rindieron frutos, de tal forma que sus trajes típicos y sus artesanías cobran mayor
intensidad en sus colores y habilidad manual.
Aquello y su gusto por el vodka (agüita) es parte del arraigo que sobrevivió tras lo
que fuera bautizado como la cortina de hierro, que a decir verdad no significa
el todo, de pueblo tan noble y luchador.
Moscú es la capital de la Federación de Rusia y el gran centrocultural-histórico-turístico-científico-y-de-negocios
de toda
Rusia. La primera mención sobre Moscú, corresponde al año de 1147. La ciudad
fue fundada por el príncipe de Suzdal, Yuri Dolgoruki. Para el desarrollo
impetuoso de Moscú contribuyó su ubicación geográfica favorable, punto de
intersección de importantes rutas comerciales. Cruce de los ríos Oka y Volga, en
las riveras del río Moscova.
El aspecto arquitectónico de la capital fue creado por manos de artistas durante
siglos. Debido a ello se dice que: “Para la creación de la irrepetible
imagen de Moscú, trabajaron los mejores arquitectos y
artistas rusos y extranjeros en cada etapa”.
El colorido de la ciudad se logra gracias al complejo arquitectónico del Kremlin
de Moscú: las magnificentes cúpulas de la Catedral de San Vasilio -el
beato o blazhenni, que significa la pertenencia del personaje a un rango especial de
santidad-; el reconstruido Templo de Cristo Salvador; los monasterios de
Novodévichi, Donskoi, del Santo-Danilov y los conjuntos de parques
y palacios de Kolómenskoe, Kuskovo y Ostankino.
El origen de la nacionalidad rusa corresponde al siglo I antes de Cristo. En esos
tiempos se establecieron, en las tierras del Volga y Dniepr, las tribus eslavas
mezclándose con la población autóctona fino-ugora.
Mientras, otra ola colonizadora ocupaba la Península Balcánica y Du-
nay. Entre los siglos VII y IX, se diluyeron las diferencias entre los eslavos orientales
(rusos), eslavos occidentales y eslavos meridionales.
El territorio del Estado Ruso Antiguo, se consolida entre los siglos IX y
XI y ocupó la gran superficie habida del Visla hasta el Cáucaso, desde el Río
Dunay, hasta el Golfo Finlandés y el Lago Ládoga.
La evolución de la lengua y cultura rusa llevaron a su separación, dando lugar
a dos nacionalidades: la ucraniana y la bielorusa. La rusa prosiguió
su arraigo en las provincias de Novgorod, Suzdal, Pskov, Smolensk,
Vladimir y otros sitios nor-orientales. En los siglos XIV y XV, durante la lucha
contra los tártaro-mongoles, el centro político y económico fue la provincia
de Vladimir–Suzdal. Alrededor de estas tierras se formó el Estado Ruso
con centro en Moscú.
Durante el gobierno de los zares, la Rusia Imperial llegó a ser una gran
potencia europea modernizada que mira hacia Occidente a partir del siglo XVIII.
No obstante, al arrancar el siglo XX, el poder de Rusia provocaba la insatisfacción
entre la población y sumaba su fracaso militar durante la Primera Guerra
Mundial, lo que provocó la Revolución Rusa de 1917, seguida de la
proclamación de la URSS bajo el líder bolchevique Vladimir Ilich Lenin, y
la Guerra Civil Rusa, en la cual los comunistas o fuerzas rojas, derrotaron a
las fuerzas zaristas o blancas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Rusia se transforma en una importante
potencia mundial, emblemática del comunismo. Su postura antiimperialista,
desató durante décadas, lo que se conoció como la Guerra Fría: el
bloque comunista y sus aliados, contra el bloque de Estados Unidos y sus aliados.
Sí, efectivamente, se creó la ilusión de un mundo dividido en
dos bloques, cuyas diferencias pertenecían estrictamente a
dos Estados: el de la URSS y el de EU, que, en realidad, no le
atañía al resto del mundo.
Al concluir la Guerra Fría, como consecuencia de la errática política de Mijail
Gorbachov, la Perestroyka, varios de los Estados que pertenecían a la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se independizaron, aunque
a otros, como Chechenia, se les niega esa posibilidad por razones estratégicas.
La entrada al capitalismo no fue fácil. La economía Rusa se vio en serias dificultades
para echar andar todo un sistema basado en la iniciativa privada. Sufrió los
problemas propios del Tercer Mundo, también llamado En vías de
Desarrollo o Subdesarrollados, ahora flamantemente denominados
Economías Emergentes, cuando poseen petróleo u otras materias primas
esenciales para la producción o mantenimiento de vida de las grandes potencias.
Padeció altas tasas de inflación y fuga de cerebros. Sin embargo, hoy, su economía
se estabiliza y, en el concierto internacional, muestra que está retomando la fuerza de
una potencia, no sólo militar, sino económica, como lo fuera la gigantesca URSS.
Debido al fenómeno de integración mundial, en el 2001 Rusia fundó junto
a China y tres países centroasiáticos la Organización de Cooperación de Shangai,
OCS, una alianza militar y económica que busca contrapesar la influencia estadounidense
en la zona.
Hoy engloba a seis países: China, Rusia, Kazajstán, Kirguizistán,
Tayikistán y Uzbekistán, mientras, Mongolia, India, Irán y
Pakistán, tienen estatus de observadores y, posiblemente, en el mediano plazo
sean integrantes oficiales.
Para quienes creen que Rusia es un país en ruinas basta mostrarles las noticias
internacionales: la verdad es que están constituyendo un importante contrapeso a
la hegemonía norteamericana.
P E R S O N A E • 6 3