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84 - Revista Personae

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POR: bERnARdo GonZáLEZ SoLAno<br />

En la noche del jueves 14 de septiembre murió en un hospital de Florencia, Italia, donde<br />

había nacido en el año de 1929. Oriana Fallaci, la renombrada mujer- periodistaescritora<br />

que desde los 17 años comenzó a trabajar como reportera en el Giornale del<br />

Mattino (Periódico de la Mañana) y a los 20 firmaba en L’Europeo, que la<br />

envió a Raigón y, obviamente, en el Corriere Della Sera, en el cual publicó crónicas<br />

y entrevistas que desnudaron la verdad de muchos eventos bélicos y de trascendencia<br />

y no sólo su verdad.<br />

Sus entrevistas fueron la sensación y muchos (y muchas) han abrevado de su técnica,<br />

sólo que el toque de Oriana Fallaci sólo lo tenía Oriana Fallaci.<br />

No la conocí personalmente, pero sí, he tratado con muchos periodistas y escritores<br />

que así como la admiraban también la llegaban a detestar. Con Oriana Fallaci, la<br />

enjuta y pequeñita, así como brillante y, a veces, terrible. La mujer de los ojos azules de<br />

ángel psicópata, como la describió Enrique Murillo –por cierto, poseedor de<br />

un manuscrito inédito de Oriana Fallaci en el que habla de las dos ramas de<br />

su familia; los marquistas ilustrados y los campesinos analfabetos, y<br />

4 4 • P E R S O N A E<br />

la terrible y admirada<br />

“Creo que eres la única persona que ha hecho reír a mi padre”,<br />

confesó el hijo del Ayatola Jomeini, cuando la periodista, al incumplir<br />

su palabra de no volver a hablar del chador, “la estúpida túnica medieval”,<br />

volvió a hacerlo provocando reír a carcajadas al sanguinario<br />

de cómo forjó su carácter extraordinario gracias a esa combinación<br />

de tozudez y cultura. En fin, un manuscrito inédito que no trata de moros y cristianos<br />

(su última pesadilla) que por razones ignoradas la periodista le pidió guardarla<br />

a Enrique Murillo hace diez años- no podía andar a medias tintas. O todo, o nada.<br />

O se le admiraba y quería, o se le detestaba.<br />

Era tan vehemente que se enamoró de un terrorista, del griego Alekos Panagulis,<br />

a quien dedicó su libro, quizás, más sentido: Un uomo (Un hombre), el amor carnal<br />

a veces es todo. En el libro, la dedicatoria, dice, lógicamente en griego: “Para ti”…<br />

Vivía, pensaba y escribía con una pasión casi fanática, seductora de pureza intensa, exaltada,<br />

rabiosa, impulsiva, terminante. Siempre tomaba partido. Su estilo impetuoso como un

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